El director de cine porno Ignacio Allende, alias Torbe, quedó el viernes en libertad provisional después de abonar los 100.000 euros de fianza que le impuso el juez. Fue detenido el pasado mes de abril acusado de haber cometido presuntamente los delitos de pornografía, pornografía infantil, trata de seres humanos, blanqueo de capitales y delitos contra la Hacienda Pública.
Siete meses después de su arresto en la ‘operación Narsés’, Torbe abandonó la cárcel de Estremera (Madrid) en la que se encontraba recluido, han informado a EL ESPAÑOL fuentes penitenciarias. Su puesta en libertad se produce a pesar de que, desde su detención en abril, han sido numerosas las chicas que han acudido a diversas comisarías para denunciar las extorsiones y amenazas del también productor para grabar escenas porno e incluso prostituirse.
Una de estas chicas, A.L., declaró el pasado 19 de julio ante la Brigada Central contra la Trata de Seres Humanos y contó cómo Torbe le amenazó tras negarse a prostituirse. Aseguró ante los agentes que tras una grabación pornográfica, el director ofreció a las chicas que estaban en el piso de rodaje acudir a ver un partido de fútbol entre el Real Madrid y el Atlético de Madrid en el palco. Habría “señores mayores pero que pagarían muy bien, y si accedíamos incluso podría 'caer' algún futbolista”.
Deuda con su socio ucraniano
La puesta en libertad de Torbe a la espera de juicio no supone en cualquier caso el final de sus problemas. Su socio ucraniano en la grabación de 'bukakes', también detenido en la ‘operación Narsés’ cuando llegaba a España, tenía la intención de cobrar una deuda que tenía con el director de cine porno. Boris Malynovskyi fue puesto en libertad en julio, pero el juez le prohibió salir de España hasta que se celebre el juicio.
Según ha podido saber EL ESPAÑOL de fuentes de la investigación, Boris llegó a España acompañado de cinco guardaespaldas. Se alojaron en el hotel de cinco estrellas Villa Magna, a cuerpo de rey, y antes de ir a hablar con Torbe fueron arrestados por agentes de la Brigada Central contra la Trata de Seres Humanos de la Policía.
La Policía insiste en la existencia de indicios contra Torbe. Uno de los puntos en los que se basan los agentes es la grabación y publicación del vídeo de una menor de edad, que fue distribuido por diversas redes sociales. En este caso, los padres de la joven tras conocer que había sido grabada levantándose una camiseta y enseñando el busto, además de un vídeo porno, fueron a denunciar los hechos ante los agentes.
Chantaje al padre de la menor
Pero Torbe no estaba dispuesto a retirar las imágenes de la circulación sin más. En una conversación interceptada por la Policía el 16 de marzo de 2016, unas semanas antes de su detención, el director comentaba a otra persona sus planes para paralizar la denuncia de los padres de la chica.
Según consta en un informe policial al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, ese día Torbe envió un mensaje de audio por la aplicación WhatsApp en el que le decía a la otra persona que "tenía pensada una jugada mucho mejor" para acabar con el problema de la menor. Iba a llamar al padre "y decirle que quería arreglar esto, que su hija se dedique al porno o que le devuelva el dinero de las escenas".
Y si no llegaban a un acuerdo, el plan de Torbe era "poner las escenas de ella en circulación en Internet de forma gratuita" y sin que nadie supiera que había sido él quien las había puesto, y "que todo el mundo vea a su hija follando por todos lados”, recoge el atestado de la Policía con la literalidad de la conversación de Torbe.
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