El tapete del Congreso estaba vacío cuando Albert Rivera se presentó con una baraja de seis cartas. Él mismo reconocía lo extraño de la cita, que fue convocada cuando nadie esperaba partida para la tarde del martes. "Gracias por estar aquí", decía haciendo referencia a la fecha y a la expectación generada mientras apoyaba en el atril las condiciones sine qua non que tendrá que aceptar Rajoy si quiere los votos de Ciudadanos para hacer posible su investidura.
Rivera llamó al presidente en funciones cinco minutos antes de dar inicio a su rueda de prensa para informarle de su hoja de ruta, y de ahí el retraso. La aparición estaba prevista para las cinco y corrieron algunos minutos más en el reloj. Según ha podido saber este periódico de fuentes del entorno del líder de Ciudadanos, la aparente brusquedad en el cambio de parecer de Rivera tiene que ver con el secretismo en la gestión de este ultimátum. Hasta esta mañana, sólo lo conocía su equipo más cercano. Ni siquiera su pareja.
Rivera y Rajoy se ven las caras este miércoles y en las declaraciones posteriores es probable que el popular se postule con un 'sí' o un 'no' a la petición de los naranjas dado que la llamada de Ciudadanos le habrá permitido asistir al encuentro con el documento estudiado.
El adiós "programado" de Rajoy
Como en toda baraja, en la confeccionada por la Ejecutiva de Ciudadanos hay algunas cartas más determinantes que otras, por lo menos en lo que a Mariano Rajoy se refiere. Según estas fuentes, con la limitación de mandatos -ocho años como máximo en la presidencia- y la comisión de investigación sobre el 'caso Bárcenas', Rivera se guarda un as en la manga: "La muerte de Rajoy en diferido".
Estos dos factores llevarían al actual presidente en funciones a apartarse de la primera línea de la política al terminar esta legislatura. El quinto punto, el de los mandatos, pone fecha y hora a la salida de Rajoy. Si el dirigente popular suscribe el documento de Rivera y vuelve a ser presidente, tendría que irse al finalizar su mandato porque superaría los ocho años en La Moncloa.
La sexta y última carta, relatan las fuentes consultadas, entraña un desgaste progresivo que podría debilitar a Rajoy en su próximo Gobierno: la comisión de investigación del 'caso Bárcenas'. Rivera sólo dará su 'sí' en caso de que los populares apoyen la creación de una comisión que arroje luz en la causa relacionada con el extesorero.
En este momento, el PP está imputado porque la juez considera que en Génova podrían haberse destruido pruebas informáticas existentes en los dos ordenadores empleados por Luis Bárcenas.
Los hallazgos de esta comisión unidos a los de la Justicia, que se niega a cerrar la causa, podrían menguar al Ejecutivo de Rajoy. Si a esto unimos la negación de los indultos por corrupción y el obligatorio apartamiento de los imputados por estos casos -otros dos requisitos ineludibles planteados por Ciudadanos-, el Partido Popular podría encontrar dificultades en su gestión.
Esta medida, explica un portavoz de Ciudadanos a EL ESPAÑOL, también sería posible sin el PP, pero si dan su apoyo "se les obliga a dar un paso adelante en materia de regeneración".
C's descarta un Gobierno de coalición
En la presentación del documento, Rivera se refirió continuamente al acuerdo de investidura y al Gobierno en minoría de Mariano Rajoy. No obstante, preguntado por la posibilidad de entrar en el Ejecutivo popular en caso de que aceptaran las seis medidas, dijo: "Estaríamos dispuestos a todo, no se puede ir a negociar con el freno de mano puesto".
En cualquier caso, estas palabras también habrían sido mencionadas en relación a la investidura, al paso de la abstención al 'sí'. Fuentes cercanas a la Ejecutiva de Rivera aseguran que su partido descarta entrar en un Gobierno con el actual presidente en funciones.
¿Por qué cambia de opinión Rivera?
"Es un cambio fruto de una reflexión profunda", cuenta una de las personas del entorno de Rivera con las que ha conversado este medio. "Tras la reunión con Rajoy, se dio cuenta de que un acercamiento entre los dos partidos era rotundamente imposible".
De ahí que arrancara el presidente de Ciudadanos: "Los españoles no tenemos más tiempo que perder. Estuve dándole vueltas y pensé que algo más podíamos hacer".
Al parecer, Rivera pensó que PP y PSOE "estaban saliendo favorecidos de esta situación": "El primero gracias al victimismo y el segundo por el apuntalamiento del liderazgo de Sánchez en su propio partido".
"Sabemos que a día de hoy el cambio no puede llegar al Gobierno, pero sí que podemos empezar el sendero de la estabilidad y la regeneración", dijo el dirigente de Ciudadanos en la Carrera de San Jerónimo.
La ley electoral, lo más complicado
De entre todas las exigencias a Rajoy, Ciudadanos sabe que la modificación de la ley electoral es el punto más complicado. Para lograr que el Congreso apruebe un nuevo texto que rija el ajuste del número de escaños en relación a los votos conseguidos, no bastaría con un apoyo del PP, sino que sería necesario el de otras fuerzas.
En ese momento, la discusión sería más amplia y habría que conjugar muchas más voluntades, lo que haría la llegada a buen puerto mucho más complicada.