Santiago Agrelo Martínez es un franciscano gallego, nombrado arzobispo de Tánger en 2007 cuando era párroco en Astorga y profesor en el Instituto Teológico de Santiago de Compostela. Destaca por ser crítico con las políticas de extranjería del Gobierno, sobre todo en las fronteras terrestres de Ceuta y Melilla.
Muy activo en las redes sociales, suele dar la voz de alarma sobre la situación de los inmigrantes, a los que llama "mis chicos", para denunciar o desmentir información oficial. También es crítico con los medios de comunicación porque considera que contribuyen a distorsionar la imagen de los emigrantes y los convierten en seres violentos.
Desde la Diócesis de Tánger trabajan día a día con los migrantes en silencio pero en alguna ocasión, como el lunes, Agrelo decidió hacer pública su indignación tras el intento de salto a la valla de Ceuta de un millar de migrantes la madrugada de Año Nuevo. El religioso visitó, como cada semana, el campamento marroquí de Beliones, en los alrededores de Ceuta, donde sobreviven miles de personas a la espera de cruzar la valla y llegar a España. Y allí le contaron que dos inmigrantes de Camerún y Guinea Conakry fallecieron, y otro camerunés perdió un ojo de una pedrada. En una entrevista con EL ESPAÑOL, Agrelo asegura: "Los inmigrantes que están allí me lo han dicho y para mí son voces creíbles".
Las autoridades locales de Ceuta hablan de normalidad en la frontera, ¿cómo es la situación de los migrantes en el campamento de Beliones, cerca de la valla?
Hay más controles de las fuerzas de seguridad. El lunes, distribuir los alimentos, como todas las semanas, fue una tarea difícil porque llegaban inmediatamente los soldados, tan pronto como nos veían. Cuando se acercaron al primer grupo, los chicos echaron a correr y dejaron por el camino las bolsas de comida y las mantas, y los soldados empezaron a recogerlas. Les dije que las bolsas eran mías, que tenía las facturas, y me las devolvieron después de controlar lo que había dentro. Cuando llegamos al grupo siguiente apareció la misma furgoneta, y la misma historia.
¿Cuántas personas hay y en qué condiciones viven mientras esperar pasar a España?
Sobreviven, malviven, te encuentras con ellos en la carretera y los ves ateridos de frío; y si llueve, mojados. Se organizan por nacionalidad y en cada campamento hay centenares de personas. Les llevamos plásticos y mantas y, por el modo en que lo reciben, te das cuenta de que es material indispensable para protegerse de la lluvia y del frío. Oigo con frecuencia la palabra 'bunker', que ellos se construyen su 'bunker'. Además en el monte marroquí de Beliones, cerca de Ceuta, hay cuevas. De hecho, el año pasado, en una de ellas murieron dos inmigrantes asfixiados porque los soldados quemaron las pertenencias de un campamento y el humo los ahogó. También se hizo silencio rápidamente sobre este asunto, como con los muertos de Año Nuevo.
En este último salto denuncian dos muertos y la pérdida de un ojo, entonces queda latente que les agreden en la valla.
Si se viera lo que las cámaras filman, seguramente nos llevaríamos más de una sorpresa porque realmente los que están armados y tienen capacidad de pegar son las fuerzas del orden. El lunes no estaba indignado, tenía ira porque desde la delegación de Gobierno en Ceuta se dijo que los inmigrantes le habían quitado un ojo con una pedrada a un soldado marroquí y resulta que es justo lo contrario. Me preocupé de cerciorarme de esto, los inmigrantes que están allí me lo han dicho y para mí son voces creíbles. Además, no permiten estar en el lugar a las personas que tienen que informar y después les pasan información falsa.
¿Cuáles son los principales problemas de los migrantes en el bosque?
No sé cómo resuelven los problemas de salud, salvo las cosas excepcionales de heridas que les impiden caminar. En los diversos campamentos hay un líder que tiene nuestro número de teléfono por si hay alguna emergencia, algún enfermo o alguna cosa por el estilo. Saben que pueden llamar aunque lo han hecho poquísimas veces. Cuando subimos allí nos encontramos en ocasiones con heridos y nosotros mismos los traemos al hospital de Tánger. Pero tienen enfermedades de la piel porque la higiene está reducida a nada, lo notas solo por el olor; y enfermedades respiratorias. Entiendo que ellos escogen la situación, han salido de un infierno, necesitan llegar a un lugar que sueñan como mejor y que seguramente será mejor, pero en el camino se encuentran con una situación de total indefensión y entonces aguantan con todo lo que se le venga encima.
