Un cuchillo de carne, 480 euros. Un viaje a Baqueira para celebrar el año nuevo, 2.920 euros. Un bolso de Louis Vuitton, 855 euros. Una chimenea para la casa del pueblo, 850 euros. Y hasta 556 en manuales de matemáticas, cuadernos de plástica y otros libros de texto de primaria y bachillerato facturados a nombre de la empresa. Así, cargando gastos personales a su sociedad profesional, el ex diputado Pedro Gómez conseguía rebajar el dinero que Hacienda recibía de sus labores como conseguidor en el extranjero. Unas labores que ahora investiga la Audiencia Nacional.
Según las facturas giradas por la empresa, a las que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, el ex diputado del Partido Popular facturó a nombre de Scardovi desde compras personales en supermercados hasta viajes a Ibiza. El 29 de diciembre de 2013, la empresa registró un cargo de 2.920 euros a nombre de Viajes Baqueira Beret, la firma que gestiona las estancias en la familia estación de esquí. La factura del viaje coloca como cliente a la esposa del político español, que celebró la nochevieja en la nieve.
Un año antes, la misma empresa recibe una factura detallada por 27 libros de texto infantiles cargados también a Scardovi. La consultora empresarial pasó como gastos en su actividad profesional cuadernos de trabajo de Matemáticas y Lengua, manuales de Conocimiento del Medio, manuales de ciencias sociales e incluso el papel de forro para los libros. En total, 556 euros facturados en octubre de 2012 a cargo de Scardovi. Dos semanas antes, la sociedad recibe de la misma empresa otra factura de 474,78 euros con el epígrafe "Publicaciones jurídicas". La fecha coincide con el inicio de las clases del hijo del diputado, que en aquellas fechas cursaba segundo de derecho. La compra de libros de texto se repite un año después en la misma tienda.
EL ESPAÑOL ya informó la pasada semana de cómo De la Serna contrató en su empresa tanto a su mujer como a sus hijos (uno de ellos tenía 16 años en su primer contrato) y a la empleada de hogar. Los informes de Hacienda certifican que la sociedad del ex político popular recibió gastos ficticios para rebajar la factura fiscal. Y las facturas demuestran que cualquier cosa valía para ocultar el auténtico nivel de rentabilidad de la empresa. En abril de 2012, Alguien cargó a Scardovi una compra de galletas oreo, cervezas, picos de pan, muesli, cereales y patatas fritas. 43 euros en total de una compra similar a la de cualquier familia española. Pero facturada a nombre de una consultora internacional. Un mes después, la factura del supermercado incluye Foie-gras de pato, 123 euros en champagne, 23 euros en ahumados y otros 174 euros en botellas de Barón Chitel, un Rioja de Marqués de Riscal.
10.000 euros en una joya
Antes de pasar por la Audiencia Nacional, la contabilidad Scardovi estaba ya en manos de Hacienda. En febrero de 2016, el fisco español comenzó una inspección tributaria que afectaba directamente a las finanzas tanto de Pedro Gómez de la Serna como a su sociedad profesional. Desde el primer momento, los informes del fisco en ese procedimiento demuestran el interés de los funcionarios por conocer la actividad del ex diputado como conseguidor y la veracidad de sus contratos. Los mismos que ahora analiza la Audiencia Nacional con la sospecha de que De la Serna y su socio, Gustavo De Arístegui blanquearon fondos procedentes de sus comisiones.
La contabilidad de la empresa refleja además constantes compras en ferreterías y materiales propios de reforma de obra. Como ejemplo, pese a que el domicilio social de la empresa está en Madrid, el 22 de julio de 2013 un albañil gira una factura de 3.772 euros por los trabajos realizados para De la Serna en Basardilla, provincia de Segovia, donde el político del PP fue elegido diputado. Otra factura constata la construcción de una chimenea de obra también en esa localidad por 850 euros. Y la compra de una sartén, una regleta con interruptor y un cascanueces (3,6 euros) en un centro de bricolaje cercano a Burgos. En La Casa del Electrodoméstico, De la Serna compró un lavavajillas y un televisor de 46 pulgadas. La dirección de entrega es también una calle de Basardilla y el teléfono de contacto es el de la mujer del político popular.
Las facturas giradas a cargo de Scardovi se completan cada cierto tiempo con la compra de libros personales y de arte (entre ellos, La Maldad Política, de Alan Wolfe), facturas de papelerías técnica especializadas en lienzos y materiales artísticos, un soporte para un casco de una cámara de acción o la compra de muebles en subastas y anticuarios. Solo en la compra de una talla de la virgen en madera dorada, Scardovi gastó 2.100 euros, además de otros 10.000 para una "pieza decó para regalo de empresa", sin especificar, comprada en la tienda Barcena Joyas.