Era el primer cara a cara en privado entre Carles Puigdemont y Mariano Rajoy y todo fue según lo previsto. El president de la Generalitat llegó al Palacio de La Moncloa para exigir un referéndum en Cataluña y el presidente del Gobierno en funciones se lo ha negado rotundamente. "Me ha hablado de consulta y yo le he dicho que no estoy de acuerdo. Él ha mantenido su posición y yo he mantenido la mía", afirmó el líder del PP.
Lo que se ha encontrado el president al llegar a Madrid ha sido un ‘no’ rotundo en las demandas de autodeterminación de Cataluña. Sin embargo, Rajoy le ha tendido una mano para solucionar otras discrepancias entre ambos gobiernos. “No puedo ser optimista respecto a una solución al conflicto entre Cataluña y España”, añadió Puigdemont.
Reuniones entre vicepresidentes
Ante la discrepancia por la consulta, los dos líderes han optado por abordar otras cuestiones en las que sí pueden ponerse de acuerdo. Rajoy ha aceptado que durante los próximos días se produzca una reunión “técnica” entre los dos vicepresidentes, Soraya Saénz de Santamaría y Oriol Junqueras, para abordar una serie de reclamaciones que ha planteado la Generalitat.
El president ha acudido a la reunión con un documento de 46 puntos a tratar, dividido en los cuatro ejes que ya anticipó ayer: la relación entre Cataluña y España, los incumplimientos del Ejecutivo español, la “desjudicialización” de la política y la defensa de ciertos derechos y medidas sociales para los catalanes.
De los puntos planteados, Puigdemont ha pedido a Rajoy que “no abuse” de la capacidad que tiene el Ejecutivo de suspender cautelarmente cualquier decisión que recurre al Constitucional y le ha pedido que no suspenda la ley catalana contra la pobreza energética. El president también ha solicitado al Gobierno central el pago de algunas deudas pendientes del Estado, la reducción de la “asfixia financiera” que sufre Cataluña así como el permiso para que la Generalitat pueda acoger a refugiados.
Puigdemont ha insistido en su voluntad de negociar “hasta el último minuto”, pero ha confirmado que el Govern sigue determinado en la construcción de las llamadas “estructuras de Estado” ya que no confía en los grandes partidos estatales. “La única manera de solucionar esto de manera pactada es que dejen votar a los catalanes”, ha afirmado. Entre febrero de 2012 y julio de 2014, su antecesor Artur Mas y Rajoy se reunieron en cinco ocasiones, dos de las cuales fueron secretas. En esa ocasión Mas llegó a La Moncloa con una lista de 23 reclamaciones. Puigdemont ha afirmado este miércoles que de esas 23 el Gobierno sólo ha cumplido “una y media”.
Elecciones "a mi pesar"
El presidente del Gobierno en funciones sigue sin aclarar cuándo llamará Pedro Sánchez para intentar por última vez cerrar una gran coalición antes de que expire el plazo para formar gobierno. “No quiero entrar en detalles”. En una inusual comparecencia tras verse con Carles Puigdemont, Mariano Rajoy ha vuelto a dejar la pelota en el tejado de Pedro Sánchez para cualquier acercamiento entre ambas formaciones.
Durante las dos horas y cuarto que duró la reunión con el president de la Generalitat, los dos mandatarios conversaron sobre la situación política que atraviesa el país. El líder del PP dijo que España está abocada a unas nuevas elecciones, “muy a mi pesar”. Rajoy insiste en que la oferta de gran coalición que el PP propuso el 21 de diciembre sigue encima de la mesa, pero que no hay nadie al otro lado del teléfono. “Si sigue en su empeño de no hablar, yo no podré hacer nada. Ya no voy a participar más en el juego que no conduce a nada”, afirmó, tras las insistentes negativas de los socialistas a reunirse con los conservadores.
Preguntado por una posible coalición entre Podemos e Izquierda Unida para acudir juntos a la convocatoria del 26J, el presidente del Gobierno en funciones la ha calificado como “una coalición pésima de radicales e integristas”. Sobre Cataluña, el tema central de la comparecencia, Rajoy ha negado a Puigdemont cualquier vía que conlleve un proceso separatista. “Cataluña es España y defenderé esa posición, que es la de la unidad de España”.