Pablo Iglesias ha aprovechado una rendija en el discurso de Pedro Sánchez para salir de la madriguera. El secretario general del PSOE no quiere unas terceras elecciones, pero tampoco se abstendrá para facilitar la investidura de Rajoy. Entonces, "exploraremos la posibilidad de formar un Gobierno alternativo". Con estas palabras, el líder de Unidos Podemos se colgó de la inconcreción de Sánchez, sembró dudas acerca de su postura el 30 de agosto y le obligó a mover ficha.
Explotada la bomba de Iglesias, el PSOE reaccionó desmintiendo sus palabras. Nada de Gobierno alternativo, intentarlo "le corresponde al señor Rajoy tras haber ganado las elecciones y haber aceptado el encargo del rey. Como es sabido, el voto del PSOE será negativo en dicha investidura". ¿Y qué hay de la posibilidad que menciona Iglesias? "En ningún caso el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha abordado con ninguna otra formación política la negociación para la formación de un gobierno alternativo con el hipotético fracaso del señor Rajoy", escribieron desde Ferraz con urgencia para despejar el balón que les había colado Podemos.
El fin del "teatro"
Iglesias, con el objetivo de aportar veracidad a la exploración de un Ejecutivo por la izquierda, mencionó sus charlas estivales con Pedro Sánchez; un extremo que no negaron los socialistas: "Sánchez mantiene conversaciones habituales con los responsables del resto de formaciones políticas". Pero a partir de ahí, nada más.
"El teatro" -así se ha venido refiriendo Podemos al verano sin investidura en el horizonte- se terminará el 30 de agosto. Así lo ha estipulado Ana Pastor, la presidenta del Congreso. A tenor del PSOE, que se agarra a lo ya decidido en su Comité Federal, Mariano Rajoy saldrá derrotado. De momento, Sánchez se empeña en cerrar filas y en hacer ver que su 'no' al presidente en funciones es inamovible. Pero algunas fuentes del partido creen que si Rajoy va a ir a la Cámara es "porque ya ha logrado los apoyos por otro lado". Esta opción pasaría por que el PP lograra el apoyo del PNV y las formaciones canarias, aunque esto tampoco parece probable. "Que se entiendan en Madrid", han dicho en más de una ocasión los nacionalistas vascos.
En caso de no haber Gobierno, las hipotéticas terceras elecciones se celebrarían el 25 de diciembre. Desde la oposición acusan al PP de hacer un chantaje emocional al resto de formaciones por lo que significa el día de Navidad. "Dice mucho de cómo concibe Rajoy las instituciones", dice un portavoz del PSOE. Los populares juegan con esta idea: "¿Será capaz Pedro Sánchez de enviar a las urnas a 36.000.000 de españoles el día de Navidad?".
Ante este órdago navideño-festivo, algunos socialistas reaccionaron con humor. El líder del PSOE en Castilla y León teme que Pedro Sánchez empiece a ser tachado de Grinch, aquel monstruo peludo y verdoso que roba la Navidad a los niños en el cuento del Dr. Seuss.
A menos de quince días para la investidura, el desenlace depende de Pedro Sánchez, que sigue resistiéndose a "ser la muleta de Rajoy", pero al mismo tiempo niega querer una tercera vuelta a las urnas.