“No es el momento de proyectos personalistas. Es el momento del PSOE”. Con esta frase, la presidenta andaluza, Susana Díaz, ha querido responder a la entrevista del pasado domingo del exsecretario general del PSOE Pedro Sánchez, en la que este anunciaba su pretensión de volver a optar al cargo. Díaz esquiva así el debate del liderazgo al que Sánchez le retó pidiéndole un paso al frente, y cree que el partido lo que debe hacer ahora es centrarse en “reconstruir” un proyecto político “reconocible” y “ganador”, porque en su opinión “sólo si el PSOE lidera una mayoría de izquierdas, deja de gobernar la derecha”.
De esta forma, Díaz marca distancia de Podemos, formación de la que siempre ha mantenido el discurso de que sólo persigue el interés de ocupar el lugar de los socialistas, y a la que sin embargo, Sánchez sí hizo guiños en esta entrevista emitida en La Sexta en el programa Salvados, llegando a plantear que los socialistas deben tratarles de “tú a tú”. En este sentido, ha definido al PSOE como un proyecto político “autónomo” tanto de la derecha como de Podemos. Y como ejemplo ha citado Andalucía, donde el PSOE gobierna mientras PP y Podemos están en la oposición como “tortolitos”.
Díaz pasa así a la ofensiva. Añade a la estrategia de la pinza, la de la connivencia entre ambos partidos, lo que le permite defenderse de los ataques de Podemos tras la abstención de los socialistas en la investidura de Mariano Rajoy como presidente. Además, es precisamente a ella a quién más acusan desde la formación morada de escorarse a la derecha. Desde esa premisa de que la abstención no significa apoyo, ha incidido en que su partido es un partido “autónomo” a derecha e izquierda.
Ha mostrado su convencimiento de que el PSOE tiene “mucha fuerza” y que “es mucho PSOE” y que en el momento en el que los socialistas sean capaces de redefinir su partido como ese partido de “grandes mayorías”, recuperará de nuevo la confianza de los ciudadanos y siempre como un “proyecto autónomo de la derecha y autónomo de Podemos”.
“Estoy convencida de que todos vamos a aportar lo mejor de nosotros mismos”, ha subrayado, insistiendo en la fortaleza de sus siglas y la capacidad de sus dirigentes, amén de un “buen grupo parlamentario” que hará una “oposición útil”. Consciente de que el PSOE está inmerso en un profunda crisis, ha querido ofrecer una visión optimista y lejos de ser derrotista, ha animado a la redefinición un proyecto “ganador”, que es “lo que desean tanto la inmensa mayoría de los socialistas con carné como los millones de votantes que nos han votado o que están deseando volver a votarnos”.