La esperada reunión de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias se fijó en la agenda el miércoles pasado tras inexplicables problemas de agenda. Ambos han llegado puntuales a la cita y caminaron juntos hacia el Congreso rodeados de una gran expectación mediática. El líder de Podemos le ha regalado a Sánchez el libro Historia del Baloncesto en España, un guiño a la pasión que ambos sienten por este deporte, en el que ha incluido una dedicatoria cargada de buenas intenciones: "Es bueno empezar por lo que nos une. Un abrazo. Pablo Iglesias".
El morbo político es evidente. Puede ser la reunión en la que quede claro que España se dirige inexorablemente a la repetición de las elecciones o que seguirá luchando contra el reloj. Por ese motivo, cuando a las 12:58 Ciudadanos alertó a la prensa por whatsapp de que Sánchez se vería con Albert Rivera en la tarde del mismo martes, el objeto estaba claro. El portavoz parlamentario de Ciudadanos se encargó de aclararlo poco después. “Si Pedro Sánchez da un bandazo con Podemos, nosotros estaremos en la oposición”, advirtió Juan Carlos Girauta. “Podemos no ha firmado el pacto antiyihadista, no comparte la idea de una España unida y piensa en subir el gasto público” y por eso no es viable “un Gobierno con Podemos, con Pablo Iglesias de vicepresidente y [Juan Carlos] Monedero dirigiendo la economía”, según él.
La reunión entre Sánchez y Rivera duró dos horas y media, pero a su término, los portavoces de ambos partidos no fueron capaces de aclarar realmente de qué hablaron. José Manuel Villegas y Antonio Hernando, coordinadores de los equipos negociadores, comparecieron para explicar que el Pacto de El abrazo entre ambos partidos “sigue vigente” y es “lo mejor” que se ha hecho políticamente desde las elecciones del 20 de diciembre, según dijeron los dos con idénticas palabras.
Villegas advirtió al PSOE de que su apoyo depende de que respete el acuerdo logrado y rechazó un Gobierno tripartito con Podemos. Ciudadanos permite al PSOE negociar con Podemos, aunque no lleve el acuerdo como base, y acepta una mesa a tres para lograr un pacto, aunque sin muchas esperanzas. Las líneas rojas del partido de Rivera son la “igualdad y unión de todos los españoles”, “que no puede haber referendums separatistas”, una “política europeísta con Europa como referente” y los “consensos en política antiterrorista”.
El acercamiento entre el PSOE y Podemos
En una entrevista radiofónica, Sánchez había reconocido que barajaba como posibilidad un Gobierno en el que hubiese ministros de Ciudadanos y de Podemos al mismo tiempo. Después, Íñigo Errejón, el portavoz parlamentario de Podemos, no descartó la posibilidad argumentando que la propuesta no era firme, un argumento no utilizado en otras muchas ocasiones similares. “La posibilidad de estar en un gobierno con PSOE y Podemos no es real”, zanjó Girauta.
Sin embargo, si Pedro Sánchez quiere ser presidente, debe ofrecer algo a Iglesias que le permita flexibilizar su situación. El optimismo de Errejón acerca de los contactos previos entre ambos equipos podría apuntar a una cesión que Ciudadanos no está dispuesto a aceptar.
Las líneas rojas de los tres partidos
Las líneas rojas siguen siendo múltiples. El PSOE asegura que quiere un pacto a tres, con Podemos y Ciudadanos, aunque sigue manteniendo que el Pacto de El abrazo entre Sánchez y Rivera debe ser la base. Con todo, está dispuesto a reconsiderar las medidas que no gusten a Podemos y no exige una estructura cocreta del Consejo de Ministros siempre que Sánchez sea presidente.
Por su parte, Podemos ha flexibilizado su postura y ha pasado de descartar por completo a Ciudadanos a permitir que sea precisamente su abstención lo que acabe de sellar el pacto. Eso sí, Pablo Iglesias quiere ser el socio prioritario de Sánchez y no el que desde fuera le garantice la investidura a través de una abstención. Por ese motivo, Iglesias pide entrar en el Gobierno y hacer valer los votos obtenidos por los partidos a la izquierda del PSOE. Si Sánchez aceptara esa traducción del 20-D, en su Gobierno habría más ministros de Podemos que del PSOE. Podemos tiene más líneas rojas, pero se refieren fundamentalmente a la política económica, aunque son en las que menos han insistido.
Por su parte, Ciudadanos parece más receptivo a una mesa de negociación a tres en la que esté Podemos, pero con pocas esperanzas salvo que “Podemos deje de ser Podemos”, según dijo Villegas. El partido de Rivera sigue explorando una vía que hoy por hoy parece muerta: que el PP se sume al acuerdo con el PSOE. Según Girauta, con Podemos no se puede gobernar aunque se lleguen a acuerdos concretos.