Los españoles volverán a votar el 26 de junio. Este martes se consumaba definitivamente el fracaso de todos los partidos políticos en sus intentos de formar gobierno. A lo largo de cuatro meses han ocurrido hechos inéditos hasta ahora en la política española como la investidura fallida de Pedro Sánchez o la firma de un acuerdo de gobierno entre dos partidos que se ha dado en llamar pacto de El Abrazo. Las negociaciones entre unos y otros han sido infructuosas por los vetos mutuos entre PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos.
Muchos y muy diversos han sido los acontecimientos que han regado la actualidad política en estos 127 días. Entre las numerosas conversaciones, golpes de efecto y rectificaciones de lo más variopinto de los diferentes líderes políticos pueden extraerse al menos diez hitos especialmente significativos para explicar este fracaso colectivo que culminará con la vuelta a las urnas.
21 de diciembre. Posiciones alejadas tras la noche electoral. Una vez conocidos los resultados de las elecciones generales, estaba claro que el mapa político era el más complejo de los últimos años. Ninguna combinación aritmética era sencilla. Cualquiera que quisiera gobernar tendría que llegar a acuerdos con otros. El PP abogaba por una gran coalición. El PSOE reclamaba el pacto de izquierdas. Ciudadanos asumía su mal resultado y pedía un gobierno a tres junto a los dos partidos más votados. Y Podemos exigía una serie de líneas rojas como la celebración de un referéndum de autodeterminación en Cataluña.
Las líneas rojas a Sánchez
28 de diciembre. Resolución del Comité Federal del PSOE. Desde que se conocieron los resultados, diferentes sectores del partido liderado por Pedro Sánchez expresaban su frontal oposición a algún pacto con Podemos. Destacaban Susana Díaz y otros barones autonómicos. La crisis interna de los socialistas era evidente. Y culminaba con la celebración de un Comité Federal del PSOE que aprobó una resolución decisiva. Por un lado, dejaba vía libre a Sánchez para formar gobierno, pero con la línea roja de que no podría aliarse con Podemos si Iglesias y los suyos seguían adelante con el referéndum catalán.
22 enero. Termina la primera ronda de consultas de Felipe VI. El día en que el monarca terminaba sus reuniones con los diferentes partidos políticos es uno de los más frenéticos de estos cuatro meses. Primero Podemos propuso al PSOE un gobierno de coalición cuya vicepresidencia debería ser para Pablo Iglesias. Horas después, Mariano Rajoy transmitía a Felipe VI que no quería presentarse a la investidura al carecer de apoyos suficientes. Era la primera vez en la historia en que el candidato del partido más votado tomaba una decisión de estas características. Así, el rey comunicó a Patxi López, presidente del Congreso, que tendría que haber un segundo período de consultas.
2 de febrero. Sánchez quiere someterse a la investidura. Tras una nueva serie de reuniones, el líder del PSOE transmitía a Felipe VI su disposición a someterse a la investidura como aspirante a presidente del Gobierno. Los posibles acuerdos para sacar adelante la formación de gobierno se antojaban complicados. Y, de hecho, Patxi López dio un mes de tiempo para que las diferentes fuerzas políticas negociasen todo lo que fuera menester.
12 de febreo. Rajoy niega el saludo a Sánchez. Fue una de las imágenes más impactantes en esta corta legislatura. Los líderes de PP y PSOE se reunieron en el Congreso para explorar la posibilidad de articular una gran coalición. Era un encuentro que ya se preveía tenso tras el durísimo enfrentamiento que ambos habían mantenido en un cara a cara televisivo durante la campaña electoral. Y el presidente del Gobierno en funciones demostró su profundo desprecio al candidato socialista al negarle el saludo al comienzo de su encuentro. Un gesto que podría resumir el fracaso de estos cuatro meses.
