Mario Conde se declaró parcialmente insolvente en julio de 2002, cuando el Tribunal Supremo le condenó a 20 años por estafa y le obligó a pagar 27 millones de euros a los accionistas de Banesto. Salió de la cárcel en 2008 con una bolsa de deporte por maleta. Siete años después, sus hijos y su principal hombre de confianza -detenidos ayer por la Guardia Civil- controlan un patrimonio de más de 30 millones de euros que desemboca en varias sociedades opacas en Holanda, Suiza y Luxemburgo.
Según ha podido confirmar EL ESPAÑOL, Mario Conde mantiene gracias a su familia y a sus hombres de paja el control sobre una veintena de empresas, propiedades inmobiliarias, inversiones financieras y fincas rústicas de alto valor que suman 30 millones de euros. Los investigadores de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil consideran que en los últimos años, el ex banquero se dedicó a repatriar fondos desde Suiza, tanto en metálico como mediante la compra de acciones en las sociedades que su personal de confianza creaba en España.
Ampliaciones de capital bajo sospecha
Desde hace dos años, los investigadores siguen el rastro del dinero, analizando las ampliaciones de capital que desde territorios opacos recibían las empresas atribuidas a Conde. Una de las firmas investigada, Hogar y Cosmética Española, S.A., constituida en 1988 y con el domicilio social en Torrejón de Ardoz (Madrid), tiene un activo total de cuatro millones de euros que se controla en su mayoría desde una sociedad llamada Branacla, abierta en 2001 como una organizadora de ferias y eventos. La administradora de esta compañía, María Cristina Álvarez Fernández, fue detenida también por la UCO.
Según el Registro Mercantil español, todas las acciones de esta empresa están en poder de una compañía suiza llamada Galloix Holding, S.A. La empresa helvética está controlada por tres financieros pertenecientes a una firma de inversión local: una empresa llamada Black Bird Capital Advisors, gestionada entre otros por un español llamado Juan Manuel Cid Cid.
Desde la salida de Conde de prisión en 2008, la empresa ha sufrido dos ampliaciones de capital importantes. Dos inyecciones de dinero que ahora investiga la Guardia Civil. La primera, anotada ante notario en mayo de 2010, aumenta el capital social de la empresa en más de 342.000 euros y hace lo propio con otros 290.000 en junio de 2012. En total, la sociedad presidida por Conde experimentó seis ampliaciones de capital, hasta pasar de los 390.000 euros de capital a superar los 1,4 millones de euros.
El entramado societario
Otra de las compañías del grupo, Las Salcedas, S.A., atesora activos por valor de 17 millones de euros, y de ella pende un conglomerado de otras cinco sociedades distintas: Gestión Integral del Aceite, Inmepre, Cooper Verde y otra filial llamada Oleum Flumine, abierta en 2006 y que en 2013 -ultimo año en el que presentó cuentas- tenía unas pérdidas de 440.000 euros al año.
Según el Registro Mercantil, la firma -que tiene a los hijos de Conde como apoderados y como domicilio social la vivienda del ex banquero- tiene como máximo accionista a una sociedad holandesa: una firma llamada GE.SO.CO Amsterdam, y como segundo representante, a otra sociedad llamada Asebur Inversiones SA. El propietario histórico de esta empresa era, según el registro, la familia Conde, pero desde 19996 figura como propietaria otra empresa suiza, llamada esta vez Koneko Holding, que ya fue protagonista de parte del juicio contra el desfalco de Banesto al comprar la principal sociedad patrimonial de Mario Conde.
Como parte del conglomerado investigado aparecen otras sociedades como Demergisa, con 1,9 millones en activos y controlada. entre otros, por Francisco Cuesta Moreno, también detenido ayer y que controla desde hace más de 20 años las sociedades patrimoniales del ex financiero.
Además, la Guardia Civil arrestó también a su hija Alejandra, que ocupa cargos en 18 sociedades en España. Según fuentes de la investigación, sólo 13 compañías están en el punto de mira de los investigadores, que analizan tanto la entrada de capital extranjero en ampliaciones de capital como la posibilidad de que el personal de confianza de Conde repatriara a España dinero en efectivo.
Las fincas
En octubre de 2012, la Audiencia Nacional bloqueó cuatro fincas en Pollença (Mallorca) a nombre de una sociedad luxemburguesa llamada Beteiligung. El juez Fernando Grande Marlasca consideró entonces que Mario Conde había vendido las fincas -en las que se emplaza una imponente mansión- a esta sociedad centroeuropea para mantener bajo cuerda el control de la propiedad. En total, la empresa de Luxemburgo pagó 600.000 euros por unas propiedades que valían ocho veces más a precio de mercado. Sin embargo, Conde ha negado de forma reiterada estar detrás de la operación.