Alberto Núñez Feijóo (Ourense, 1961) es un rara avis en la política española. En un momento en el que el bipartidismo está más cuestionado que nunca, ha conseguido mantener su cargo al frente de la Xunta de Galicia y salvarse de los males que aquejan a su partido, el Partido Popular. El barón gallego no solo ha revalidado por tercera vez consecutiva su mayoría, sino que puede presumir de ser el único barón autonómico que gobierna sin el apoyo de ningún otro partido.
Con 675.000 votos a favor, 15.000 más que hace cuatro años, Feijóo afianza su imagen como el barón entre los barones conservadores con más puntos a suceder a Mariano Rajoy en la presidencia del PP. EL ESPAÑOL repasa los motivos que convierten al presidente gallego en un buen candidato para abanderar el postmarianismo. 
 
1. Tercera mayoría absoluta consecutiva. Alberto Núñez Feijóo es el único barón de las 17 autonomías que mantiene el gobierno con mayoría absoluta. Es, sin ninguna duda, el principal aval que tiene para disputar a Mariano Rajoy la presidencia del partido cuando el presidente del PP lo convoque una vez que se conforme gobierno.  
2. Perfil de gestor. "Dice que se casó con Galicia, pero Galicia no me da nietos". Su madre Sira ironizó en 2009 con que el único compromiso que mantenía su hijo era con su tierra. Una afirmación que, sin querer, contribuyó a dibujar la imagen de gestor implacable alejado de otros entretenimientos que mantiene a día de hoy. Durante los últimos quince días, Feijóo se ha recorrido su región de cabo a rabo para hablar de deuda, de déficit, de cifras, y hacer entender a sus paisanos que él era la estabilidad frente a la inestabilidad que representan, a su juicio, todos los demás.

Mano dura con la corrupción

3. Marca propia alejada de las siglas y los escándalos del PP. Feijóo optó por colocar su rostro en los carteles electorales de la campaña gallega y esconder la marca que representa: el Partido Popular. Además, mostró mano dura cuando los casos de Rita Barberá y José Manuel Soria empañaban los deseos de Mariano Rajoy de revalidar su puesto como presidente del Gobierno. En el caso de la exalcaldesa de Valencia, el gallego dijo que debería tomar "la mejor decisión para España". Tras el nombramiento del exministro de Industria como directivo en el Banco Mundial, reconoció públicamente que hubiera gente que no lo entendiera.
4. La filtración de que será padre primerizo en 2017 ha beneficiado su última campaña. Celoso de su vida privada, el anuncio en plena campaña de que tendrá a su primer hijo con 55 años con su pareja, Eva Cárdenas, ha supuesto un respaldarazo a su candidatura.
5. Es el único que ha sido capaz de resistir al empuje de Ciudadanos. Alberto Núñez Feijóo puede presumir de haber vencido la primera batalla a Albert Rivera. El popular no solo ha superado con creces sus resultados de 2012, sino que el respaldo a su candidatura ha taponado la entrada del partido naranja al Parlamento gallego. Es la primera derrota real del partido de Rivera en las urnas.

Un cambio decisivo

6. Mutar el perfil de urbanita. Feijóo ya no es aquel gestor engominado que llegó a Galicia en 2003 desde Madrid para hacerse con la Consejería de Política Territorial, Obras Públicas y Vivienda. Bendecido por Romay Beccaría, se labró una fama de buen gestor que sigue manteniendo. A esa fama le acompañó hasta hace poco la de urbanita, que ha conseguido quitarse movilizando a militantes que viven en lugares como Os Peares, la aldea donde él mismo nació en 1961 y que tanto le gusta recordar ahora para aplacar el tsunami de las mareas. 
7. Sin rivales internos. Feijóo ha formado un Gobierno con consejeros con bajo perfil político. El presidente de la Xunta prefirió incorporar a su Ejecutivo a personas con experiencia en la administración pública y evitó así que ningún delfín le hiciera sombra en la Presidencia de la Xunta y del PP gallego. 
8. Se enfrenta a los problemas. Cuando en el año 2013 se filtraron sus fotos codeándose hace veinte años con Marcial Dorado, Feijóo no evitó el tema y compareció de inmediato. Sus declaraciones poniendo en entredicho a compañeros de partido como Rita Barberá también han sido utilizadas por sus rivales políticos para intentar dinamitar su campaña. Además, aunque nunca ha reconocido abiertamente su pretensión de dar el salto a la política nacional, abrió una grave crisis interna en el PP cuando dudó públicamente de continuar al frente del PP gallego y de presentarse a las últimas elecciones.  

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