El mayor propietario de suelo de Marbella, el octogenario empresario de origen judío Judah Binstock, considerado el supuesto muñidor de la moción de censura que desbancó de la Alcaldía a Julián Muñoz, falleció el pasado fin de semana en su mansión 'Las Magnolias', en Marbella, según confirmaron a EL ESPAÑOL fuentes de su entorno, aunque su familia no ha querido hacer pública todavía la noticia.
Binstock disponía de residencias en Marbella, París y Buenos Aires, pero frecuentaba poco la Costa del Sol después de que el huracán de la operación Malaya removiera los cimientos una ciudad que antaño se rendía a sus pies.
Judah Binstock tenía varias nacionalidades, pero vivió durante décadas en su mansión 'Las Magnolias' de Marbella, donde congregaba cada año a la flor y nata de la política, la nobleza o los negocios para celebrar una de las fiestas más exclusivas de la ciudad.
Pronto se granjeó amistades en el Ayuntamiento y en la Junta de Andalucía, y se convirtió en el multimillonario más poderoso e influyente de la Costa del Sol, aunque nunca saliera en la prensa. Esa era una de sus reglas de oro.
Así, desde la sombra y gracias a su influencia en las altas esferas, fue tejiendo un enorme patrimonio y adquiriendo los suelos con mayor futuro de Marbella, situados al norte de la ciudad y destinados a convertirse en una nueva milla de oro de la construcción.
Terrenos que el Plan General de Marbella aprobado en 2010 señalaba como suelo urbanizable no consolidado, y que sus herederos han puesto recientemente a la venta, mientras la ciudad se enfrenta al nuevo galimatías provocado por las últimas sentencias sobre su planeamiento dictadas por el Tribunal Supremo.
Nadie en Marbella le preguntaba abiertamente por su pasado. Pero lo cierto es que Binstock había llegado a la Costa del Sol tras dejar el Reino Unido en 1977 por sus problemas con Scotland Yard, que le buscaba por delitos fiscales y estafa en la gestión de sus negocios de casinos y carreras de caballos.
Su experiencia en el mundo de las apuestas y su amistad con el ex consejero Gaspar Zarrías fueron precisamente los avales para que adjudicasen a su empresa Ocio y Valores S.A. a finales de los 90 el Casino del Aljarafe de Sevilla, que abrió sus puertas en 2006 tras un largo litigio. El Casino del Aljarafe acaba de ser vendido al gigante austríaco Novomatic, pese a que la Agencia Tributaria investiga una denuncia presentada el pasado mes de marzo por supuesta evasión de impuestos.
MOCIÓN DE CENSURA CON GASTOS PAGADOS
Los estrechos vínculos de Binstock con los gobiernos de Jesús Gil en Marbella y con la actividad urbanística del hoy condenado Juan Antonio Roca hicieron que muchos le vinculasen con la moción de censura que dejó sin bastón de alcalde a Julián Muñoz en agosto de 2003, precisamente cuando el entonces novio de Isabel Pantoja se disponía a regularizar parte de la gestión del urbanismo de la ciudad.
De hecho todo estalló cuando el equipo de gobierno municipal permitió que la Junta paralizase un convenio urbanístico sobre un suelo de Binstock por incumplir varias normas ambientales.
Los manejos de Binstok y Roca lograron que el grupo de concejales del GIL se partiera en dos, y que una facción se adhiriese a la moción junto a ediles del PSOE y el PA. Eso sí, los concejales tránsfugas pidieron 375.000 euros por barba, según relata el abogado marbellí José Cosín en su libro 'Mafia y corrupción: el Gilismo que no muere'.
Los ediles que participaron en la operación fueron apartados durante unas semanas de la ciudad para evitar las presiones, y llevados en autobuses a lujosos hoteles y parques temáticos. La entonces concejala Carmen Revilla, que votó a favor de la moción, declaró posteriormente en sede judicial que fueron Binstock y Roca quienes sufragaron estos gastos, incluido el pago a los ediles por su decisivo voto.
Pero aquella moción fue el principio del final para el statu quo de Marbella durante la era Gil. En 2006 la Policía detenía y encarcelaba a la corporación municipal y el Gobierno de España disolvía por vez primera en la Historia un ayuntamiento por corrupción. Judah Binstock desaparecía de Marbella, al igual que algunos de los investigados en la trama Malaya, como el ex edil andalucista Carlos Fernández, todavía hoy en paradero desconocido.
Desde entonces se sucedieron las especulaciones y las noticias sobre Fernández, y sobre la posibilidad de que hubiera sido financiado y ayudado por Binstock en su huida de España. No en vano el ex edil mantuvo una relación sentimental con una de las hijas del magnate. Incluso la Policía lo situó inicialmente en Argentina, país en el que Judah Binstock posee múltiples propiedades.
TODO EL SUELO A LA VENTA
Binstock reapareció en Marbella en verano de 2008, organizando otra de sus célebres fiestas de cumpleaños. A la misma asistieron incluso concejales del equipo de gobierno, entonces ya ocupado por el Partido Popular. Pero a pesar del cambio de color político la imagen de la tarta gigante que retrató la celebración, filtrada a un medio de comunicación, mostraba que los verdaderos poderes de la ciudad seguían en las mismas manos.
El patrimonio de la familia Binstock, repartido en un complejo entramado de empresas controladas por sus hijos, con ramificaciones en Liechenstein, Irlanda y las Islas Caimán, llegó a ser enorme. Los terrenos que fue adquiriendo al norte de Marbella a través de su sociedad Corporación Marbella en los años 80 son hoy la joya de la corona para el sector de la construcción. Nada menos que 2.000.000 de metros cuadrados de suelo edificable.
El grupo Corporación Marbella, propiedad de la familia, puso recientemente todo su suelo a la venta, y así lo anuncia en su página web. Las parcelas de La Cañada (junto al centro comercial del mismo nombre), La Trinidad, La Serranía, Ave María, Cristo de los Molinos y Hacienda Cortés, ubicadas al norte de la ciudad, son ofrecidas con fotografías aéreas y abundantes datos económicos por los herederos de Binstock, quienes tomaron el control de buena parte de sus sociedades en 2008.
Junto a las imágenes se ofrecen cifras sobre la edificabilidad que cada una de esas parcelas tiene en función del nuevo Plan General de Ordenación Urbana, aprobado en 2010, y posteriormente anulado por el Tribunal Supremo. La compañía expone el previsible futuro desarrollo de cada una de esas suculentas zonas y el número de empleos que podría generar en una década la transformación de todas esas pastillas de terreno adquiridas durante décadas por la paciencia judía de Binstock, quien pese a todo no podrá ya disfrutar de lo que amasó en vida.
Esta semana sus asesores informaban a algunas personas de su fallecimiento, mientras que su entorno familiar evitaba confirmar la fatal noticia, aunque tampoco la desmentía. Uno de sus hijos, desconcertado, pidió a este periódico que volviera a telefonearle dentro de unos días. En la residencia La Magnolia guardaban silencio. Binstock, según las fuentes consultadas, habría tropezado y caído por unas escaleras de dicha mansión.
Pero en el momento del accidente, el magnate que en vida celebraba fiestas de 500 invitados y movía los hilos de Marbella, se encontraba completamente sólo.