Manuela Carmena rectifica. El Ayuntamiento de Madrid ha paralizado la demolición del antiguo edifico de la Confederación de Cajas de Ahorros, en el barrio Salamanca, que afectaba directamente a los niños del colegio La Guindalera, situado a nueve metros.

El polvo, el ruido, algunos cascotes que se desprendieron al patio y el bloqueo de una de las salidas del centro fueron algunas de las causas denunciadas por varias madres en un reportaje publicado por EL ESPAÑOL. Con casi 2.000 firmas bajo el brazo, recogidas a través de Change.org, rogaron a Carmena que pospusiera el derribo hasta el 23 de junio, día de final de curso. "¿Es tanto pedir?". Apenas dos días después, según ha podido saber este diario, la regidora ha ordenado la paralización.

Fuentes municipales relatan que se seguirá trabajando dentro del edificio, pero no en el derribo total, que tendrá que esperar a la obtención de un nuevo permiso. "La obra era correcta, pero les faltaba un papel para instalar las grúas y la caseta en la vía pública, hemos aprovechado a posponerlo y se ha ordenado que retiren todo hasta que se cumpla el trámite".

Una victoria parcial

En cualquier caso, la victoria de los padres afectados es sólo parcial ya que el Consistorio no confirma que este retraso pueda prolongarse hasta final de curso.

El concejal del distrito Pablo Carmona acudió al colegio y se mantuvo al corriente de la obra. No vio con malos ojos la paralización. El Consistorio ha encontrado en este pequeño trámite la forma de posponer el derribo.

Este fin de semana, la Policía municipal supervisará que la constructora despeja la calle Villfranca, cortada por culpa del derribo, y a partir de ahí se tomarán nuevas medidas.

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