Siete meses desde el 20D se cumplen justo cuando el tiempo político regresa a La Zarzuela. El martes se ha constituido el Congreso, más serio y adulto que el de enero, y le ha pasado el guante a Felipe VI: a media mañana de este miércoles el rey recibe la lista para elaborar el calendario de consultas que le lleva en mano Ana Pastor, la nueva presidenta del Congreso, tercera autoridad del Estado.

Mucho ha cambiado desde la primera ronda del rey a finales de enero: en el Parlamento que este martes se ha puesto a trabajar ha habido menos algarabía y más actividad soterrada, eso que Alberto Garzón ha llamado “corrientes subterráneas”, y que no es más que vieja política o política de toda la vida. Gestos estrambóticos, los justos.

Apenas el rictus de Celia Villalobos, licenciada tras 13 años de presencia en la Mesa, y que no ha perdido la oportunidad de ignorar cordialmente a Ana Pastor desde la columna a la que ha sido condenada. O la camiseta reivindicativa de Diego Cañamero (Unidos Podemos) que pide la libertad a su colega de Jaén, Andrés Bódalo, encarcelado por agredir a un representante del PSOE. O el abucheo a Rita Barberá en el Senado. Minucias.

LO ANTES POSIBLE

Los diputados han tenido cosas más importantes en las que pensar y de las que hablar: del futuro del Gobierno del PP y de quién lo va a formar, principalmente. Industria, Fomento e Interior están ya libres, y no se descarta que la creación de alguno nuevo a instancias de Cs. ¿Qué pasará con Margallo? Definitivamente, no fue vetado por Cs sino propuesto por los naranjas en contra de la voluntad del ministro de Exteriores. Así las cosas, los encuentros políticos del rey, los cuartos desde enero, tendrán ahora “mayor contenido”, según fuentes parlamentarias. El PP quiere que tengan lugar “lo antes posible”.

Este martes, la “operación quirúrgica” del PP- con esos 10 misteriosos votos- para poner en marcha la mesa del Congreso ha sido interpretada mayoritariamente como una muestra más de la habilidad parlamentaria de un Mariano Rajoy decidido a presentarse a la investidura la primera semana de agosto pero resignado a hacerlo la última de agosto. Entre medias, el castigo temporal que quiere imponerle el PSOE.

Se negocian cargos y cifras a todo gas. Este martes, el PP entiende que todo le ha salido bien: la euforia estaba impresa en el trío formado por Alvaro Nadal, Jorge Moragas y José Luis Ayllón, que se sientan en el hemiciclo junto a Rafael Hernando y a María Dolores de Cospedal, detrás de Rajoy y de Soraya Sáenz de Santamaría. La tríada monclovita se ha encargado de proporcionar el hilo de todas esas puntadas que han conducido a la sorpresa de la mañana: durante el recuento de votos, entre Ignacio Prendes (Cs, vicepresidente primero) y Rosa Romero (PP, vicepresidente segunda) han sumado 179 papeletas, diez más que la suma de los escaños de sus partidos.

LA MARCA RAJOY

Los nacionalistas catalanes y vascos niegan la paternidad de los votos, pero en el camino han dejado rastros: CDC tendrá grupo parlamentario en el Congreso y el PNV ya cuenta con un sitio en la mesa del Senado, donde el PP ostenta una mayoría absoluta. Política pura y dura.

“El pescado está todo vendido”, ha sido el resumen de un veterano diputado que ha puesto voz al convencimiento de que esta vez, la presidenta del Congreso imprimirá su marca en las consultas reales de una manera más potente de la que lo hizo Patxi López: “Es hilo directo con Rajoy”. El presidente en funciones, esta vez va en serio: “Yo quiero gobernar y pido que se me deje gobernar. Pido que no haya un bloqueo. El Partido Popular tiene 52 escaños más que el segundo”.

Ha hablado así Rajoy dirigiéndose a un PSOE cuyo líder, Pedro Sánchez, ha sido la figura “ausente” este martes en el Congreso, según fuentes parlamentarias: después de las votaciones, ha sido el único líder que no ha comparecido ante la prensa. En su lugar, ha enviado a su portavoz parlamentario, Antonio Hernando. También se ha dirigido Rivera al socialista errante: “Necesitamos esa abstención del PSOE. Habrá terceras elecciones si PP y PSOE se empeñan en seguir bloqueando España”.

La izquierda ha ironizado con la cifra mágica de los 179 votos de este martes. “Quién sabe si el señor Rajoy está practicando el catalán”, se ha preguntado Pablo Iglesias en referencia a 1996, cuando José María Aznar pactó con Jordi Pujol para formar Gobierno. Sarcasmo mezclado con secreta admiración por Rajoy: algunos en su partido se refieren a él como “el señor de los tiempos” y afirman, para aumentar la leyenda, que “lo tiene todo pensado”. El rey lo oirá.

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