Mosul en el horizonte. El gran bastión yihadista en Irak está cercado por las tropas oficiales y ya ha comenzado la cuenta atrás para su recuperación. Pero la contienda no debe ser a la desesperada, sino que cada movimiento conviene medirse con precisión quirúrgica.
El Ejército oficial iraquí, todavía en proceso de composición, no tiene todas las claves para dar un golpe de esta envergadura. Y es ahí donde entra en juego un grupo de boinas verdes españoles. Su misión es la de adiestrar a tropas locales que tomarán la ciudad. En sus manos está dar un golpe maestro que cambiaría el transcurso de la guerra.
Hasta el momento, el grueso de los efectivos españoles estaba desplegado en Besmayah, mientras que un pequeño grupo permanecía en la capital, Bagdad. Pero la misión que se ha encomendado a esta unidad les obliga a trasladarse al norte del país, en las inmediaciones de Mosul.
“Es un equipo de instructores que dispone de la preparación física, técnica y moral suficiente para permanecer largos periodos de tiempo alejados de las bases propias, en zonas potencialmente hostiles”, destacan desde el Estado Mayor de la Defensa (EMAD).
El nombre técnico con el que se conoce al operativo es el de Mobile Training Team (MTT, Equipo Móvil de Entrenamiento en inglés). La operación que efectúan desde el pasado 10 de agosto y que se prolongará hasta la toma de Mosul –ocupada por los yihadistas desde 2014- es una petición expresa de la Coalición Internacional, la organización militar compuesta por más de 40 países que tiene por objetivo acabar con el Estado Islámico.
El antecedente de Faluya
“Tras la caída de Faluya a finales de junio de 2016, llevada a cabo por las ISF (Iraqi Security Forces) con el apoyo de la coalición internacional, el siguiente paso en la lucha contra el grupo terrorista del DAESH es la toma de la ciudad de Mosul”, explica el EMAD.
Faluya representa, efectivamente, un ejemplo de éxito para la Coalición Internacional. Fueron las tropas locales las que, instruidas por un contingente internacional –del que forma parte el Ejército español-, recuperaron la localidad.
El objetivo es el de no participar en ningún combate terrestre abierto y fomentar que sean las fuerzas iraquíes las que tomen los bastiones yihadistas. De este modo, la respuesta de la población sometida hacia sus liberadores es más positiva.
El éxito del adiestramiento de las tropas locales, destaca el EMAD, pasa por “la comunicación y las relaciones personales. Para eso hay que tener un “profundo conocimiento de la situación y realidad sociocultural necesarias para facilitar el contacto con la población local y por tanto realizar el adiestramiento en dichas condiciones”. A este concepto se le conoce en el ámbito militar como “conciencia intercultural”.
Similitudes entre iraquíes y españoles
El adiestramiento engloba varios frentes: desde la preparación del personal en el empleo táctico hasta el apoyo logístico en integración de sus capacidades, pasando por proporcionar adiestramiento en tácticas, técnicas y procedimientos que les permitan hacer frente a sus amenazas. También se instruye en técnicas individuales de liderazgo y organización.
El coronel Gutiérrez del Olmo, al frente del contingente español en Irak, comentaba en una entrevista en EL ESPAÑOL cómo los iraquíes ven ciertas semejanzas o puntos en común con los instructores españoles, circunstancia que facilita el proceso. Por entonces –febrero de 2016-, el bastión yihadista de Mosul se presentaba inexpugnable. Ahora, si el procedimiento sigue el curso pautado, tan solo es cuestión de tiempo.
El Special Operations Task Group IV (SOTG) -la fuerza española desplegada en Irak-, está compuesta por personal tanto del Mando de Operaciones Especiales de Alicante como del Escuadrón de Zapadores Paracaidistas de Alcantarilla (Murcia).