Junts pel Sí (JxS) y la CUP han alcanzado este martes un acuerdo ‘in extremis’ en el Parlament que evitará -de momento- el choque entre los dos grupos independentistas. Ambos partidos han pactado una modificación de la moción rupturista que registró la CUP hace dos semanas para que no incluya explícitamente la desobediencia al Tribunal Constitucional. El texto pactado sí que insta a los cargos electos a desatender las peticiones del Estado y de la Audiencia Nacional, pero JxS ha avisado de que no votará a favor de estos puntos de la moción.
Como pasa cada vez que hay divergencias entre JxS y la CUP, ambos grupos han salvado el acuerdo sobre la bocina y han presentado un texto minutos antes de que acabara el plazo para presentar enmiendas. Con la nueva moción se evita así que la Mesa (con mayoría de JxS) incurra en algún delito al tramitar una moción que pide desatender una sentencia concreta del Tribunal Constitucional.
El órdago de la CUP para que JxS demostrara su determinación a desobedecer ha tensado como nunca las relaciones entre ambos grupos en la cámara catalana. También ha dejado entrever las diferencias de criterio en el seno de JxS: ERC se sentía mucho más cómoda que CDC con el texto, hasta el punto que quienes lo han presentado y firmado finalmente han sido Marta Rovira (ERC) y Anna Gabriel (CUP). A pesar del acuerdo de este martes, está por ver cómo quedarán las relaciones entre ambas formaciones. El diputado de la CUP Benet Salellas alertó el domingo que “pasarían cosas” si JxS no apoyaba la moción de los anticapitalistas.
A cambio de la cesión de la CUP de eliminar la desobediencia al Constitucional, la moción “reitera los objetivos de la declaración del 9-n” y ratifica la “firme voluntad” de seguir llevando a cabo las actuaciones necesarias para “alcanzar y culminar democráticamente la independencia de Cataluña”. La otra novedad respecto a la moción de noviembre es que insta al Govern a presentar en los próximos presupuestos una partida para financiar la participación ciudadana en el llamado “proceso constituyente”. Fuentes de JxS no han querido confirmar que este último punto implique que ambos partidos tengan ya un acuerdo para los presupuestos, pero confían en que finalmente puedan pactar con los anticapitalistas las cuentas de este año.
Una tramitación inusual
La Mesa del Parlament ha intentado alargar el máximo posible la tramitación de esta moción para conceder más tiempo a los independentistas para pactar un texto. Para evitar tumbar la moción de los anticapitalistas, los miembros de JxS de la Mesa se inventaron la semana pasada una “admisión condicionada” de la moción, una figura que no existe en el reglamento.
Esa admisión argumentaba que, en el caso de que no se hicieran los cambios necesarios, se dejaría en manos del pleno la decisión de votar o no esa resolución y así se evitaría la responsabilidad legal de los miembros de la Mesa. Los miembros de JxS de la Mesa no quisieron explicar a la oposición cuales eran esos “cambios necesarios”, pero era evidente que se referían a la desobediencia explícita del Tribunal Constitucional. A pesar de que los servicios jurídicos de la cámara desaconsejaron su tramitación, JxS optó por esa vía intentando evitar la acción del Constitucional así como un choque con la CUP.
Finalmente este lunes la Mesa ha tumbado todas las peticiones de reconsideración de los grupos de la oposición, que pidieron que la moción no llegase al pleno que se celebrará este miércoles y jueves en el Parlament. JxS se ha mantenido en silencio durante toda la jornada, alimentando las especulaciones sobre qué decisión tomaría finalmente respecto a esta moción. Después otra nueva jornada de incertidumbre en la cámara catalana, los independentistas han vuelto a presentar un acuerdo ‘in extremis’.