Los últimos Reyes Magos, los primeros de la actual alcaldesa, alcanzaron Madrid envueltos en una suerte de cortinas de ducha. Varias madres, cabreadas, enarbolaron la ironía de Cayetana Álvarez de Toledo en Twitter: "No te lo perdonaré jamás". Esta vez, con vistas a un mar en calma, Carmena ha devuelto el clasicismo a la cabalgata, pero aportará una sorpresa: celebrará el solsticio de invierno el 21 de diciembre.
La noche más larga
"¿Sols qué?", se preguntan muchos. Para explicarlo, mejor recurrir a un experto. Javier Armentia, astrofísico y consejero de la International Planetarium Society, lo aclara: "El solsticio de invierno, en nuestro hemisferio, se da entre el 20 y el 23 de diciembre. El Sol pasa por distintas circunstancias, sale y se pone por lugares diferentes. En este caso es como si reposara en el camino. Se para, aunque sólo sea por unos segundos. De ahí que la noche del solsticio sea la más larga del año".
Según Armentia, esta circunstancia solar aúna la celebración de tradiciones milenarias, incluida la Navidad cristiana, por lo que Carmena "no está celebrando algo nuevo", sino algo que había dejado de celebrarse como tal. "Las fiestas del solsticio están vinculadas a la luz, al renacer. Conviene tener en cuenta que, a partir de esa noche, el Sol le gana la partida a la oscuridad y los días, poco a poco, empiezan a ser más largos. En el solsticio de verano ocurre lo contrario. La noche comienza a ganarle terreno al día".
Desfile de farolillos
Carmena, en uno de sus alardes vanguardistas, va a organizar la celebración del solsticio por primera vez en la capital: un desfile en Madrid Río plagado de farolillos, un recorrido que terminará con fuegos artificiales. Una fiesta de la luz. "Estilo nórdico", insisten en el Ayuntamiento.
El Gobierno municipal empleará una partida de 55.000 euros IVA incluido y asegura que las inscripciones ya sobrepasan las 2.000 personas. "Estamos muy contentos con la cifra, es la primera vez que se hace".
Tal es el entusiasmo de Carmena por el solsticio de invierno, que ha colgado en la web municipal unas instrucciones para que todo el que quiera pueda fabricarse su propio farolillo de cara al desfile. El Ejecutivo municipal habla de "recoger felicidad y reflexionar sobre las cosechas de 2016", mientras la oposición le acusa de haber perpetrado el solsticio "para recompensar a sus votantes a cambio de la vuelta a la normalidad de la cabalgata de Reyes".
"Apuesta por el laicismo para contentar a sus votantes", le echa en cara el PP. "No, no, procuramos una fusión entre tradición y vanguardia", responden desde el Ayuntamiento. El PSOE, que se limita a calificar la fiesta de "interesante", golpea: "Aunque nos tengan toda la noche mirando al cielo, no nos vamos a olvidar de la gestión en tierra".
¡Viva el solsticio!
Con este desfile, Madrid unirá su tradición a Japón, donde se celebra el réquiem por los muertos y el renacer de la diosa del Sol la noche del solsticio de invierno. También compartirá fiesta con Laponia, que sacrifica ciervas blancas para dar de comer a un dios renacido que pasea por el cielo. Incluso unirá fuerzas con algunos pueblos de Pakistán, cuyos habitantes se rocían la cara con sangre de cabra.
El solsticio de invierno, relata Armentia, "es un instante". El sol se para, pero por un segundo. Un reposo ni siquiera perceptible. "Para darse cuenta habría que analizarlo de forma gradual, día tras día, noche tras noche". Pero esos segundos ya centran el debate. Este año, la Navidad, salvo sorpresa, no vendrá envuelta en cortinas de ducha, pero sí en polémica. El 21 de diciembre, nacerá en Madrid una fiesta: el solsticio de invierno.