Si las nuevas formaciones políticas pretendían cambiar el agrio clima que en muchas ocasiones reina en el Congreso de los Diputados, este miércoles desaprovecharon una ocasión privilegiada desde la tribuna de oradores.
Con un tono patente de agresividad, Pablo Iglesias estalló contra el “cuñadismo ideológico” de Albert Rivera, al que acusó de basarse en “muletillas” y “lugares comunes” para esconder los “tópicos rancios” que destila su discurso, en este caso sobre la política migratoria y de asilo de la Unión Europea, objeto de un debate en el pleno de la cámara baja. Le reprochó que recordara que ha vivido fuera y que eso es lo que le había permitido darse cuenta de la diferencia entre inmigración y asilo. "Usted, Sr. Rivera, defendió con entusiasmo que la OTAN bombardeara Siria", le dijo al “señor cuñado Rivera”, y ahora defiende retirar la tarjeta sanitaria a inmigrantes, lamentó.
La respuesta de Rivera no se hizo esperar, porque el orden de intervenciones le reserva el siguiente turno. Tras responder a Mariano Rajoy, a quien el pleno fiscalizaba por sus decisiones en las cumbres europeas, Rivera preguntó a Iglesias por “ese dinero que recibieron del régimen chavista” y luego arremetió contra el líder de Podemos por sus acusaciones de “cuñadismo”.
“A lo mejor el cuñadismo es colocar a los amigos y a las novias en los sitios”, advirtió. “Lecciones de derechos humanos, de enchufismo, de amiguismo y de cuñadismos, no, gracias”, dijo Rivera, cosechando un gran aplauso de su bancada.
Rivera se refería así al núcleo duro de Iglesias, que lo acompaña en su actividad política desde hace años, con el que compartió la fundación CEPS, supuestamente financiada por Venezuela, y ahora Podemos. Entre ellos están Tania Sánchez, expareja sentimental de Iglesias, antes en IU y ahora diputada de Podemos, Íñigo Errejón, amigo desde la universidad, o Irene Montero, Luis Alegre y Carolina Bescansa, todos muy cerca de Iglesias desde hace muchos años.
Las descalificaciones llegan a 36 horas de la reunión entre PSOE, Podemos y Ciudadanos. A un día de la reunión a tres con PSOE y Ciudadanos, el líder de Podemos llamó en su intervención inicial “intolerantes” a los negociadores de Albert Rivera por “no ser capaces de defender los derechos humanos” y no ofrecer una respuesta a la crisis de los refugiados en el pacto de Gobierno con los socialistas. Con Ciudadanos “es muy difícil hacer un Gobierno progresista, señor Sánchez”, advirtió Iglesias.
El duro tono de Iglesias cobra especial importancia porque se produce en la víspera de la reunión convocada para este jueves y a la que los tres partidos participantes (PSOE, Podemos y Ciudadanos) dan una importancia decisiva. Además, Iglesias encabeza el equipo negociador de su partido y se sentará, a diferencia de Sánchez y Rivera, en una mesa de negociación enturbiada este martes por Ciudadanos al pedir entrar en el Gobierno. Lo reclamó Juan Carlos Girauta, portavoz parlamentario, pero luego el equipo de Rivera restó importancia a sus palabras.
El pleno de este miércoles, el primero en el que Mariano Rajoy ha comparecido como presidente en funciones, tenía en el orden del día un único asunto: las explicaciones del Gobierno sobre las cumbres europeas sobre asilo e inmigración. Se trata de las pocas veces en las que comparece el Ejecutivo, que esta misma semana se negó a acudir a una comisión de la cámara baja en la que se reclamaba la presencia de la ministra de Fomento, Ana Pastor.
Sánchez y la siesta de Rajoy
Lejos del tono de Iglesias, por lo demás muy crítico con Rajoy por “exportar a Europa las devoluciones en caliente”, Sánchez reprochó la actitud del Gobierno y su presidente, sumido “en su eterna siesta de la que, si todo va bien, pronto le despertaremos”, dijo el socialista.
El líder del PSOE ha aprovechado para reforzar su imagen de presidenciable, distanciándose de Rajoy, que ponía caras de extrañeza en varios momentos del debate. “Si soy presidente del Gobierno, convertiré a España en un país de acogida”, prometió. Con Sánchez como presidente, España cumpliría con sus compromisos en Europa y demostraría que es un país solidario, aseguró.
Rajoy se defiende
El presidente del Gobierno en funciones (PP) había acudido de manera excepcional al Parlamento para explicar cómo se abordó en la última cumbre europea su acuerdo con Turquía. Arropado por todos sus ministros, Mariano Rajoy explicó ante la Cámara los acuerdos del Consejo Europeo del 18 y 19 de marzo, que aprobó la devolución a Turquía de todos los inmigrantes ilegales, incluidos los refugiados sirios, que lleguen a Siria.
“España ha estado siempre guiada por los objetivos de salvar vidas, proteger fronteras exteriores y ofrecer cauces legales de inmigración”. No hizo ni una sola mención a la convulsa situación política que atraviesa el país ni a las negociaciones de los partidos que han aislado al Partido Popular de cualquier posibilidad de mantenerse en el poder.
Rajoy dijo en sede parlamentaria que cumplió el mandato de la Cámara para que en el acuerdo entre la UE y Turquía incluyera garantías para respetar la legalidad internacional y excluir cualquier tipo de expulsión colectiva.
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