Fue diputado, senador, delegado del Gobierno en Andalucía y diputado regional antes de ser elegido primer edil en 2003. Y ahí sigue, trece años después de arrebatar el bastión municipal al Gobierno tripartito (PSOE, IU y PA) de la legislatura anterior. José Torres Hurtado (Píñar, 1946), el alcalde de Granada que ha sido detenido por un presunto caso de corrupción, era suspendido cautelarmente de militancia por la dirección nacional del PP mientras intentaba defender su honorabilidad ante la prensa, una vez que fue puesto en libertad con cargos. “Granada no es una ciudad corrupta, y menos su Ayuntamiento”, decía, una vez que supo por los periodistas que su partido cortaba radicalmente la conexión con él hasta que demuestre su verdad ante el juez.
De cara a la galería, siempre ha intentado mostrarse como un campechano, un hombre cercano a sus vecinos que será recordado en la memoria colectiva por comentarios tan machistas como éste: “Las mujeres, cuanto más desnudas, más elegantes”. Torres Hurtado, la persona que más tiempo ha ejercido como alcalde en Granada, se hizo nacionalmente conocido en el año 2007, cuando habilitó un botellódromo para que los jóvenes pudieran disfrutar de su tiempo libre mientras el resto de alcaldes prohibían beber por las calles. Ingeniero técnico agrícola de profesión, coqueteó por primea vez con la política en 1978. En 1982, cuando los vientos soplaban a favor del PSOE de Felipe González, decidió sumarse a las filas de Alianza Popular y fue el número dos por Granada.
El popular, uno de los hombres fuertes de Javier Arenas en Andalucía, siempre se ha mostrado fiel a Mariano Rajoy. Durante la época más dura del presidente, cuando envió los SMS a Luis Bárcenas, Torres Hurtado defendió a ultranza la estrategia general de su partido. “Rajoy respondió en sede parlamentaria. No puede ser que todos los días le estén preguntando por eso”. Y cargó todas las culpas sobre las espaldas del extesorero. “Yo creo que este señor ha cogido dinero usando el nombre del PP para metérselo en su bolsillo”.
Ahora es la dirección nacional del partido la que abandona a su suerte a este político que lleva treinta años encadenando cargos públicos y que nunca tuvo ninguna intención de jubilarse a pesar de tener ya 69 años. “Me seguiré presentando en el año 2030”, reconocía cuando se le pregunta por el paso a las nuevas generaciones.
Torres Hurtado encadenó mayorías absolutas en el Ayuntamiento de Granada desde 2003 hasta 2015, cuando sufrió en sus propias carnes el desgaste del bipartidismo. Entonces necesitó la muleta que ahora quiere quitarle Ciudadanos para continuar en la cúspide de la Alcaldía que este miércoles han revisado de arriba abajo en busca de documentos que evidencien que él y su mano derecha en Hacienda hicieron favores a empresarios. El alcalde lo niega todo.
En el terreno personal, sufrió un infarto en junio de 1014 que le alejó de la vida pública durante casi tres meses. Entonces surgieron muchas especulaciones sobre su futuro político, pero él insistió en que no lo dejaría. Y ahí sigue, de momento, a pesar de estar suspendido cautelarmente de militancia.
Otros casos 'aislados'
El 'caso Serrallo' es el último escándalo que afecta al Partido Popular, pero no es el único. La formación conservadora se ha visto salpicada por una avalancha de distintos casos que incluye ayuntamientos, gobiernos autonómicos y diputaciones.
El siguiente mapa recoge las principales tramas de corrupción cuyos protagonistas son cargos del PP. La mayoría se concentran en la Comunidad de Madrid y la Comunidad Valenciana, feudos históricos populares.
En Madrid destacan el ‘caso Gürtel’ o la Púnica, que toca a consistorios como Boadilla del Monte, Arganda del Rey, Pozuelo de Alarcón, Majadahonda, Parla, Valdemoro, Collado Villalba… En la Comunidad Valenciana, además de los tentáculos de Gürtel y Púnica, han estallado otros escándalos como el ‘caso Brugal’, Rabasa, Abucasis, Cooperación, Nóos, Fabra y un largo etcétera. El último caso, la macro-redada de la Operación Taula registrada en la ciudad del Turia el pasado mes de enero.
Desde Génova siempre se ha defendido que los casos de corrupción no son algo genérico, sino tramas aisladas que afectan a personas concretas que ya están fuera del partido.
La 'aislada' corrupción del PP, sin embargo, también se extiende a otros puntos de la geografía española. La Púnica, por ejemplo, llega hasta la diputación de León, y la Gürtel hasta Cádiz. Y también se suman otros casos: la Operación Pokémon y Orquesta, que salpica a varios ayuntamientos gallegos del PP y del PSOE; el 'caso Mercurio' en Sabadell, que afecta sobre todo al PSC pero también al PP; o la trama de Los Alcázares -una localidad en Murcia donde está implicado al completo el Ejecutivo municipal de la formación conservadora-, entre otros casos.
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