Una zona portuaria en Taragoña y las inmediaciones de una antigua fábrica de madera en Beluso. Los investigadores de la Guardia civil que siguen el rastro de Diana Quer rastrean estos dos puntos en busca de indicios que esclarezcan la desaparición de la joven madrileña de 18 años. Las pesquisas de la Benemérita siguen la hipótesis -más que plausible- de que aquella noche, en la madrugada del 21 al 22 de agosto, Diana subiera a bordo de un coche con un joven.
El rastreo del teléfono de Diana Quer es una de las claves de la investigación. Los agentes se aferran a las localizaciones arrojadas por la señal del terminal. Una vez admitido que la joven pasó por casa casi con total certeza para cambiarse de ropa, todo apunta a que terminó por montarse a bordo de un vehículo, aunque no se sabe si de forma voluntaria o coaccionada.
La señal de su móvil así lo indica. De acuerdo a los datos obtenidos, Diana Quer tuvo que subir en un coche aquella noche: las localizaciones no eran próximas a A Pobra do Caramiñal (la localidad coruñesa en la que veraneaba con su madre Diana y su hermana Valeria). Las horas en las que se registraron rompen además con la hipótesis de que la joven desapareciera en el trayecto que hizo a pie hasta su casa.
Por eso, la Guardia Civil investiga esa instalación portuaria y la fábrica abandonada de madera. Según apunta La Voz de Galicia, ambos lugares son frecuentados por parejas jóvenes a bordo de sus coches. Según el testimonio de un testigo, Diana Quer conoció aquella noche a un joven que no era de A Pobra do Caramiñal.
Lo que se sabe con certeza
Diana López Pinel, madre de la joven, se despidió de su hija a las 22.30 de la noche. La había dejado en el parque Valle-Inclán, en el corazón de las fiestas patronales de A Pobra do Caramiñal. Pasadas las 2.30, Diana Quer emprendió a pie el camino entre el parque y su casa, a unos veinte minutos de distancia.
En un primer momento, la madre negó la posibilidad de que su hija hubiera llegado a la vivienda: afirmaba que dormía con la puerta abierta y en la habitación contigua, y que habría advertido su presencia. Pero después su abogado admitió que Diana Quer pudo haber pasado para cambiarse de ropa.
Es en este punto donde se disparan las hipótesis y en el que el rastreo del teléfono móvil sostiene el resto de la investigación. Todo apunta a que subió a bordo de aquel vehículo y por eso se rastrean también las grabaciones de las cámaras de seguridad instaladas en A Pobra do Caramiñal, la mayoría de ellas de entidades bancarias.
Los amigos de Diana Quer afirman que la joven se había marchado de casa en diferentes ocasiones, pero que siempre había dado señales al día siguiente. Pero en esta ocasión, no obstante, la Guardia Civil encontró en la vivienda su DNI y sus tarjetas de crédito, lo que hace tambalear la opción de una fuga voluntaria y planeada.
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