¿Qué es lo que más le impresiona de estas personas?
Me sorprende mucho desde hace años su inocencia, la voy a llamar así; y su capacidad de sufrimiento, una cierta alegría ingenua, como de niños que se contentan con poco o nada y que sufren mucho. Es un mundo extraordinario, en este sentido para mí, de una humanidad extraordinaria. Al mismo tiempo, un mundo que te produce muchísima pena porque los ves ahí castigados todos los días como niños malos y sin una perspectiva de futuro.
¿Seguirán intentando saltar la valla?
Yo pienso que sí, es que no tienen otra opción. En Marruecos no van a encontrar una salida para sus vidas. Yo si fuera uno de ellos continuaría intentando saltar la valla. La situación real del inmigrante va a cambiar poco. Son personas que tienen un sueño en la cabeza, y pienso que tienen derecho a ese sueño, y me resulta incomprensible que haya un mundo de seres tan poderosos que pueden impedir a gran parte de la humanidad la realización de sus sueños. Me parece un absurdo. Le decía esta mañana a una amiga que yo no voy a llevar pan a los campamentos, eso lo puede hacer un panadero, yo voy allí a luchar por un mundo mejor, donde una humanidad se entiende, se puede dar un abrazo, y hablar tranquilamente. Es una utopía, pero es una utopía por la que vale la pena luchar.
Comenzamos 2017 como terminamos 2016, con intentos de entrada a España. ¿Se presenta un año duro?
Sí, creo que el 17 va a ser peor que el 16 para todos, no solo para los inmigrantes. Atentados y bombardeos en todas partes, violencia de género, empezamos a contar las mujeres muertas. ¿Cómo un gobierno puede hacer pedagogía contra la violencia de género si el gobierno hace violencia con los pobres y los inocentes en las fronteras? ¿Cómo puede dar buenos consejos si está dando pésimos ejemplos? La situación de los inmigrantes ha empeorado. Ves que las cosas se deterioran a tu alrededor, una humanidad que se ha hecho violenta, agresiva. Como si la violencia fuese una planta bien cultivada cuya desaparición temiéramos. Estamos pagando todos las consecuencias de una realidad atroz, y el terrorismo es solo una cara de esa moneda, y la otra, la migración, que me parece casi más terrible.
¿Cómo valora la gestión de los gobiernos español y marroquí en este último salto de Año Nuevo?
En este salto entraron 100 inmigrantes a Ceuta y los devolvieron inmediatamente a Marruecos. Esto es violencia contra los pobres, además ejercida con prepotencia. Es ignorar el sufrimiento de la gente, es pasar por encima de ese sufrimiento; y que lo haga un gobierno que se presenta ante el mundo como civilizado me repugna profundamente. Es absurdo que haya una legalidad exclusiva para Ceuta y Melilla. Las devoluciones en caliente fuera de aquí serían algo ilegal. Eso alguien me lo tiene que explicar, cómo es posible una justicia así, que va por territorios. La ley de extranjería contempla esta excepcionalidad de las devoluciones en caliente precisamente en Ceuta y Melilla, en ningún otro sitio de España.
Usted lo ha denominado en las redes sociales como "el holocausto de los pobres".
Es que es así, la sociedad cierra los ojos ante ellos. Estas personas no importan a nadie. Lamentablemente están lejos de sus familias, y probablemente no saben dónde están sus hijos en este momento, por lo tanto son humanidad abandonada a sí misma. Que las autoridades no se preocupen de protegerles, ya no digo de defenderse frente a ellos, sino de protegerlos es un escándalo muy grande. Y no quiero pensar que esta gente va a comulgar, no quiero pensar que se declaren cristianos y se den golpes de pecho, no me lo puedo ni imaginar.
Según la guardia civil española, los migrantes actuaron “de forma extremadamente violenta" con "barras de hierro, cizallas y piedras".
