Elena Valenciano (Madrid, 1960) fue la vicesecretaria general del PSOE entre febrero de 2012 y julio de 2014. Eso la convirtió en la número dos del partido durante el tiempo que lo lideró Alfredo Pérez Rubalcaba. El exlíder accedió al cargo en un disputado congreso en el que se enfrentó a la fallecida Carme Chacón, apoyada entre otros por el PSOE andaluz. Entonces, la estructura del partido en la región (el aparato) era la responsabilidad principal de Susana Díaz como secretaria de Organización.
Díaz perdió y Valenciano ganó. La relación entre ambos equipos siguió siendo tensa, pero la hoy eurodiputada y vicepresidenta del grupo parlamentario socialdemócrata en la Eurocámara es una de las firmes defensoras de la presidenta andaluza. Es una de esas alianzas que hace tan solo unos años podrían parecer ciencia ficción. Valenciano es dura con Pedro Sánchez, aunque reconoce que en el PSOE los problemas no empezaron con él sino con el crédito perdido por la gestión de la crisis económica. Ahora, para ella, el PSOE se juega acertar o sucumbir.
¿Cómo de grave es la situación del PSOE? ¿Está en juego la supervivencia del PSOE o la clásica pelea por el liderazgo?
Esta vez se decide mucho más: mantener el espacio socialdemócrata en el que siempre ha estado el PSOE o transitar hacia otra cosa que no sabemos muy bien qué es, porque su definición es variable, pero que en cualquier caso no es el partido de las grandes mayorías que ha conquistado los Gobiernos para cambiar la vida de la gente. Es más, la candidatura de Sánchez se presenta más bien contra los Gobiernos autonómicos. No sé a qué modelo de partido iríamos, pero no es la socialdemocracia que tiene que ser capaz de aguantar la tormenta del populismo. La candidatura de Sánchez está muy contagiada de populismo.
¿Tiene el PSOE un problema ideológico? ¿Ha dejado de ser de izquierdas?
Ni muchísimo menos. Sánchez y Díaz mantienen posiciones ideológicas con diferencias, por ejemplo en algo tan importante como la definición de España. Sánchez ha afirmado que es una nación de naciones, lo cual no aclara cuántas naciones habría. Imagino que una catalana, pero no sabemos cuántas más. Y ahí está en juego la definición de país y la igualdad entre ciudadanos. El problema es que es muy difícil combatir la posición ideológica de alguien que va modificándola todo el rato. También ocurre en lo estratégico. Sánchez apostaba primero por un Gobierno transversal con Ciudadanos, luego por una alianza con fuerzas de izquierda y ahora ha modificado esa posición. Nosotros sabemos que nuestra posición es la defensa de un PSOE absolutamente autónomo y que Podemos viene a desafiar nuestro espacio político con un modelo de país muy distinto.
En los más de dos años de Sánchez como secretario general, al PSOE no le pasó nada bueno, lamentablemente. Y la prueba es la enorme división que ha generado incluso en aquellos que le apoyaron
Dice usted que Sánchez es contradictorio pero, ¿no es demasiado simplista invocar la victoria, como hace Díaz, apoyándose en las ganas que tiene de ganar? ¿No ignora eso el contexto político?
Ella dice muchas más cosas y ha demostrado mucho más que su capacidad de ganar. No se trata de ganar como en el fútbol. Significa ganar la confianza de la gente, conectar con la mayoría social progresista de este país. Y tenemos un proyecto para eso. Ahora estamos en una batalla interna y por lo tanto hay que demostrar la capacidad de liderazgo, de sumar, de modernizar el partido y atraer a esa mayoría. Pero Pedro Sánchez ya fue secretario general. Y hace poco. Es el único que se presenta a la reelección. En esos más de dos años como secretario general, al PSOE no le pasó nada bueno, lamentablemente. Y la prueba es la enorme división que ha generado incluso en aquellos que le apoyaron y los que estuvieron con él hasta el último momento, que ahora apoyan a otro candidato. Sánchez perdió hasta la confianza de su equipo más directo. Esa división dramática y el desastre electoral ya lo conocemos. ¿Por qué volvería el PSOE a equivocarse por segunda vez?
Habla usted de conectar con la mayoría, pero Díaz ha tenido 96 avales en el País Vasco (Sánchez, en torno a 1.000, Patxi López 2.800), ha perdido en todo el norte de España, en las tres nacionalidades históricas, en la Comunidad Valenciana y en Baleares. ¿Los militantes demuestran que no entiende la diversidad de España?
