Daniel Montero Alejandro Requeijo

"Al final, igual nos vemos todos en Alcalá Meco". Quien hacía esta predicción, cada vez más cerca de hacerse realidad, es el empresario José Faya, uno de los principales colaboradores del ex embajador Gustavo de Arístegui y el ex diputado Pedro De la Serna en sus comisiones millonarias. "Tengo información fehaciente para hacer mucho daño, y no quiero joder la vida a nadie", explicaba el empresario para reclamar un dinero impagado. Estas palabras fueron la espita que detonó el caso. La gota que colmó el vaso del silenció y terminó aireando los negocios de unos y otros. Una guerra por el dinero que ha terminado con los dos políticos del Partido Popular y su socio imputados en la Audiencia Nacional, acusados de enriquecerse de forma ilegal intermediando para empresas españolas. 

Las conversaciones y la documentación del caso, a las que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, reflejan la tensión entre los tres colaboradores hasta llegar a las amenazas: "No empieces una guerra que no va a terminar bien para nadie. Y menos para tí", espeta el ex embajador en La India a su colaborador en una de las grabaciones ¿La causa para tanta tensión? José Faya -al que adeudaban importantes cantidades desde 2010- acusaba al diplomático español de cobrar comisiones a sus espaldas y desviarlas luego a cuentas personales. Mientras, Faya esperaba sin éxito cobrar su parte del negocio. En su defensa, De Arístegui alegó que los fondos sirvieron para cubrir una emergencia; una importante deuda con el fisco, que le reclamaba 170.000 euros.

Alcalá Meco

Esa maniobra fue la que lo provocó todo. La que hizo que Faya tomara las grabaciones y presentara una denuncia en la Fiscalía Anticorrupción que echó a andar el caso. En esas cintas, el ex diputado Pedro De La Serna confirma que De Arístegui usó los fondos de Elecnor para pagar a fisco: "El tenía una deuda con Hacienda. Y ha habido alguien que le ha ayudado para que la salde", explica. Y todo siendo embajador en La India.  

"Yo pongo la mano en el fuego por Gustavo"

La batalla entre los tres colaboradores arranca en 2010, cuando la empresa de los dos cargos públicos firma un contrato con Elecnor, una empresa española que quería construir una desaladora en Argelia. La multinacional contrató a los políticos españoles para engrasar el proyecto y se comprometió a pagar el 1% del negocio en una empresa holandesa: 2,5 millones de euros. Sin embargo, los pagos nunca se completaron. Como Elecnor no pagaba, De Arístegui y De la Serna tampoco lo hacían. Y así pasaron cinco años hasta que José Faya detectó en 2015 el cobro que el ex embajador en La India consiguió de Elecnor y destinó a pagar sus deudas tributarias.

Igualas

"No creo que tengas ni un solo dato que te permita decir que Gustavo se ha llevado las igualas por fuera", mantiene De la Serna avalando a su compañero en otra de las conversaciones. "Que no joder José, que te juro yo que no", prosigue. "Tu tendrás el dato de que Gustavo ha cobrado una cantidad. Y además la ha cobrado de golpe. La ha cobrado antes de fin de año justo", relata el ex diputado, confirmando que su socio recibió los fondos cuando todavía era embajador. "¿Tú te crees que si Gustavo tuviera dinero y se estuviera llevando las comisiones por fuera, cosa que no haría nunca, y yo pongo la mano en el fuego por él, él habría vivido hasta este año con riesgo de inspección y de que le quitara 170.000 euros Hacienda? ¿Tú te crees que es gilipollas?", se pregunta De la Serna.

Igualas 2

"Si yo fuera otro, te garantizo que iba a por ti"

El tono de las conversaciones sube cuando pasan los meses y el dinero de Elecnor no llega. José Faya reclama cada vez los pagos con más contundencia y llega con De la Serna al enfrentamiento directo: "Estás haciendo acusaciones muy graves e imputaciones muy serias. Si no fuera yo, si fuera otro, te garantizo que iba a por tí. Lo que pasa es que yo no soy así", espeta el ex diputado. "Pues yo soy así", reconoce Faya. "Háblate con Gustavo que no me coge el teléfono. Y si no me coge el teléfono, tendré que denunciar", concluye.

Poco después, llegó la llamada del embajador, el hombre al que Faya acusaba de cobrar comisiones a sus espaldas mientras él esperaba paciente el pago prometido. "Yo intervengo como padre de mis hijos, pero no tengo nada que ver con Karistía desde 2012", advierte De Arístegui. "Pues sigue apareciendo tu nombre", contesta su colaborador. "Como tú sabes muy bien, es porque tenemos un problema con Hacienda", reconoce el diplomático. "En aras a que todo el mundo se quede tranquilo, Borja (De Arístegui, hijo del diplomático) Y Pedro (Gómez de la Serna) están buscando una solución con Elecnor para que, aunque ellos no hayan cobrado, te paguen la totalidad de tu asunto en breve plazo". "Mi situación, dadas las circunstancias es muy delicada económicamente hablando", recuerda Faya. "La única solución para que no estés en una situación delicada económicamente hablando es que no empieces una guerra que va a terminar mal para todos pero sobre todo para tí. Esto significa que en un breve plazo tendrás el dinero que tanto necesitas".

Gustavo

Imputados

Pese a las promesas del ex embajador el La India, el dinero nunca llegó. Al menos así lo denuncia José Faya en su escrito del 11 de noviembre del pasado año, ante la Fiscalía Anticorrupción. El empresario acompañó el documento con un pendrive, un anexo documental con los negocios ocultos de Arístegui y De la Serna, grabaciones entre los tres colaboradores y los correos electrónicos cruzados entre ellos. Tras las grabaciones publicadas por el diario El Mundo y la Cadena SER, el caso estalló públicamente en los juzgados en abril de 2016, cuando la Audiencia Nacional citó como investigadas a 20 personas. Los dos ex responsables públicos -colocados por el fiscal al frente de la trama- se enfrentan ahora a cargos por presunto cohecho, blanqueo y organización criminal. Su socio y denunciante, José Faya, ha resultado también investigado. Si se cumplen los peores augurios, es posible que al final, tenga razón con aquello de verse todos en la cárcel. 

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