Quién pilotará el Ministerio del Interior en el nuevo Gobierno se ha convertido en uno de los secretos mejor guardados de Mariano Rajoy. Desde que el Congreso reprobó al todavía ministro Jorge Fernández Díaz por las grabaciones en su despacho, todos en el Partido Popular lo dan por amortizado. La visión que comparte gran parte del PP y del Gobierno es que “no se entendería que lo mantuviera cuando todos los partidos de la oposición han afeado su conducta. Sería empezar mal una legislatura sin mayoría”. La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, es una firme candidata a sucederlo. Sin embargo, conforme se acerca la hora de desvelar el misterio, suena con fuerza el nombre de otra ministrable para esta cartera: Luisa Fernanda Rudi.
Rudi ha sido la primera alcaldesa de Zaragoza, la primera presidenta de Aragón y la primera presidenta del Congreso de los Diputados. La carrera política de esta sevillana de nacimiento pero aragonesa de adopción nunca ha tenido una mancha en su expediente. Por encima de todas las cosas destaca su carácter firme. Es discreta y distante. Todas estas características podrían colocarla en la cúspide de Interior si Rajoy pone su nombre en una balanza junto con su actual 'número dos' en el partido.
Al contrario que Rudi, la figura de Cospedal se ha visto fuertemente erosionada por la alargada sombra de la corrupción. De hecho, el nombre de la secretaria general fue uno de los primeros que Rajoy puso encima de la mesa para presidir la Cámara Baja durante la presente legislatura. Pero Ciudadanos lo vetó precisamente por ser un perfil con un gran componente político. Encajó en ese puesto Ana Pastor, una mujer con un carácter muy parecido a Rudi.
En ese cambio de ciclo general que todos dan por hecho, el Ministerio del Interior necesita retomar la estabilidad. Por eso gana puntos el nombre de Luisa Fernanda Rudi más que el de María Dolores de Cospedal. De la noche a la mañana, la secretaria general del PP pasaría de dar la cara ante los casos de corrupción que afectan al partido a dirigir las fuerzas de seguridad encargadas de investigarlos. Frente a ella, la presidenta del PP de Aragón representa una figura más imparcial, alejada de toda polémica.
La carrera política de Cospedal la avala para ser ministra. La expresidenta castellanomanchega ha ostentado muchos cargos desde la pasada década, pero su figura siempre ha estado rodeada de controversia. Antes de convertirse en la mano derecha de Rajoy en el PP, la diputada fue subsecretaria de Administraciones Públicas; subsecretaria de Interior y consejera de Transportes e Infraestructuras de la Comunidad de Madrid antes de conquistar la Presidencia de su región. Desde 2006 hasta 2011 también fue senadora. Un período en el que el presidente le dio todo el poder del partido nombrándola secretaria general del PP.
La demanda a Bárcenas
El episodio que más erosionó su figura fue el enfrentamiento público que protagonizó con el extesorero del PP, Luis Bárcenas, a cuenta de los supuestos pagos irregulares a altos cargos del PP, incluida ella. La secretaria general puso una demanda de protección del honor a su extesorero por 100.000 euros. Según el extesorero, “cuando deja de percibir Ángel Acebes empieza a cobrar Cospedal”. La secretaria general siempre ha negado rotundamente haber percibido un solo euro de forma irregular.
Mientras que poco o nada se sabe del marido de Rudi, el empresario José Sobrino, los negocios del esposo de Cospedal también han incidido negativamente en su mujer. Ignacio López del Hierro, empresario que ha llegado a estar en 40 consejos de administración, siempre ha estado rodeado de polémica. Por poner un ejemplo, su empresa de asesoramiento inmobiliario Hilo Inversiones multiplicó sus ingresos por 14 en 2011, el año en la que su esposa llegó a la presidencia de Castilla-La Mancha.
La pugna soterrada que existe entre Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría tampoco ayuda a que la expresidenta de Castilla-La Mancha sea la elegida para heredar el Ministerio del Interior. Uno de los enigmas que se resolverá en cuanto Rajoy anuncie su nuevo Ejecutivo es cómo quedan repartidas las fuerzas entre las dos mujeres con más poder en España. Una en el partido; la otra en el Gobierno. Apostar por una persona como Rudi, con un perfil mucho más independiente y prudente, podría servir para poner orden en un Departamento que ha sido objeto de numerosas críticas con Fernández Díaz al frente.
Para contentar a Cospedal, las quinielas también recogen que Rajoy podría ofrecerle Defensa y devolver a ese Departamento el Centro Nacional de Inteligencia (CNI). Un caramelo con el que podría satisfacer a su secretaria general, que cuenta con este puesto en el partido para poder rechazar cualquier cartera ministerial que no le convenza.
Las turbulencias de la era Fernández Díaz
Durante la etapa Fernández Díaz, el Ministerio del Interior ha pasado por constantes turbulencias. Ceses de responsables policiales contra la corrupción, Informes apócrifos atribuidos a la UDEF, enfrentamiento entre comisarios que han afectado incluso a la relación con el CNI, grabaciones privadas difundidas en los medios de comunicación... y como telón de fondo las maniobras para hacer aflorar casos de corrupción de rivales políticos, ya sean dirigentes indepedentistas en Cataluña o Podemos (el informe PISA sobre la presunta financiación ilegal de la formación de Pablo Iglesias aún espera en algún despacho a ser judicializado).
La ‘operación Gürtel’, el ‘caso Púnica’ o la ‘operación Taula’ en Valencia son sólo algunas de las pesquisas que siguen su curso contra dirigentes del PP. Además, quien ocupe esa cartera a partir de mañana deberá elegir puestos clave en la lucha contra la corrupción política, incluyendo el del máximo responsable de la UDEF de la Policía Nacional. Ese despacho lleva esperando dueño desde hace seis meses.
Otra decisión clave que deberá adoptar el futuro responsable de Interior es el de designar al Director Adjunto Operativo de la Policía (DAO), máximo puesto policial en el organigrama. El actual, Antonio Rodríguez, desempeña sus funciones de forma “provisional” desde junio, según anunció el Ministerio. Sucedió al ya jubilado Eugenio Pino, cuya gestión marcó en gran medida la gestión del Fernández Díaz, al menos en lo que afecta a la Policía.