De entre todas las apuestas de Cristina Cifuentes en su primer año de Gobierno, hubo una pegada a pie de calle, vía y marquesina: el abono completo de transportes a un coste de 20 euros para los menores de 26 años.
En esa línea, la presidenta de la Comunidad de Madrid ha aprovechado el debate sobre el Estado de la región para anunciar que siete estaciones de la línea 1 de Metro –en obras desde el 3 de julio– volverán a funcionar el próximo 14 de septiembre.
La noticia se ha recibido con sorpresa, dado el poco optimismo que mostraron los técnicos en la última visita a las obras. Tanto el consejero de Transportes como algunos de los operarios aseguraron que abrirían las estaciones a medida que estuvieran disponibles, pero no dejaron entrever mucha confianza en poder adelantar los plazos.
Con este empujón, se podrá viajar ininterrumpidamente desde Pinar de Chamartín hasta Cuatro Caminos en el norte y desde Alto del Arenal hasta Sierra de Guadalupe por el sur.
Todavía quedaría inhabilitado, no obstante, uno de los tramos más frecuentados, aquel al que se refería Joaquín Sabina a lomos de su caballo de cartón: “Tirso de Molina, Sol, Gran Vía, Tribunal”. Las estaciones de la zona céntrica comprendidas en la línea celeste no quedarán habilitadas hasta el 12 de noviembre.
El 14 de septiembre estará disponible el 51,1% de la línea 1, 17 de las 33 estaciones. Desde que comenzaron las obras, catorce equipos de trabajo intervienen de forma simultánea veinticuatro horas al día durante los siete días de la semana.
Las obras costarán en su totalidad 37 millones de euros. El recorrido azul celeste es el más antiguo de Madrid y el segundo más transitado, con 85 millones de viajeros anuales, sólo por detrás de la circular.
Hasta el 12 de noviembre, cuando quedarán terminadas las reformas, seguirán disponibles los servicios de transporte alternativo ofrecidos por la Comunidad como alternativa a la línea 1.