No hay pretendientes para el Príncipe de Asturias. La Armada sacará a subasta, por cuarta vez, el que en su día fue su buque emblema, un portaaviones de unos 200 metros de eslora y casi 25 de manga. Hasta ahora, varias empresas se han interesado por hacerse con el navío, pero ninguna ha hecho una oferta firme. De los 4,8 millones de euros con los que arrancó la primera puja, en septiembre saldrá con un precio de salida de 2,4. Y sin ninguna garantía de que la rebaja atraiga de forma definitiva a un comprador.
“El producto es interesante, pero el mercado no permite que hagamos una inversión de este nivel”, comenta el portavoz de una de las empresas que visitó las dependencias del portaaviones antes de que se celebrase la primera subasta. No revela la identidad “por estrategia” ante otros posibles compradores, pero apunta al desplome del precio del acero como la principal causa para no presentar oferta. “Hoy por hoy, no es rentable”, advierte.
El destino del portaaviones debe ser el desguace. La condición que impone la Armada es que el navío sea desmontado. El negocio está en la venta del material que constituye el Príncipe de Asturias: aproximadamente, 8,5 millones de kilos de metal, de acuerdo a informaciones publicadas por ABC. De esa cantidad, 6,15 millones de kilos son de acero, un material cuyo precio ha caído en los últimos años un 93,87%.
Un navío desarmado
Efectivos de la Armada ya retiraron de la nave, en Ferrol, todo armamento o material susceptible de ser utilizado con fines bélicos. Por el momento, vendedor -la Armada española- y posibles compradores están lejos de llegar a un acuerdo. La propuesta de 2,4 millones que se lanzará en septiembre está todavía muy por encima de los presupuestos que manejan las empresas interesadas en su desguace. “Salvo sorpresa en el mercado del acero, que no está prevista, no podremos llegar a la cifra que nos piden”, esgrimen desde una de las firmas.
En total, una quincena de empresas visitaron el Príncipe de Asturias, pero sólo una -Logiscrap- presentó una oferta. La propuesta, no obstante, quedó en papel mojado, al no depositar la fianza requerida a tal efecto.
¿Convertirlo en museo?
El Gobierno de España ha recibido otras propuestas para el Príncipe de Asturias, aunque finalmente quedaron desestimadas. A finales de 2013 se especuló con la posibilidad de vender el portaaviones a la Armada de otro país, y entonces sonó con fuerza el nombre de Angola. El pliego de condiciones de la venta del navío, finalmente, apuntó al desguace como su destino final.
Otra posibilidad que planteó un grupo de ciudadanos y de militares retirados era la de convertir el buque en un museo. "El regalo que está haciendo el Gobierno de España ni siquiera se explica por la política de recortes emprendida a lo largo de la legislatura", lamenta la asociación Salvemos al Portaaviones. Su objetivo: "Destinarlo como museo militar".
La asociación se refiere al Príncipe de Asturias como "una parte de nuestra historia marítima". En el historial del navío, construido por la Empresa Nacional Bazán (hoy, Navantia) y botado en mayo de 1982, figura la intervención en la primera guerra del Golfo, en 1991. También ha participado en maniobras conjuntas con aliados estratégicos del Gobierno español. El rey Felipe VI completó su formación militar a bordo de este navío.
El portaaviones fue despedido a principios de 2013 en un acto celebrado en Rota: los costes de mantenimiento y la botadura de un nuevo buque emblema -el Juan Carlos I- empujaron a Defensa a tomar la decisión de prescindir del Príncipe de Asturias.