De Jerusalén a Cáceres. El rey ha inaugurado este lunes el curso universitario en un escenario político radicalmente distinto al que dejó en España el viernes cuando acudió al funeral de Simon Peres en Israel. Ante una veintena de rectores en la Facultad de Derecho de la Universidad de Extremadura en Cáceres, Felipe VI se ha declarado lleno de “esperanza, ilusión y confianza”: “Esperanza porque nada podremos acometer sin ella; ilusión, la siento y percibo en alumnos y profesores ante la pasión por aprender juntos, y confianza en la aportación fundamental y creciente que supone, para el progreso individual y el progreso de los españoles, la labor de la Universidad”.
Junto a Felipe VI ha estado uno de los símbolos de ese tsunami político que ha tenido lugar este fin de semana tras la dimisión de Pedro Sánchez: el presidente de Extremadura, Guillermo Fernández-Vara, uno de los seis barones socialistas determinantes en la caída de Sánchez. Para el susanista Vara, que ha logrado situar a dos representantes extremeñas en la gestora del PSOE, éste ha sido el primer acto público en su tierra tras el dramático Comité Federal del pasado sábado. En un discurso vehemente que ha contrastado con el tono institucional del rey y del ministro de jornada, Iñigo Méndez de Vigo (Educación), Vara ha pedido “liderazgo” para España. “¿Estamos formando generaciones que se cuestionen la realidad de la vida?”, se ha preguntado Vara. “La ciudadanía tiene que ser crítica con sus gobernantes. Uno de los problemas que tiene este país es la falta de líderes”.
Tras el acto, y mientras el rey se dejaba fotografiar por estudiantes, la insólita situación política previa a la ronda de consultas de Felpie VI se ha dejado sentir en Cáceres. Vara; Méndez de Vigo; el popular José Antonio Monago (ex presidente de la Junta de Extremadura); el veterano socialista Juan Carlos Rodríguez Ibarra, y los portavoces de Educación del Congreso de Ciudadanos (Marta Martín) y del PSOE (Ignacio Urquizu) han sido el reflejo de una situación política complicada: un país a cuatro semanas exactas de la disolución de las Cortes y que aún no sabe si este mes de octubre contará con gobierno o si irá a terceras elecciones el 18 de diciembre. El tiempo apremia, y continúa en el aire la fecha del Comité Federal del PSOE para determinar el sentido de su voto en una nueva investidura de Rajoy.
CORAJE Y CONFIANZA
El rey ha pedido a los estudiantes que miren el futuro “con coraje y con confianza” y a las autoridades “a seguir mirando por el bien común”. A eso aspira España “como país” dentro de “una Europa necesitada de un impulso joven y capaz, sin complejos y con la visión de un futuro de mayor cohesión y vitalidad”.
Felipe VI ha hecho también hincapié en el papel de la Universidad como motor para enfrentarse al paro, ese “desafío” que representa “el principal problema socioeconómico de España” y que daña particularmente “a nuestro tejido social, que afecta a millones de personas- especialmente a los jóvenes- y a tantas familias que apuran su capacidad de amortiguar muchos de sus efectos”.
Y a puesto el dedo en la llaga en uno de los mayores problemas de la Universidad española: la capacidad para “generar saberes y conocimientos especializados” pero no jóvenes que sepan “analizar y debatir; a trabajar en equipo; a contrastar y argumentar y a sostener un espíritu crítico”.
Fuera ha pinchado el llamamiento de Izquierda Unida para protestar en el campus por la presencia del rey, representante de “una institución anacrónica y tan poco democrática como la monarquía”. Apenas una decena de estudiantes se han congregado ante la Facultad de Filosofía al grito de “los Borbones a los tiburones” y “Marichalar, ponte a trabajar”.