La elección del último viaje de María Dolores de Cospedal no fue casual. Tampoco la comitiva que la acompañó, entre la que figuraban los portavoces de Defensa de Ciudadanos y el PSOE. Irak es uno de los escenarios más exigentes para las Fuerzas Armadas y el Ministerio lleva casi un año -el tiempo que ha estado el Gobierno en funciones- aplazando la decisión de enviar más tropas al escenario; una medida que se ha aprobado este martes en el Congreso con el apoyo de populares, socialistas y de la formación naranja, pero no de Unidos Podemos, que ha votado en contra.
El envío de más soldados a Irak corresponde con la petición de la Alianza Internacional contra el Daesh, encabezada por Estados Unidos y de la que España forma parte desde su origen. El Ejército cuenta en la actualidad con unos 370 efectivos desplegados entre las localidades de Besmayah -donde está el grueso del contingente-, Bagdad y Taji, que participan en labores de adiestramiento a las tropas locales y de asesoramiento militar. En la Comisión de Defensa de este martes se ha aprobado reforzar las tropas con 125 soldados más y 25 guardias civiles.
Para María Dolores de Cospedal, los efectivos españoles desplegados en Irak constituyen la "cara visible de la política exterior española". Lo dijo en Bagdad, en un viaje relámpago al que asistieron los portavoces de Defensa del PSOE, Ricardo Cortés, y de Ciudadanos, Miguel Gutiérrez. La ministra ha repetido estos argumentos en la Comisión que se ha celebrado este martes y en la que se ha aprobado el envío de los efectivos.
PP, PSOE y Ciudadanos han votado a favor de la propuesta; consideran que el escenario iraquí, además de suponer una grave amenaza para la seguridad nacional, es uno de los lugares en los que se pone de manifiesto el compromiso con las alianzas internacionales. Unidos Podemos, por su parte, se ha mostrado en contra, como también lo ha hecho ERC.
La postura de UP sobre Defensa
En su último programa electoral, Unidos Podemos incluyó varios puntos que hacían referencia a la situación de los Ejércitos. La mayoría de ellos se centraban en los derechos de los militares y en su carrera profesional, pero el programa electoral de los de Pablo Iglesias también proponía someter a "consulta ciudadana" de la "participación de las Fuerzas Armadas en operaciones militares internacionales".
La formación morada ha encontrado en los asuntos relacionados con Defensa uno de los mayores escollos para la confluencia entre Podemos e Izquierda Unida: mientras los primeros apuestan por la transversalidad y atraer el apoyo de sectores militares críticos con la gestión del Ministerio, los segundos sostienen un discurso más antimilitarista.
Sobre las misiones en el exterior, en las elecciones generales de 2015, el equipo de Alberto Garzón hablaba así sobre operaciones como la de Irak: "La guerra "antiterrorista" se convierte en un magnífico instrumento para dominar territorios ricos en gas, petróleo, uranio, agua, nuevos materiales como el coltán etc. y ponerlas en manos de las multinacionales, también para desplegar tropas y establecer nuevas instalaciones militares a partir de las necesidades geoestratégicas de los EEUU y sus aliados".