La propulsión de Alberto Núñez Feijóo es absoluta en la España del desgobierno. El presidente de la Xunta desde 2009 ha revalidado este domingo el cargo con una mayoría absoluta insólita: la última que le queda al PP en el ámbito autonómico.
La tercera mayoría de Feijóo es inapelable y se acerca a los mejores registros de Manuel Fraga. Ha logrado 41 diputados, repitiendo resultado y superando ampliamente el umbral de los 38 diputados que otorgan la mayoría absoluta y que alcanzó en 2009. En su discurso ante los militantes, lo atribuyó al "sentidiño" de la ciudadanía gallega, un concepto que quiere exportar.
En el País Vasco, el PNV superó sus resultados de 2012 e Íñigo Urkullu podrá gobernar si logra un pacto con el PP o con el PSOE. La fortaleza de los nacionalistas vascos les permitirá no tener que depender de los dos partidos. El PP pierde uno y el PSE pierde siete. Ambos se quedan en 9: los que le faltan a los 29 del PNV para lograr la mayoría absoluta en la cámara de Vitoria.
Feijóo se consolida como valor del PP
La campaña de Feijóo ha sido autónoma, con un cartel de campaña que potenciaba su figura y donde ni siquiera aparecían las siglas del PP. Mariano Rajoy, muy presente sobre el terreno en las últimas semanas, hizo una campaña paralela sin cruzarse con el presidente gallego, con el que sólo coincidió el primer día y el último de campaña.
La fragmentación de la izquierda y el nulo tirón de Ciudadanos en Galicia, donde se queda sin representación, han hecho el resto. En Marea supera los buenos resultados que su espacio político había logrado en 2009 y con el escrutinio al 96% superaba en votos al PSOE, con quien empataba en escaños.
Puede que Galicia sea diferente, pero en el PP tienen claro que Feijóo, el eterno delfín, al que todos presuponen ambición de suceder a Feijóo, también lo es en un partido en el que Rajoy no tiene recambios claros.
Preguntado por si sucederá a Rajoy, respondió: "No soy el futuro del PP, soy el presente de Galicia". Ha asegurado no ser un "salvador" sino un "servidor" de los gallegos. "Eso voy a seguir siendo hasta el final de 2020, cuando culmine la legislatura".
Sánchez, el gran derrotado
El gran derrotado de la noche es, sin duda, Pedro Sánchez. En Euskadi, el PSE pierde siete escaños y se hunde en la cuarta posición, superado por el PNV, Bildu pero también por Podemos.
"En el PSOE no estamos satisfechos, los resultados no son positivos para el PSOE", dijo César Luena, número dos del PSOE, al filo de la medianoche. Luena, que no admitió preguntas, se limitó a recordar que las "condiciones" eran "muy difíciles" y que los socialistas analizarán los resultados.
La derrota es más amarga en Galicia, donde el PSOE está consumido por sus cuitas internas. Ha estado a punto de perder la segunda posición, algo que no ocurría desde 1997, cuando Xosé Manuel Beiras alcanzó una victoria histórica. En esta ocasión, Luis Villares, un juez en excedencia y apenas conocido hasta hace unas semanas, ha superado en votos a los socialistas y empatado a escaños con ellos. El resultado fue rápidamente felicitado por Pablo Iglesias:
Los socialistas confiaron en todo momento en quedar segundos. Es más: en el equipo de Sánchez se agarraban a esa posibilidad como una minivictoria, al menos, contra las encuestas, y recordaban que en las elecciones generales de diciembre todos los sondeos pronosticaban el sorpasso.
En Euskadi, los datos tampoco son buenos.
“Esto es un desastre”, explicaba un socialista crítico con Sánchez. “Se han confirmado los peores augurios. Superados por En Marea y hundidos en el País Vasco. ¿Qué más tiene que pasar para que se vaya?”, se preguntaba esta fuente.
Muy tocado antes del Comité Federal
Sánchez apenas podrá disimular estos datos, ni incluso relanzando su propia investidura que lleva semanas avanzando. En las últimas elecciones generales (20-D), el PSdeG había logrado volver a ser segunda fuerza tras haber quedar tercero en diciembre.
El líder del PSOE, muy cuestionado por los presidentes autonómicos socialistas y buena parte del partido, llegará muy tocado al Comité Federal del 1 de octubre, en el que espera obtener de su partido el respaldo para negociar con Podemos y con Ciudadanos un Gobierno alternativo al PP. Los candidatos, tanto en Euskadi como en Galicia, tenían su total respaldo.
La presidenta del Comité Federal, Verónica Pérez, fiel aliada de Susana Díaz y secretaria general del PSOE de Sevilla, reaccionó así: