Los miembros del sindicato mayoritario de la Policía Municipal hablan de lazos rotos. Sin ambages: "El responsable de Seguridad no nos da ni los buenos días, aunque tampoco nos quita el sueño. Hasta que llegó, desayunábamos sin él". CPPM ha convocado una movilización contra Manuela Carmena, la segunda en menos de ocho meses. Recriminan "atropellos y faltas de respeto".
La última vez que este colectivo, ganador de las elecciones sindicales, se manifestó a las puertas de la Comisión de Seguridad, el delegado de Carmena, Javier Barbero, fue insultado y empujado. Tuvo que refugiarse en un bar y huir en coche. "Nos provocó con una sonrisa irónica y burlona", se defiende un portavoz de la organizadora. Aquel día, Barbero califico la acción de "fascista".
El sitio elegido para la marcha de este miércoles es la plaza de Cibeles, en concreto los aledaños del Palacio del Ayuntamiento. Autorizada por la Delegación del Gobierno, CPPM pretende aunar en torno a quinientos agentes. El Gobierno, en boca del propio Barbero, le resta importancia: "No se manifiesta la Policía, tan sólo un sindicato".
"Somos garantes de la ley, no marionetas"
"Queremos una negociación real, no admitir decretos impuestos", reza la misiva que estos policías harán llegar a Carmena. Las palabras de Rita Maestre sobre la agresión de los manteros a un par de agentes -habló de forcejeos, y no de agresiones-, desató el malestar de todos los sindicatos, incluido el más próximo al equipo consistorial. No obstante, las elecciones sindicales, a la vuelta de la esquina, dividen a las organizaciones. CSIT -tercero más numeroso- apoya el motivo de la concentración, pero no la forma: "La convocatoria es más política que reivindicativa. Quieren sacarle partido en las próximas elecciones", relata a este periódico un miembro de este sindicato.
A las puertas de casa de Carmena, los policías recriminarán a Ahora Madrid: "Somos funcionarios, personas independientes del poder político. Somos garantes de la ley y el orden, pero no marionetas, como ustedes pretenden".
Detrás de la crítica, se esconde la concepción radicalmente distinta que tienen la alcaldesa y estos agentes acerca de la Policía: "No estamos para dar besos y abrazos. No lo entiende".
La lista de desagravios
Pero, en la práctica, ¿qué es lo que echa en cara este sindicato a la gestión que hace Carmena de la Policía Municipal?
"Hablaron de unos contratos de renting para quitarnos las patrullas y ya no podemos resolver muchas urgencias con la celeridad que requieren", empieza Julián Leal, portavoz de CPPM.
"También está pendiente de pago un complemento económico por las jornadas de verano. Se excluyó al turno de noche", añade.
En relación al crecimiento de la inseguridad ciudadana, Leal menciona "la supresión de los grupos de apoyo zonal": "Hacían un gran trabajo en sitios como Usera, Villaverde o Carabanchel. Claro, patrullaban de incógnitos y la rotación era muy positiva. Se había reducido mucho la delincuencia, el trapicheo y la venta ambulante, pero se lo cargaron en lugar de ampliarlo a otros distritos".
En palabras de este agente, el concierto en autobús de Dani Martín por las calles de Madrid puso de manifiesto otro de los "grandes problemas": "Cuando llega un evento de este tipo, un partido de fútbol o una visita de autoridades, el Ayuntamiento nos fuerza a prolongar la jornada o a trabajar cuando no nos toca. Todo de forma improvisada, poniendo en riesgo la seguridad del ciudadano".
Todos los inconvenientes que enumera Leal terminan en un problema de ámbito superior: la escasez de agentes. "Se agarraban a la tasa de reposición, pero el Gobierno ya ha dado el okey y siguen sin contratar. Deberían sacar plazas cuanto antes. No podemos seguir así", concluye.