"Pido perdón por el daño que ha causado la actividad delictiva por la que he sido condenado (terrorismo), lo asumo, pido disculpas por ello y lo lamento sinceramente". Este es el texto que ha firmado la presa etarra Olga Sanz Martín , ultima deserción que sufre ETA. Se conoce menos de una semana después de que la también presa terrorista Sara Majarenas se desvinculase públicamente de la banda para poder cuidar de su hija en un centro de acogida. En el caso de Olga Sanz, condenada a un total de 71 años de cárcel , su paso ha servido para que la Audiencia Nacional le permita salir cuatro días de la cárcel de Villabona (Asturias) en el que cumple su pena.
Según el auto del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, la ruptura con ETA ha sido clave para que se le haya concedido a Sanz Martín este beneficio penitenciario. "Rechazo todo tipo de violencia y manifiesto que la consecuencia de cualquier objetivo legítimo, inlcuidos los que defiendo, tendrán que alcanzarse únicamente por medios pacíficos y democráticos". Está condenada por estragos terroristas (33 años), asesinato (15), colaboración con banda armada (9), depósito de armas (8), falsificación de documento oficial (3) y robo (3).
Las líneas rojas de ETA
El pasado diciembre, la dirección del Colectivo de Presos de ETA (EPPK, por sus siglas en euskera) propuso a los reclusos de la organización terrorista "utilizar las diferentes posibilidades existentes en el ámbito jurídico" para "vaciar las cárceles", aunque "con los límites del arrepentimiento y la delación". Arrepentimiento y delación es la forma que el entorno de ETA tiene de referirse a la petición de perdón y a la colaboración con la justicia para esclarecer los cerca de 300 crímenes de ETA sin resolver.
No obstante, Sanz Martín se salta también esa última línea roja cuando en su texto dice que esta dispuesta a "facilitar información a las autoridades para esclarecer algún delito si fuera necesario y siempre y cuando yo tuviese información relativa al mismo". También muestra su compromiso a pagar las indemnizaciones derivadas de sus actos. San Martín fue condenada por colaborar con el comando Vizcaya de finales de los años 90.
Renuncia a los abogados del Colectivo
"Me desvinculo de cualquier proyecto o escenario en el que se utilice la lucha armada para el logro de fines políticos e ideológicos y expreso mi compromiso de contribuir a la construcción de un País Vasco en paz, libertad y convivencia normalizada", prosigue la presa que, como muestra de su voluntad de romper con la organización terrorista, asegura que ha "dado de baja a cualquier abogado del Colectivo de Presos para no tener ningún vínculo con nadie de ese entorno".
El auto, firmado por el juez José Luis Castro, incluye la opinión de la Subdirección de Seguridad del Centro Penitenciario, que acredita la ruptura de la presa de la banda: "se ha desvinculado totalmente (...) desde hace varios meses, en su actividad diaria del centro, ha quebrantado todas las prohibiciones que el Colectivo de Presos establece para los internos". Ya no secunda las protestas y realiza actividades como mediadora para evitar conflictos. Además se encarga del taller costura.
Olga Sanz Martín terminará de cumplir su condena el 2 de junio de 2023. Se encuentra en segundo grado penitenciario por lo que, siempre que cumpla los requisitos exigidos por Ley, podrá salir de prisión un máximo de 36 días al año.