Emilia Álvarez, la abogada de Vanesa G. (la detenida por haber simulado un secuestro y agresión por parte de su exnovio) deja el caso. “Me siento engañada y humillada. Se me ha quedado cara de imbécil”, ha declarado la letrada tras la detención de Vanesa por denuncia falsa. La letrada asegura que ha presentado su renuncia al caso “porque, aunque ella siga teniendo la presunción de inocencia, yo ya no me la creo y no puedo seguir defendiendo algo en lo que no creo”.
Esta abogada fue la encargada de visibilizar la presunta agresión y movilizar a los medios de comunicación. “Como mujer, creí que era un caso tan grave que tenía que darle toda la visibilidad posible. No dudé un instante de su versión. Si yo hubiese albergado la más mínima duda, hubiese hecho mi trabajo pero sin llamar a prensa”, resume.
Emilia, además, se había concienciado tanto con el caso que había tomado partido más allá de sus responsabilidades como letrada: “Convoqué una manifestación de apoyo a la víctima que iba a tener lugar mañana. Todo el pueblo y gente de fuera había confirmado ya su asistencia. Imagínate qué cara se me ha quedado. Me da vergüenza”, asevera.
"Daño terrible a las mujeres"
Para la abogada, “lo peor de todo lo que ha sucedido no es que haya mentido, sino el daño tan terrible que le ha hecho al resto de las mujeres maltratadas, que no tienen la responsabilidad de que esta chica se invente hechos tan graves”.
Explica la letrada que se ha enterado de lo sucedido en el juzgado: “He ido a hablar con la policía judicial para preguntarles si ya tenían información sobre la identidad de los presuntos secuestradores. Me han contestado que sí, que la información ya la tenían toda, pero que a la persona que iban a detener era a mi clienta”. En ese instante, Emilia se ha quedado “en estado de shock, porque no entendía nada. Casi me caigo al suelo. Pero luego me han adjuntado la información del tribunal y parece que no hay duda: se lo ha inventado”.
Emilia confirma que “ella sigue sin reconocer la simulación, pero las pruebas que ha recogido el juzgado son inequívocas. Tienen pruebas de que tanto el pegamento, como la cinta con la que le ataron las manos, como las medias para cubrirle la cabeza y unos cuchillos, fueron comprados por ella misma en un bazar chino de Fabero, su pueblo. Hay vídeos de eso”.
Le ayudó un amigo
Por si estas pruebas incriminatorias fuesen poco contundentes, la policía judicial también dispone del testimonio de la persona que ayudó a Vanesa a fabricar las pistas falsas. “Se trata de un amigo suyo que lo ha confesado todo sin paliativos. Él la ayudó a levantar todo este montaje”. Es decir, que las lesiones y erosiones en la vagina existen, tal y como confirma el parte médico de urgencias, pero al parecer fue un amigo suyo el que se la lanzó para que el engaño resultase plausible.
Ahora, Emilia se aparta del caso. “Una vez he tenido la certeza de que se lo ha inventado, me retiro. Ahora se hará cargo del caso una compañera del turno de oficio. Yo no puedo seguir defendiendo algo en lo que no creo. Porque me perjudica laboralmente, por principios y por respeto a todas las mujeres”.