Lo sabremos el día 21 en función de los votos que tenga en cada territorio. Es evidente que ha habido una campaña muy dura contra Susana Díaz, pero ella defiende el modelo federal que todos los socialistas acordamos en Granada (donde se firmó una declaración común), con los socialistas vascos, catalanes, baleares, asturianos o gallegos. Ese es el consenso del PSOE: una España federal que reconozca singularidades pero no toque el artículo 2 de la Constitución [que habla de la nación]. Ni en España ni en el PSOE hay consenso para modificarlo, por lo que cuando Pedro Sánchez habla de una nueva definición de nación que no sabíamos dónde nos llevaría, se sitúa fuera del consenso del PSOE.
¿Qué pueden aprender de los retrocesos de la socialdemocracia en Francia, Italia, Reino Unido o Grecia?
Si vemos los ejemplos más actuales, los de Francia y Reino Unido, comprobamos que cuando la socialdemocracia abandona su espacio natural, de izquierda reformista, cuando la izquierda se deja contagiar por el vendaval populista, pierde. Y se sitúa a 20 puntos de los conservadores, como ocurre en el Reino Unido, o cae al 6% de los socialistas franceses. Hemos dejado huérfanos en Gran Bretaña a los europeístas y progresistas. En Francia nos hemos contagiado de Jean-Luc Mélenchon [líder de la Francia Insumisa, a quien Podemos ve como movimiento hermano] y la gente ha votado a Mélenchon, porque prefiere el original a la copia. Hemos dejado un boquete enorme a Macron. Y lo ha sabido aprovechar.
"La decisión de abstenerse fue horrible"
¿Han digerido los votantes del PSOE las razones de la abstención?
La decisión de abstenerse es horrible, dramática, pero la política hay que hacerla con la realidad. Y entonces sólo era posible o abstenerse o ir a unas terceras elecciones. Ya llevábamos dos. En la primera sacamos 90 diputados y después 85. Todas las proyecciones decían que seguiríamos bajando. Se hubiera producido un sorpasso de Podemos y hubieran aumentado los escaños del PP. Era o más escaños del PP o quedarnos con una situación incómoda para el PP desde el punto de vista de las mayorías parlamentarias. No había posibilidad de un mítico Gobierno de izquierdas.
Cuando uno ve que Rajoy va aprobar los presupuestos con 176 votos a favor, hay quién se pregunta, como Sánchez, si no fue absurdo abstenerse.
No se puede comparar. No tiene nada que ver. Y nosotros hemos conseguido muchas cosas en el Parlamento que probablemente no habríamos conseguido con una mayoría más amplia de Rajoy. Nuestro problema no es la abstención: fueron los 85 escaños. Y todavía nadie se ha sentado a analizar por qué sacamos ese resultado.
¿Si Susana Díaz es secretaria general, la legislatura será estable y durará y si gana Sánchez habrá elecciones anticipadas?
Hemos defendido siempre una oposición útil, que consigue cosas para los ciudadanos, que corrige la desigualdad, que pueda acordar los grandes temas de Estado y condicionar también las políticas del Gobierno. ¿Qué hará Susana Díaz? Oposición útil. ¿Sánchez? No tengo ni idea.
¿Qué líder del PSOE prefiere Rajoy?
Sánchez, por supuesto.
¿Por qué?
Por lo que él llama irse a la izquierda, contagiarse del populismo, el arriba y el abajo, los buenos y los malos, el establishment y las bases, los dirigentes y los militantes. A Rajoy le conviene Sánchez porque es el eje que parte el PSOE y lo hace más débil.
Entonces, ¿a Pablo Iglesias le conviene Susana Díaz?
También le conviene Sánchez, porque será más frágil y él va a por nuestro electorado.
¿Le ha sorprendido el volumen de avales de Sánchez?
No me ha sorprendido, porque tiene muchos avales y gente muy movilizada, algo que es muy respetable. En todo caso, tiene más avales Susana Díaz.
¿En qué momento se abrió el agujero por el que ha caído el PSOE? ¿Con Sánchez o antes? Usted fue la número dos del partido desde 2012 hasta que llegó Sánchez.
Nosotros sacamos 110 escaños. Acabábamos de salir del Gobierno tras la gestión de una crisis durísima. Sabíamos que no íbamos a ganar. Cuando Rubalcaba da un paso atrás después de las elecciones europeas lo que se intenta es elegir a un candidato que mejore los resultados.
En 2011, Podemos no existía. Cuando ustedes dejaron el liderazgo del PSOE tenían un millón de votos.
