Imaginen un cartón de bingo en el que en vez de números hay afirmaciones. Dejémoslo en promesas electorales. El afortunado que tuviese en sus recuadros el “España está creando empleo”, “el culpable de que haya aumentado el independentismo es usted” o “vosotros congelasteis las pensiones” cantaría “¡bingo!” antes de que los bingueros Rajoy, Sánchez, Rivera e Iglesias terminaran sus discursos.
No correría tanta suerte en esta sala del 26-J el jugador que tuviese en sus manos casillas con temas como los desahucios, los refugiados, la legalización de la eutanasia, la prostitución, los delitos de odio o el aumento de los casos de VIH. Tampoco cantará ni tan siquiera “¡línea!” aquel con un cartón impreso con asuntos como el cambio climático, los miles de niños que esperan ser adoptados o la gestación subrogada.
Estos son los temas que serán desterrados durante la campaña a un segundo plano. Problemas y asuntos sociales que estarán totalmente eclipsados por la corrupción, los pactos electorales, Venezuela y las medidas económicas y laborales.
18.000 niños esperan a ser adoptados
En España son más de 18.000 los menores de edad que esperan ser adoptados mientras que, paradójicamente, hay 33.000 familias deseando darles un hogar. La china en el zapato de esta situación se encuentra en la ley para la protección de la infancia aprobada el pasado año, que casi 12 meses después sigue sin ser desarrollada, lo que provoca que las miles de familias “no tengan dónde dirigir su expediente o estén atascadas”.
“Un niño sin familia es el ser más vulnerable que existe en cualquier sociedad. No se puede defender y alzar la voz por sus derechos y tampoco tiene derecho a voto. Es por eso por lo que esta durísima realidad no molesta, ni tampoco aporta un beneficio electoral”, explica a EL ESPAÑOL la presidenta de la asociación Familias de colores, Susana Morales.
En su opinión, este tema debería ser una prioridad “absoluta” en campaña para que todos los partidos busquen una solución: “El futuro de estos niños no es una cuestión de color político sino de humanidad”.
Abrir el debate de la gestación subrogada
La gestación subrogada o gestación por sustitución es una forma de reproducción asistida en la que, además de los futuros padres, participa una tercera mujer encargada de gestar el embrión. Esta técnica, comúnmente llamada como ‘vientre de alquiler’, se produce cuando, mediante un acuerdo o contrato, consiente libremente en llevar a cabo la gestación, con el compromiso irrevocable de entregar el nacido a los otros intervinientes que serán los padres.
Esta es la teoría. Una negro sobre blanco que aún no es legal en España, pese a ser cada vez más las voces que piden una regularización en la materia para así evitar que los interesados en ella se vean obligados a ir al extranjero para ser padres.
La voz cantante en nuestro país la lleva la Asociación por la gestación subrogada en España, que tiene elaborada una Iniciativa Legislativa Popular para llevar al Congreso cuando recoja los avales suficientes.
En clave política, este tema que no ocupará minutos durante los mítines electorales, los distintos partidos políticos mostraron sus posiciones hace unos meses cuando en la Comunidad de Madrid Ciudadanos presentó una Proposición No de Ley para pedir al Gobierno regional que se dirija al Central para reclamarle una ley sobre el asunto.
Cristina Cifuentes decidió sumar al Partido Popular a la iniciativa naranja pero tres de sus diputados dijeron ‘no’ durante la votación. Al igual que PSOE y Podemos que no quisieron que la iniciativa prosperase.
El odio al diferente
Sólo en Madrid ya se han registrado en lo que llevamos de año 79 agresiones a homosexuales, lesbianas o transexuales por su condición sexual. Al grito de “maricones de mierda”, “bolleras” o “travelos” han sido agredidas más de diez personas al mes en la Comunidad, tal y como recoge el registro que lleva la asociación LGTB Arcópoli.
“Los delitos de odio necesitan una ley integral porque necesitan un tratamiento legislativo similar al de la violencia de género. En la actualidad estos delitos tienen unas lagunas en su tratamiento que se están comenzando a subsanar pero que necesitan una base legal” analiza para este periódico Rubén López, portavoz de delitos de odio de Arcópoli.
En su opinión, debería ser este otro asunto con un papel más relevante durante la campaña. Donde los políticos muestren su cartas en el asunto y saber qué actuaciones en competencias de Justicia o Interior pondrían en marcha para poner solución a esta problemática.
“Es necesario poder luchar eficazmente contra una violencia muy presente en nuestra sociedad y, a menudo, muy olvidada por ser las víctimas integrantes de colectivos vulnerables e invisibilizados”, apostilla López.
¿Por qué no se habla de drogas en campaña?
Reveladoras fueron las palabras del candidato a la Presidencia del PSOE, Pedro Sánchez, durante un encuentro con los responsables de la revista Mongolia. El líder socialista reconocía que el debate sobre la legalización de las drogas es un asunto “que hay que abrir”, pero no es en este momento: “Siempre cometemos el mismo error, que es hablar de estas cosas en campaña electoraL. Es cuando no tenemos que hablar de ellas”. Pero, ¿por qué no?
En el último CIS publicado que recoge los asuntos que preocupan a los españoles aparecen las drogas como uno de los temas que inquietan junto a la corrupción o el paro. El consumo de sustancias ilegales en España es un fenómeno vinculado al ocio, que afecta generalmente a jóvenes que toman por diversión sustancias psicoactivas, cuyos riesgos no perciben. Cannabis, cocaína y éxtasis son, por este orden, las sustancias ilegales más ingeridas, según el Ministerio de Sanidad.
Además, según los últimos datos, el consumo de cannabis y de cocaína ha aumentado en nuestro país un 50% en la población de entre 15 a 64 años. Siendo especialmente significativo este incremento en los estudiantes de Enseñanzas secundarias.
Repunte del acoso escolar
¿Recogerá algún micrófono durante el tiempo que queda de campaña el nombre de alguno de los niños que se han quitado la vida tras ser acosados en el colegio? ¿Hablarán de Diego, un menor de Leganés que se suicidó tras cursos de bullying con una carta en la que decía que acabar con su vida era la única forma de no volver a su clase?
Los datos son “alarmantes”, según explica la Fundación ANAR. En el último año se incrementó el acoso escolar casi un 75% y se ha cuadruplicado desde 2009. Sólo el teléfono de la Fundación que se dedica a ayudar a jóvenes y niños en situación de riesgo, atendió 573 casos de acoso escolar en 2015, mientras que en 2014 las llamadas fueron 328.
Son cifras que debería estar impresas sobre los discursos electorales porque en opinión del director de ANAR, Lorenzo Cooklyn, “demuestran que el problema del acoso escolar es cada vez más destacado y hay que intervenir para atajarlo desde diferentes ámbitos de actuación.
Estos son cinco de los grandes temas que pasarán a un segundo plano. Se sumarán al aumento de la violencia de género en nuestro país según los últimos datos publicados por el INE, a la derogación (o no) de la última reforma del aborto del PP o el debate sobre la legalización de la eutaniasia. Las bolas de este bingo electoral llevan días dando vueltas en el bombo del 26-J, ¿cantará alguien “bingo” con este cartón?