Albert Rivera bajó del patio de butacas al escenario. Minutos antes, como un espectador más, sus risas y las de su equipo de colaboradores más cercano eran evidentes en algunos de los diálogos de Debate, la obra de teatro más política escrita y dirigida por su compañero de partido Toni Cantó. Al terminar la representación, Rivera, Cantó y la terna de actores de la función -Marta Flich, Pepe Ocio y Philip Rogers- participaron en un coloquio con el público en los Teatros del Canal de Madrid.
Debate es un texto que bucea en el barro más canalla de la política. Cuando Rivera dejó el patio de butacas para mirar al público de frente, la gente tenía ganas de hablar. Una persistente gotera mojaba la parte del escenario que separaba la grada de las cinco sillas que ocupaban los protagonistas. Cayetana Álvarez de Toledo, ex diputada del PP, estaba ahí y tomó la palabra. Una pregunta directa para Rivera: “¿Qué hacemos con la confluencia entre populismo y separatismo?”.
“Trump, Podemos, Syriza… son hijos de lo mismo”, dijo Rivera. “El populismo se combate acabando con las causas que dan alas al populismo; no criminalizándolo”.
El líder de Ciudadanos advirtió de los riesgos de romper con el modelo de sociedad actual. Pero reniega de diagnosticar la alianza Podemos-Izquierda Unida de "disolvente extremista", como hace Mariano Rajoy. En su opinión, es normal que una persona con dos carreras que cobre 700 euros al mes esté indignada. Lo importante, en su opinión, es hacer comprender a un electorado que está “hasta las narices” que hay soluciones regeneradoras para devolver la ilusión colectiva a un país. La clave, dijo, es la empatía.
“La clave es empatizar con las causas que el populismo aprovecha, combatirlas y hacer que la política se regenere”, señaló. “La democracia hay que currársela día a día”.
La fontanería del bipartidismo
Debate es el drama de dos fontaneros del bipartidismo que negocian a cara de perro los debates televisados de una campaña electoral. Hay una tercera pata en la historia. Es el papel de Marta Flich como presentadora de televisión. El periodismo no sale indemne de la crítica. Los diálogos están cargados de ironía y golpes de sarcasmo demasiado familiares para los periodistas y políticos que se mueven en ese mundo.
La obra es una crítica al dupolio. Por eso cuando Rivera salió al escenario nadaba a favor de la corriente. Porque su imagen rompe con lo establecido. El texto recuerda demasiado a las elecciones del 2011. Un presidente (socialista en este caso) saliente y casi desahuciado contra un candidato (conservador) que poco o nada tiene que hacer para ganar las elecciones. La victoria por demérito del rival es una tradición muy española. Pero es cierto que ya se insinúa la presencia de nuevos partidos.
La partida de ajedrez de los asesores es a muerte. No sólo contra el adversario político, que es (parece) evidente, sino también contra el compañero de filas. Cuando los protagonistas discuten si abrir la mano a los emergentes en el debate, ambos coinciden en que la Junta Electoral no se lo echará en cara. “Pero si la Junta Electoral somos nosotros”, dicen. Rivera sonríe. Es una frase que para él lo resume todo.
"Montesiquieu está muerto y enterrado en España", dijo. "Todos los caminos conducen a este sistema".
En el coloquio, Cantó aseguró que exagera lo peor de la vieja política, porque también le viene bien a la dramatización teatral. Ciudadanos está considerado nueva política, aire fresco. Rivera, sin embargo, no dio todo por perdido. En su opinión, la obra retrata el búnker que han construido algunos entorno a sus líderes. Ese búnker está muchas veces al margen del partido y casi siempre en la única lógica de conservar el poder. “Putas primarias”, dice el personaje que interpreta Pepe Ocio en una de las escenas.
“Se confunden intereses partidistas con los de país. Los intereses de un búnker, de un grupo de personas contra el propio partido”, explicó. “Es el grupo de un presidente o del secretario general que se protegen. Se generan facciones de intereses que representa. Defienden a él y a sus circunstancias, como diría Goyo Jiménez”. El humorista Goyo Jiménez estaba presente en la sala.
'House of cards', 'El ala oeste' o 'Borgen'
Pero Rivera también quiso poner en valor la negociación. No todo es House of Cards, también está la política con mayúsculas como en el El ala oeste de la Casa Blanca e incluso Borgen. “Esa no toca todavía en España”, bromeó. Rivera dijo que es necesario negociar sobre los debates. Y que, en general, el diálogo es sano. El candidato de Ciudadanos recordó el pacto de 'El abrazo' con el PSOE.
“No sirvió para formar gobierno, pero ver a Jordi Sevilla y Luis Garicano negociando hasta la última coma de la última cifra… Eso también es política”.
Rivera insistió en que los cuatro partidos que ahora mismo hay en el panorama político han traído renovación pero también mucha más dificultad para formar gobierno. La consigna es que el diálogo será necesario después del 26-J.
Medios públicos: si no funcionan, se cierran
Debate también reparte a los medios de comunicación, las filtraciones, algunos periodistas y el interés de los partidos por controlar el mensaje. Según Rivera, los medios públicos tienen sentido si son plurales y no se convierten en un agujero negro. Para el líder de Ciudadanos, no es de recibo que estos medios se conviertan en un pozo que además drena el presupuesto público hacia productoras privadas del amigo del político de turno.
“Es un debate pendiente”, dijo. “ O arreglemos los medios o no podemos tenerlos como los tenemos. Si no funcionan, o lo arreglamos o lo cerramos”.