21 días es el tiempo por el que una mujer alquila una plaza en un piso o club para ejercer la prostitución. Después, tienen que moverse rápidamente a otro lugar porque los proxenetas solo aceptan "carne fresca". Las fiestas de San Fermín son un reclamo de diversión bien entendida, pero también de excesos. En estos días, los anuncios en las páginas de contactos evidencian que la demanda de prostitución crece. Solo en Pamplona, hay más de 100 pisos en los que se ejerce. Los clubes aprovechan las fiestas para ofertar "chicas nuevas" e incluso para contratar un autobús que recoja a los hombres del centro de la ciudad para acudir al club.
Hombres de todas las edades demandan estos servicios y comparten opiniones entre ellos, como si de comprar un objeto se tratara. Cada vez más jóvenes. "Ayer vimos un comentario en un foro de un grupo de chavales de 4º de la ESO que pedían información sobre el club que tuviera a las chicas más higiénicas", cuentan desde Acción Contra la Trata (ACT). Pamplona recibe durante sus fiestas la visita de miles de personas. "Muchos de ellos son hombres jóvenes, potenciales consumidores de prostitución". Amelia Tiganus, superviviente de prostitución y trata, es clara: "El problema está en por qué los hombres quieren acostarse con mujeres que no les desean, que solo quieren el dinero".
"El foco hay que ponerlo en el prostituidor"
Que las chicas "están ahí porque quieren" es una excusa habitual entre quienes acuden a clubes o pisos para satisfacer sus deseos sexuales. La repregunta desde ACT es rotunda: "¿Y cómo lo sabes?". Para estos expertos, hay indicios claros de que una chica está siendo forzada a ejercer la prostitución y de que existe trata con fines de explotación sexual. "A veces incluso ellos mismos lo cuentan en los foros, dicen que no quieren hacer todo lo que se les pide, que no hablan el idioma...". Que sean inmigrantes, de hecho, es otro de los indicios. "Probablemente están ahí porque viven una situación de precariedad y no tienen papeles ni cómo salir adelante". Nadie crece diciendo: "Quiero ser prostituta". Amelia, nacida en Rumanía, no lo duda: "El 98% de los anuncios de contactos que aparecen en prensa pueden ser trata".
El 98% de los anuncios de contactos que aparecen en prensa pueden ser trata
"¿A quién le importa la vida de las prostitutas?"
El Ayuntamiento de Pamplona ha impulsado una campaña en los últimos años para evitar las agresiones sexistas en las fiestas. Algunas de las medidas que impulsa son una mano roja que simboliza el "no es no" o un estudio de las "actitudes y discursos" que acompañan a las agresiones sexistas en fiestas y entornos con altos consumos de alcohol y droga.
No obstante, siguen pasando desapercibidas las agresiones físicas y psicológicas que pueden sufrir quienes se dedican a la prostitución. "Es un tema que hay que ir introduciendo poco a poco", indican desde ACT. Lo importante, dicen, es "no olvidarlas". Insultos, violaciones, no utilizar el condón o retirarlo, obligar a las mujeres a consumir drogas o a realizar prácticas no acordadas son algunos de los "tipos de violencia" a los que se enfrenta una mujer en situación de prostitución. Amelia sabe que muchas de las chicas que desaparecen están en peligro. "Podemos pensar que han huido, pero es más fácil que sean asesinadas, tiradas a una cuneta, ¿a quién le importa la vida de las prostitutas?", se pregunta.