¿De dónde sacan los emigrantes semejante cosa? Es que es imposible, es imposible. ¿Ha visto alguien una fotografía de esas cosas? Ya no digo fotografía, hablo de algún testimonio fehaciente. Recuerdo que el año pasado, para evidenciar la violencia de los emigrantes, aquella vez era en Melilla, presentaron unas ramas de árbol que las maneja hasta un niño. La información también tiende a hacer de los inmigrantes unos delincuentes violentos, de tal manera que está bien todo lo que le sucede y si mañana se mueren siete en el mar que nadie los eche en falta porque han desaparecido siete criminales. No lo puedo tolerar.
De hecho, varias ONGs han solicitado la revisión de las cámaras de la frontera con Ceuta para saber qué ha pasado.
Una de las cosas que no entiendo es cómo no se exige desde los medios informativos que la frontera no sea un lugar cerrado para la información, porque entonces es un lugar abierto para la mentira y para el abuso del poder. Las ONGs vienen pidiendo observadores internacionales en estas fronteras desde hace mucho tiempo. Yo ya no pido tanto, pero que la prensa esté presente, sí.
Usted que trabaja con ellos, ¿ve solución para la migración?
Hay solución si se busca desde los poderes de las naciones, desde los gobiernos. Las hay para todo, no las va a haber para unos miles de personas que están en busca de trabajo. Facilitarles que busquen un trabajo, que lleguen con un pasaporte y que se les dé tres meses, seis meses, para buscarse la vida. ¿Por qué tienen que jugarse la vida simplemente para pasar una frontera? Son los gobiernos los que tienen que ofrecer una salida. Esto no es una generosidad por su parte, es su deber. Los gobiernos tienen el deber de proteger el derecho de los pequeños, y los inmigrantes que están viviendo de esta manera en las fronteras tienen derecho a buscarse la vida donde consideren oportuno. Un derecho del hombre reconocido en las Naciones Unidas. El problema son los gobiernos, el problema no son los emigrantes, eso es una evidencia.
¿Cree que el proceso de regularización e identificación de migrantes irregulares que llevó a Marruecos en 2014 y que el pasado mes de diciembre retomó sirve o servirá para algo?
Cuando se anunció lo dije y lo digo otra vez. No sé si para los inmigrantes va a traer ventajas o va a ser una vuelta más de tuerca sobre sus vidas. Uno ya está escarmentado de todo. Yo no puedo criticar la política migratoria del Gobierno de Marruecos, estoy viviendo aquí, estoy en casa ajena y me toca simplemente respetar; pero puedo hablar de lo que temo, y para ellos puede ser una nueva dificultad. El tiempo dirá.
En sus denuncias también hace un llamamiento a la Iglesia, "que no se rebele contra la tiranía del dinero sobre el hombre, para los emigrantes no habrá más futuro que frío y hambre".
En la iglesia estamos demasiado sometidos a los públicos y hemos perdido libertad, hemos perdido capacidad de hablar y eso es un mal. Por ejemplo, si la iglesia en España tomase una posición continuada y manifiesta de apoyo a los inmigrantes realmente la situación de España estaría cambiada desde hace tiempo. La semana pasada tuve enfrentamientos sobre esto con tres personas, dos de ellos eran sacerdotes, que tienen sobre estos temas el pensamiento que pueda tener la Sr. Marine Le Pen o el Sr. Donald Trump. Si los sacerdotes pensamos así, entonces qué piensa la comunidad atendida por ellos, los que les escuchan. Por nuestra parte es una gran responsabilidad porque ser cristiano es algo más que recitar un credo es algo que compromete la vida, y la compromete con los pobres. O somos una buena noticia para los pobres o no somos nada.
¿Algunos cristianos ven en el musulmán y en el africano a seres inferiores?
Hemos mamado durante siglos una guerra contra los moros. Los moros han sido siempre nuestro enemigos naturales. Y esto o lo vencemos o lo trabajamos desde dentro. Yo vivo entre musulmanes y jamás he tenido un problema con ninguno de ellos. Al contrario, me dan una familiaridad, un respeto y una confianza que no me dan en España los españoles, es así de sencillo. Y hay que cuidar el lenguaje con el que nos dirigimos al prójimo. Por ejemplo, cuando hablan de la valla y de asaltos, me indigno. El lenguaje militar llevado a mis chicos es una ofensa.