Al final, Mariano Rajoy prácticamente clavó el resultado electoral. El presidente del Gobierno en funciones había pronosticado en torno a 135 escaños y acertó. Es el único dirigente político que anoche pudo proclamarse victorioso. Mejoró su resultado en términos de escaños y de votos. Sus adversarios han quedado todos como meros supervivientes.
El mayor varapalo se lo ha llevado Podemos que pese a unirse con IU no ha logrado más que el mismo número de escaños que tenia con casi un millón menos de votos. La teoría de la hegemonía de Errejón e Iglesias ha topado con un límite claro. Aunque Iglesias diga lo contrario, ha aparecido un techo donde no lo esperaban. El líder de Podemos ganó la campaña y perdió las elecciones. Esto les obligará a replantearse su lugar en el mundo.
Pedro Sánchez logró evitar el Sorpasso, pero ha perforado el suelo de su “resultado histórico” de diciembre. Ha quedado a más de 50 escaños del PP y eso hará muy difícil que pueda desarrollar cualquier iniciativa política que suponga plantear una alternativa o poner palos en las ruedas a un intento del PP por intentar gobernar. Susana Díaz ha visto además cómo el PP ganaba en Andalucía y eso altera los equilibrios internos en el comité federal.
Ciudadanos empeoró su votación en sitios clave para ellos, como Cataluña. Pero con 32 escaños ha salvado algo más que los muebles. La formación naranja marcará la diferencia entre un gobierno frágil y uno estable. Lo que Albert Rivera no podrá exigir con la misma rotundidad con que lo hacía la semana pasada es que Mariano Rajoy dé un paso al costado sin correr el riesgo de convertirse en un partido inútil.
Rajoy tiene ahora que renunciar a su anuncio de la semana pasada donde dijo que pensaba repetir lo hecho tras el 20-D si la votación arrojaba un resultado similar. Ahora, con más de medio millón de votos adicionales, tiene que ponerse a trabajar para formar un gobierno sin descartar ninguna alternativa. Un gobierno que puede comenzar con un determinado respaldo, pero que puede ir sumando apoyos a lo largo de su existencia.
No es fácil determinar qué impacto ha tenido el brexit inglés en la votación, pero sí es muy relevante el enorme fallo de las encuestas que en el caso del PP le dieron hasta 20 escaños menos. El desafío planteado por el brexit, la inestabilidad en los mercados y en las instituciones que ha traído este referéndum británico, obligan al PP a intentar crear el gobierno más sólido posible para España y también para Europa. A lo largo de estos seis meses, Rajoy ha demostrado que sabe defender muy bien sus intereses personales. Se atrincheró en Moncloa y aguantó las críticas de casi todo el mundo. Pero, como dijo al celebrar su victoria en el balcón de Génova, ha llegado la hora de “poner los intereses generales de los españoles por encima de todo”. Y eso exige no hacer lo mismo que hizo en los últimos seis meses.