Pablo Iglesias y Alberto Garzón protagonizaron el acuerdo bautizado como el 'Pacto de los botellines', por las cervezas que se tomaron para celebrar que se presentarán juntos a las elecciones. Pero en política hay amigos, enemigos y, por último, compañeros de partido. Por eso el acto de proclamación como candidato de Pedro Sánchez, que tendrá lugar este sábado en Móstoles (Madrid), tiene un simbolismo inusual. Tiene morbo (político).
Susana Díaz, presidenta de Andalucía, la sombra que desde Sevilla planea incesantemente sobre la secretaría general socialista, será la encargada de presentar a Pedro Sánchez en su puesta de largo como candidato por segunda vez a las elecciones generales. Hay que remontarse al congreso extraordinario del PSOE, el 27 de julio de 2014, para encontrar un precedente. Entonces, ella era la presidenta del congreso "extraordinario en todos los sentidos" que con un "¡Ánimo Pedro, alante!" presentaba a Sánchez "como secretario general de todos los socialistas de España".
Han pasado algo menos de dos años desde entonces y el ambiente es diferente: más frío, más frágil y con más incertidumbre en el futuro próximo. El acuerdo de Podemos con IU y la polarización entre esa alianza y el discurso del miedo que ya asoma en el PP ponen en riesgo no ya la victoria del PSOE, algo que casi nadie cree posible, sino ser segunda fuerza con opciones de gobernar con pactos.
Un gesto simbólico
Por ese motivo, el gesto es simbólico y en Ferraz lo ven como el inicio del despegue de la campaña definitiva que devuelva a un socialista a la Moncloa. No en vano, el discurso solemne se lleva de Madrid a Móstoles, donde hay un alcalde socialista (el PSOE no gobierna en las principales capitales), allí donda se firmó el Bando de Móstoles que el 2 de mayo de 1808 llamó a los españoles a empuñar las armas tras la represión de la revuelta de la capital, recuerdan con sorna en Ferraz.
Sánchez llega a la cita tras una semana agridulce. Iglesias y Garzón comenzaron celebrando su pacto en la Puerta del Sol y luego aprovecharon las divisiones del PSOE sobre las candidaturas al Senado para desgastar a Sánchez. Finalmente, Sánchez se impuso a los que exploraban una lista con Podemos y otros partidos, como Ximo Puig, el presidente de la Comunidad Valenciana, y en menor medida los socialistas de Baleares y Aragón. Fichó a la magistrada Margarita Robles como número dos para su lista, aportando solidez a una candidatura que naufragó el 20-D, y a Josep Borrell como ministro de Exteriores en la sombra.
¿El inicio de la remontada?
El domingo, en Barcelona, Sánchez presentará a su comité de sabios en un acto destinado a exhibir la solvencia de su equipo. Pero antes él será presentado por Susana Díaz. Según su equipo, se tratará de un discurso "en positivo", destinado a exaltar el orgullo y la autoestima de los suyos. "No será una cascada de propuestas programáticas sino que habrá épica", basado en tres ejes: un país más justo, oportunidades para todos e instituciones ejemplares, según su equipo.
Allí estarán buena parte de los barones, aunque no todos. El acto pretende ser una demostración de fuerza, la exhibición de la tregua interna hasta el 26-J y el inicio de la remontada para tratar de mantener o mejorar un resultado en una campaña que, como explicaban viejos referentes del partido, es mucho más complicada que la del 20-D.
Noticias relacionadas
- Ximo Puig cede y el PSOE aprueba sus candidaturas sin listas al Senado con Podemos
- Robles: "Estoy cansada de discursos: contra la corrupción, más medios sin excepción"
- Podemos y PP celebran la polarización electoral entre las dos Españas
- El incendio por las listas al Senado interrumpe la tregua interna del PSOE