El PP en el barrio Salamanca es Manuel Fraga, mocasines, una bandera de España y un retrato de Margaret Thatcher. El despacho, vacío al ponerse el sol el viernes por la tarde. El mayor granero de votos de los populares en Madrid busca nuevo líder tras el paso atrás de Íñigo Henríquez de Luna, que deja el cargo tras veinte años al frente.
Todavía no hay nombres sobre la mesa, "ni siquiera en los corrillos", insiste un afiliado. El próximo presidente de la formación en el reinado más burgués de la capital se elegirá por primarias.
En el barrio del té con pastas y los escaparates kilométricos, el PP cuenta con 5.000 afiliados, de los cuales se mantiene activos 300, tirando por lo alto. Se reúnen en una oficina de la calle Goya. El portero del edificio tiene apuntados en un folio los nombres de aquellos que pueden recoger la llave. "Son pocos, tres o cuatro, no es un sitio de mucho revuelo". Pero cuando llegan las urnas, el PP del barrio Salamanca se revuelve: obtiene cerca del 70% de los votos del distrito.
Organizan tertulias una vez por semana. Lo explica Ángel Donesteve -"mi padre me afilió a Alianza Popular cuando tenía 16 años"- mientras abre la puerta. La foto de Fraga, en la pared de la izquierda.
No hay nadie, pero sí muchos retratos. Aznar con el bigote impecable y su "¡Palabra!" en el cartel electoral, una Esperanza Aguirre con veinte años menos... También Rajoy, sin canas.
"Aquí no nos ponemos de perfil"
¿Aquí sois más de Aznar que de Rajoy? "Aquí no renegamos de nuestros presidentes de partido, pero eso de ponernos de perfil o supeditar los principios a las tácticas no podemos tolerarlo. Si hay una bandera de España -luce junto a una del PP, blanca y con letras rojas-, es porque lo sentimos de verdad, a eso me refiero", relata Ángel.
También pone como ejemplo el aborto. "Aquí defendemos el derecho a la vida y la familia. Con mayoría absoluta, sólo hemos sido capaces de volver a la ley anterior".
Este afiliado reconoce el carácter mayoritariamente conservador de los militantes de este barrio frente al resto. Reconoce que el envejecimiento y el poder adquisitivo influyen, sobre todo lo primero. "Sí, nuestros afiliados son muy mayores, es verdad. Además, muchos jóvenes se casan y se van del distrito".
La sede del PP en el barrio de Salamanca, en contra de lo que podría presumirse, es una sala con sillas de madera, ventanales y un despacho, el que ha ocupado Henríquez de Luna durante veinte años. Ahora le relevarán unas primarias, "porque esta delegación siempre ha hecho gala de eso". Lo confirma un cartelón de 2008 en la pared, que ya entonces exigía aquello de "un militante, un voto".
Romper el mito
Henríquez de Luna, que ha ocupado el despacho vacío que ahora muestra Ángel, dice a las puertas del Palacio de Cibeles, donde sigue como concejal: "Las zonas de mayor poder adquisitivo están muy envejecidas, me refiero a Castellana y Recoletos. En Fuente del Berro y La Guindalera es donde más gente vive, pero predomina la clase media". Lo dice por "desmitificar" aquello de relacionar Salamanca a Velazquez, Goya y Serrano en exclusiva.
En cualquier caso, explica sin ambages: "Es cierto que la renta y el poder adquisitivo, cuando son altos, generalmente responden a un perfil más conservador".
Henríquez de Luna describe al afiliado del PP en este barrio aburguesado y relumbrón como "muy exigente", también resalta que quizá sea menos agradecido que los de otras zonas más humildes como, por ejemplo, Villaverde.
La principal problemática, cuenta, "es el choque de intereses". "Si tuviera que hacer autocrítica, diría que quizá no hayamos logrado un equilibrio, puede que hayamos olvidado al residente en ciertas ocasiones en pro del comerciante".
Espacio para la autocrítica
El ahora expresidente del PP 'salmantino' resume en tres las necesidades del afiliado residente: descansar, ventilar y aparcar. ¿Es posible hacerlo?
Ese choque de intereses del que habla a veces se traduce en soborno y coacción. De Luna recuerda algún empresario que la ha pedido obviar ciertas normativas... "Sí, claro que pasa. Una vez, precisamente por no ceder, me denunciaron, me imputaron y luego se vio que, por supuesto, no había nada".
Ángel, americana y mocasines, por supuesto, en una mesa a falta de calzar, que se tambalea por momentos, continúa con el retrato del PP en el barrio Salamanca. "También fuimos muy combativos con el terrorismo, llamábamos al País Vasco y les ayudábamos con las campañas, nos íbamos para allí". Se levanta y muestra una réplica de La Concha de San Sebastián: "Nos la regaló Gregorio Ordóñez". El PP de este distrito conmemora la fecha de su asesinato todos los años.
En esta habitación, en Goya, los afiliados reciben un par de horas por la mañana y también por las tardes. "Primero vienen señoras, les gusta coincidir, montar su pequeña tertulia, ayudar... También jubilados. Luego se trabaja en el tema de la sesión de los miércoles y la gestión de los invitados".
"La gran ilusión"
Ángel vuelve a lamentar el carácter envejecido de sus afiliados, la búsqueda del activista joven es un "reto", una "gran ilusión". También reconoce que a veces envidia esa partida universitaria que les ganan Ahora Madrid y Podemos. ¿Quizá eche para atrás a los jóvenes el retrato de Fraga? "No, ¿por qué? No renegamos de nuestros orígenes", responde.
En las próximas semanas, Génova ratificará el proceso y el PP del barrio Salamanca afrontará días de campaña electoral, por primera vez en veinte años sin Íñigo Herníquez de Luna.