Un acuerdo histórico pero insuficiente
24 de febrero. Firma del pacto PSOE-C's. Tras las negociaciones entre sus equipos, los líderes de PSOE y Ciudadanos, Pedro Sánchez y Albert Rivera, rubricaban en el Parlamento la firma de su acuerdo para la investidura frente al cuadro El Abrazo de Juan Genovés, símbolo del acuerdo entre distintos en la Transición. Podemos se levantaba de la mesa a cuatro entre formaciones de izquierdas con fuertes ataques al PSOE por aliarse con la formación a la que Sánchez llamaba "nuevas generaciones" en la pasada campaña electoral. El pacto, histórico por novedoso, incluía hasta 200 medidas para intentar regenerar España. Pero era insuficiente porque sus firmantes solo sumaban 130 escaños. Y, con el tiempo, se revelaba como inservible.
2-4 de marzo. El intento fallido de Sánchez. En el Congreso de los Diputados se celebró un pleno de investidura de Pedro Sánchez con dos votaciones, una el 2 de marzo y otra dos días después. Como era previsible, en ambas ocasiones el candidato del PSOE solo conseguía los votos de su partido y de Ciudadanos; en la segunda votación también se sumaba el apoyo del único escaño de Coalición Canaria. Fueron sesiones parlamentarias más que tensas, con duros enfrentamientos entre el aspirante a presidente y los líderes de PP y Podemos. Especialmente feroz fue el choque entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, con lo que un hipotético entendimiento entre ambos en el futuro parecía aún más complicado.
8 de abril. Podemos dinamita la mesa a tres con PSOE y C's. Una vez fracasado el primer intento y tras semanas de negociaciones infructuosas, Pablo Iglesias lograba sentarse en una mesa a tres con los negociadores de PSOE y Ciudadanos. Podemos proponía un documento con 20 propuestas para llegar a un acuerdo y sus interlocutores se comprometían a estudiarlas. Sin embargo, al día siguiente, en otro de sus golpes de efecto en este tiempo, el secretario general de Podemos rompía la baraja y dinamitaba esa posibilidad porque no era posible ningún tipo de pacto con Rivera y Sánchez. El partido de los círculos convocaba una consulta a sus militantes para decidir su posición en una investidura.
14-16 de abril. La bases de Podemos rechazan apoyar a PSOE y C's. No había muchas dudas al respecto, pero, por si acaso, los 392.000 inscritos en Podemos decidían casi por unanimidad rechazar cualquier apoyo de su partido al pacto de El Abrazo en otra investidura. Así, quedaba claro que la única opción de formar gobierno sería una gran coalición que, teniendo en cuenta los vetos mutuos entre unos y otros, ya estaba descartado tiempo atrás. El tiempo se agotaba y todo hacía indicar que el único camino era la repetición de elecciones. Eso sí, quedaba la tercera ronda de consultas convocada por Felipe VI.
Una jornada de infarto para acabar
25 y 26 de abril. El tercer período de consultas y la propuesta de Compromís. En línea con lo insólito de todo lo que ha ido ocurriendo en la legislatura más corta de la democracia, este martes, segundo día de la ronda de Felipe VI con los partidos, se vivía otra jornada de infarto en el Congreso de los Diputados. Cuando nadie tenía esperanzas en acuerdo alguno, Compromís proponía tanto al monarca como a las formaciones de izquierdas la firma de un pacto, llamado Acuerdo del Prado y compuesto por 30 medidas, para formar un ejecutivo.
El PSOE respondía aceptando 27 de las 30 medidas. Esa contraoferta no satisfacía, ni mucho menos, a Compromís ni al resto de formaciones de izquierda. Podemos culpaba al PSOE del fracaso de este intento in extremis y, por ende, de la repetición electoral. El PSOE, a su vez, responsabilizaba a Podemos de la vuelta a las urnas. Ciudadanos señalaba al PP. Y, por último, Rajoy culpaba a todos los demás. Nada nuevo bajo el sol en estos meses en que unos y otros se han vetado y culpado mutuamente sin freno ni ambages. Felipe VI cumplía el trámite de no proponer a ningún candidato. Y Patxi López consumaba que habrá que volver a votar. Cuatro meses después, el fracaso de todos ya es innegable.
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