Pero existía Izquierda Unida, UPyD…
Es la primera vez desde la Segunda República que el que ha conseguido los dos peores resultados dice que se presenta porque esta vez sí que va a ganar
¿Dónde está exactamente el inicio de los problemas?
Como en Francia o en Grecia, en la gestión de la crisis económica. Nos cayó la tormenta económica y se gestionó lo mejor que se pudo, pero se produjeron daños en nuestro electorado, que es trabajador y de clase media. De ese momento vienen los males. No existía Podemos, pero estaba IU y yo recuerdo lo duro que fue el 15-M. Nosotros sacamos 110 diputados, que fue un mal resultado. Cuando Rubalcaba vio que no lo iba a mejorar, dio un paso atrás. Eso es lo que hacen todos los secretarios generales en el PSOE. Esta es la primera vez que un líder que ha empeorado dos veces el resultado del anterior quiere presentarse a la reelección. Si lo has intentado y el resultado es muy malo, lo razonable es dar un paso atrás. Eso hicieron Felipe González, Joaquín Almunia, José Luis Rodríguez Zapatero y Rubalcaba. Es la primera vez desde la Segunda República que el que ha conseguido los dos peores resultados dice que se presenta porque esta vez sí que va a ganar.
Menciona a los secretarios generales. Todos ellos, salvo Almunia, arroparon a Díaz en su acto de presentación. Esta semana, Patxi López aseguró en una entrevista con EL ESPAÑOL que el PSOE se está “cargando a sus referencias”. “Para ser una referencia del PSOE no se puede ser una referencia de parte”, dijo sobre esa foto.
Es una realidad que tampoco hay por qué ocultar. Además de ser referentes, algunos, dirigentes, otros, todos somos militantes y nos preocupa nuestro partido. ¿No tienen derecho Felipe González o Zapatero a apostar por la candidatura que quieran? Yo creo que se han ganado el derecho porque han trabajado por este partido como nadie y son nuestros dos únicos presidentes. ¿La candidatura de Susana Díaz es peor por tener a dos personas de tanta importancia y trascendencia? ¿O por tener a Rubalcaba o a Alfonso Guerra? Lo que es increíble es que alguien quiera liderar el PSOE denostando todo su pasado reciente. Es algo poco inteligente.
"No hay organización que resista el cesarismo"
¿Cree usted que hay que repensar el sistema de primarias para elegir al líder del partido o pensar en eliminar las abiertas (donde pueden votar no militantes) para elegir candidato a la Moncloa?
La democracia directa es un elemento precioso en manos de las organizaciones políticas y debe ser combinado con la democracia representativa, porque la sociedad es muy compleja. No hay que favorecer a un sistema sobre otro. También creo que no hay organización que resista el cesarismo, entregar todo el poder a una sola persona. Es una equivocación, porque el PSOE es muy complejo, muy implantado territorialmente, con una gran mezcla de procedencias ideológicas y sociales. Creo que esta situación no la vamos a vivir de nuevo. Hubo primarias con [Josep] Borrell y Almunia y no pasó nada como esto. Se ha inoculado un virus de populismo y rencor que nunca ha existido en el PSOE desde Largo Caballero. Ese eje de dirigentes y militantes que algunos quieren imponer acaba con el PSOE, porque el PSOE es un partido de dirigentes y militantes.
¿Sufre el PSOE un sándwich por parte de medios de comunicación [así lo reconoció Mauricio Casals, directivo de Atresmedia, como reveló EL ESPAÑOL], una estrategia para beneficiar a Podemos y perjudicar a su partido?
La tensión que existe entre los medios y los partidos es siempre compleja. Yo he notado lo del sándwich cuando estaba al frente del PSOE. Pero la relación ha de ser cercana, independiente, autónoma y obligada en una democracia. Al final, rendimos cuentas y nos comunicamos con los ciudadanos fundamentalmente a través de los medios.
Noticias relacionadas
- Qué dijo y qué pasó: las 12 perlas de Pedro Sánchez en el anterior debate de las primarias
- Susana Díaz a Iglesias: "No permitiré que haga con el PSOE lo mismo que ha hecho con IU"
- Afines a López creen que debería retirarse por si gana Sánchez
- Pedro Sánchez no descarta una moción de censura contra Rajoy si gana las primarias
- Sánchez critica el plasma de Rajoy pero lleva ocho meses sin dar una rueda de prensa
- "Aquí está la izquierda": Sánchez estrena lema y renuncia a la "unidad de acción" con Podemos