La explosión tuvo lugar pocos minutos antes de las ocho de la mañana. A los 70 agentes de la Guardia Civil que viajaban a bordo del autobús les alcanzó de pleno la deflagración. Una nube de humo se instaló en las inmediaciones de la madrileña plaza de la República Dominicana, epicentro del atentado. En el asfalto y entre los restos del vehículo, rodeados de cristales y escombros, los cadáveres de 12 guardias asesinados. Otras 32 personas resultaron heridas.
Irene Idoia López Riaño, conocida por sus compañeros con el sobrenombre de Margarita o La Tigresa, fue la encargada de recoger la información del autobús de la Guardia Civil. En la mañana del 14 de julio de 1986, junto a su compinche del comando Madrid Juan Manuel Soares Gamboa, estacionó la furgoneta bomba en el lugar señalado. Los otros miembros del grupo, Antonio Troitiño y José Ignacio de Juana Chaos, se colocaron en puntos estratégicos para perpetrar el atentado.
A Idoia López Riaño la detuvieron en Francia en 1994. Su declaración aclaró algunos de los episodios de su trayectoria que no estaban del todo claro para los Cuerpos implicados en la lucha antiterrorista. Después de pasar cinco años en Argelia tras ser expulsada del comando Madrid por indisciplina, se reintegró en otro comando etarra, el Ekaitz. También mantuvo enfrentamientos con algunos miembros de ETA que le acusaron de chivata tras la desarticulación de la cúpula en la localidad francesa de Bidart, en 1992 -aunque la operación liderada por la Guardia Civil nada tuvo que ver con ella-.
La condena de la Audiencia Nacional
La Audiencia Nacional la condenó a 2.000 años de prisión por, entre otros delitos, el asesinato de 23 personas. Estuvo implicada en otro atentado con coche bomba, también en 1986, que acabó con la vida de cinco guardias civiles, esta vez en la calle Juan Bravo de Madrid.
Tras pasar por varios centros penitenciarios, ahora se encuentra en la cárcel de Zaballa (Álava), conocida por ser el escenario en el que se aplica la conocida vía Nanclares para los etarras que se desvinculan de la banda y piden perdón por sus crímenes.
Según informa EFE, la Tigresa tiene vía libre para salir de prisión. Hasta ocho permisos penitenciarios concedidos acumula ya para poder abandonar temporalmente la cárcel alavesa de Zaballa, pero hasta ahora no ha querido disfrutarlos. Según fuentes de la agencia, Idoia López Riaño tiene, en realidad, pánico al exterior y "miedo escénico".
Se siente maltratada por los medios de comunicación, convencida de que han dibujado un retrato de ella distorsionado y de que será perseguida y fotografiada cuando salga a la calle de la misma manera que cuando en mayo de 2015 protagonizó diferentes salidas autorizadas por la Audiencia Nacional para sacarse el carné de conducir.
Ocho permisos penitenciarios
La terrorista ha logrado ocho permisos penitenciarios de entre tres y seis días. A todos se opuso la Junta de Tratamiento de la cárcel, a la que incluso la presa ha denunciado por estas negativas, aunque finalmente la Justicia le ha dado la razón y el juez central de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional, José Luis Castro, que los había rechazado en primera instancia, ha terminado por autorizarlos.
La Tigresa tiene 52 años y, por el momento, ha cumplido 21 de cárcel. Tras las correspondientes reducciones de condena, abandonará el presidio el 17 de diciembre de 2017.
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