"Vamos a matar a cualquier infiel español inocente si lo encontramos en nuestras tierras; y, si no, lo alcanzaremos en las vuestras". La amenaza del Estado Islámico no tendría nada de novedoso -en numerosas ocasiones se ha fijado en la recuperación de Al Ándalus- de no ser porque el mensaje fue difundido en castellano. Un matiz que, de acuerdo al planteamiento de los analistas, coloca a España aún más en la diana dibujada por los yihadistas.
"Esto tiene un significado especial respecto a la amenaza que se nos está dirigiendo", señala Chema Gil, analista de Seguridad y Terrorismo Internacional del International Security Observatory. En su opinión, el Estado Islámico transmite un mensaje al comunicarse en español: "Lo que están diciendo es que nos van a atacar". "Hasta ahora, el Daesh tiene emisoras en alemán, francés, ruso, inglés… y vamos a ver cómo en muy poco tiempo lo van a tener también en España", advierte.
Esta difusión en castellano tiene dos objetivos: llamar a españoles radicalizados -o susceptibles de radicalizarse- a atacar en nombre del Estado Islámico, por un lado, y extender el Califato hasta América Latina. De hecho, el grupo yihadista Ansar al-Khilafah, asentado en Brasil, ya ha jurado fidelidad al Daesh.
La segmentación de la propaganda
"Desde hace unos meses, los mensajes en relación con España se están haciendo en español por parte de las estructuras terroristas", explica Gil. Y tan importante es la forma -haciéndolo en castellano- como en el fondo: la segmentación de la propaganda yihadista permite emitir mensajes diferenciados atendiendo al público potencial. El mensaje que llega a España apela a sensibilidades diferentes que el de Siria.
Por eso, en el comunicado emitido en español, el Estado Islámico advierte de la presencia militar en sus países de origen: las Fuerzas Armadas cuentan con un contingente en Irak, dedicado al adiestramiento y asesoramiento de las tropas locales. "Y ahora ¿quién es el terrorista, nosotros o vosotros?", sostiene el texto difundido en redes sociales, plagado de faltas de ortografía.
Estos llamamientos pueden influir en procesos de radicalización 'exprés', como ya ocurrió en Niza con Mohamed Lahouaiej Bouhlel. "Han conseguido que individuos que no tienen por qué haber salido en la vida de su país se vinculen a esta ideología -advierte el analista-. Empleando un camión, un coche o un hacha, son capaces de cometer un atentado completamente ausente de complejidad organizativa y tener un impacto altísimo".
En los últimos cuatro años, más de 150 personas han sido detenidas en España por su vinculación con organizaciones yihadistas. La mayoría de ellas representaban células de captación, adoctrinamiento y de soporte logístico, pero también las había dispuestas a atentar de forma inminente. La Policía detuvo en Mallorca, en abril de este año, a Mohamed Harrak, un marroquí de 26 años que no llegó a perpetrar un atentado "por razones ajenas a su voluntad", de acuerdo a la instructora del caso.
Esta segmentación de la propaganda ha influido en el cambio de paradigma que se está dando en España: el 45,3% de los detenidos por vinculación con actividades yihadistas eran españoles, frente al 41,1% de marroquíes; el 13,6% restante eran de hasta diez nacionalidades diferentes. Las cifras ofrecidas por el Real Instituto Elcano en su informe Estado Islámico en España se advierte, además, del crecimiento del número de mujeres yihadistas en los últimos años.
España en el exterior
La lucha que sostiene el Ejecutivo español contra el yihadismo en el escenario internacional se sostiene, en buena medida, a través de los pactos bilaterales que sostiene con otros Gobiernos. El principal paradigma lo representa Marruecos, en un acuerdo policial que permite a ambos países intercambiar información.
España ha reconvertido su maquinaria en la lucha antiterrorista -herencia del frente policial contra ETA- para combatir el yihadismo. En este sentido, "el acuerdo con Marruecos ha jugado un papel determinante", sostiene el analista Chema Gil. Gracias a esta información, los cuerpos policiales acometen "acciones ultratempranas", lo que permite desactivar una célula antes de que se extienda.
Además, en el plano militar, España forma parte de la Coalición Internacional en la lucha contra el Estado Islámico; un compromiso que se plasma en el envío de efectivos a las zonas en las que el yihadismo golpea más fuerte. Las misiones nunca son de enfrentamiento directo; las tropas desplegadas en tierra adiestran y asesoran a las tropas locales. En total, 860 efectivos españoles participan en misiones que tienen por objetivo combatir el terrorismo yihadista.