El bastión yihadista de Mosul es un enclave fundamental para derrotar al Estado Islámico en Irak. Los yihadistas han hecho de esta ciudad su particular laboratorio en el que han puesto en marcha algunas de sus leyes: quienes han logrado huir relatan las escenas del horror que se dibuja en sus calles, de la represión impuesta a la población. Pero la localidad ya está cercada por aquellos llamados a liberarla. Entre ellos, un puñado de soldados españoles que cumplen una misión clave en esta operación.
"En un trabajo contrarreloj, ametralladoras y demás armas pesadas van a ser esenciales en el éxito en las operaciones hacia Mosul", explica el Estado Mayor de la Defensa (EMAD). Un grupo de boinas verdes se ha desplegado en las inmediaciones del enclave yihadista para cumplir con una misión inédita para las Fuerzas Armadas.
Se trata del adiestramiento de las tropas iraquíes para el asalto a Mosul. Lo que les diferencia del resto de sus compañeros desplegados en Irak -unos 300 efectivos- es que la formación la llevan lejos de las bases de Besmayah y de Bagdad, en un área de alto riesgo.
"Los entrenamientos [de la Brigada 36 del ejército iraquí] se están haciendo para poder, lo antes posible, ponerla a disposición del Gobierno de Irak y poder emplearla en los combates contra los últimos reductos del Daesh -detalla el EMAD-. El próximo adiestramiento estará relacionado con las armas colectivas, capacidades que serán muy útiles en el tipo de lucha que se prevé se va a entablar contra los bastiones terroristas remanentes".
España en la Coalición Internacional
El papel que juegan las Fuerzas Armadas en Irak forma parte de la Coalición Internacional contra el Daesh, en la que están integrados unos sesenta países bajo el liderazgo de Estados Unidos.
Los primeros efectivos españoles se integraron en esta operación en enero de 2015. En la actualidad, la misión cuenta con unos 300 soldados de las Fuerzas Armadas, desplegados en su mayoría entre Besmayah y Bagdad, aunque ahora también hay un pequeño contingente que cumple su misión en las inmediaciones de Mosul.
Los soldados españoles tienen en sus manos el adiestramiento y formación de las tropas locales en su lucha contra el terrorismo. El objetivo pasa por dotarles de la capacidad suficiente para entablar combate contra los yihadistas y que sean las propias tropas iraquíes las que liberen las ciudades abanderadas por el Estado Islámico. De este modo, la población iraquí percibe como propios estos movimientos, en lugar de una injerencia extranjera.
El contingente español ha adiestrado a algunas de las tropas que han participado en misiones clave en la lucha contra el Estado Islámico. La liberación de Faluya llevó, en cierta medida, el sello de las Fuerzas Armadas.
No se puede enviar más tropas
El Ejército se encuentra con un problema ante el escenario iraquí. Su aspiración es la de reforzar el contingente ya desplegado con un mayor número de efectivos, pero de momento no es posible porque ya se ha alcanzado la cifra límite de tropas enviadas.
No habría mayor problema para ampliar ese tope si hubiese un Congreso de los Diputados formado -este tipo de medidas requiere la aprobación de la Cámara- y un Gobierno que plantease la petición. Pero la decisión se está retrasando desde hace meses por la falta de un acuerdo para formar un Ejecutivo.