Dos meses después de romper su carné del Partido Popular, Alberto Garre (Balsicas, Torre-Pacheco, 1952) sienta las bases de lo que será su nuevo partido. El expresidente de la región de Murcia ha montado una plataforma cívica que le servirá de esqueleto para constituir a medio plazo un partido regionalista que irrumpa en el tablero político regional. Ha llegado el momento, según expresa el expresidente a EL ESPAÑOL, de "escuchar las voces que me pedían que volviera". Quienes siguen de cerca a Garre definen su candidatura como la "del Miguel Ángel Revilla" de su región.
El primer paso hacia esa nueva formación política que todavía no tiene nombre se dio el lunes. Ese día Garre se reunió con una treintena de personas para hablar sobre la situación política regional y acordar la creación de una plataforma. El exmiembro del PP asegura a este periódico que la región vive un momento crítico y que por eso ha decidido dar el paso adelante. "Hay circunstancias que no se han dado nunca, como el maltrato en financiación autonómica y el déficit de agua: estamos llegando a verano y no tenemos ni una gota de agua", manifiesta.
Desde que anunció su vuelta al ruedo político a principios de semana, Garre asegura haber recibido "centenares" de llamadas para adherirse a su manifiesto. El expresidente se siente con ganas de encabezar una formación "que sirva de instrumento vertebrador para reivindicar desde una posición de independencia un trato más justo y equitativo para nuestra región". Según describen fuentes presentes en la reunión, la plataforma acordó en su primera reunión la puesta en marcha de cuatro comisiones de trabajo que permitan la elaboración de unos estatutos, la confección de un manifiesto público y un calendario de actuaciones que promuevan el análisis de la situación actual por la que atraviesa la región, "sus reivindicaciones históricas, los retos a afrontar en el futuro y el fomento de la participación ciudadana en la toma de decisiones que afectan al conjunto de la sociedad".
Los seguidores de Garre pretenden congregar el sentimiento de indignación que, aseguran, recorre todos los rincones de la región desde que el sucesor de Garre, Pedro Antonio Sánchez, se vio forzado a dimitir acorralado por la corrupción. Como ya adelantó este periódico en marzo, dos corrientes regionalistas ya habían pedido al expresidente autonómico que abanderara este movimiento que, si desemboca en un partido político, están convencidos de que conseguirían el apoyo suficiente como para irrumpir en el Parlamento en las próximas elecciones.
Una durísima misiva
El expresidente de Murcia abandonó el Partido Popular en marzo tras treinta años militando en él. Lo hizo a través de una durísima carta enviada a Mariano Rajoy en la que le reprochaba la falta de "responsabilidad política" en casos como el que acorralaba en ese momento a su sucesor en la Presidencia de la región. "El TSJ de Murcia le ha tomado declaración como investigado en la causa Auditorio. Doce días más tarde ha sido investido presidente del PP de Murcia. Hasta aquí hemos llegado", recoge la misiva.
Garre acusaba al que fuera presidente de su partido de "despreciar la ejemplaridad exigible a los políticos" y la "asunción de responsabilidad política" que durante "tantos años defendimos con independencia" de las consecuencias penales. "Al TSJ corresponde decidir judicialmente sobre los indicios de delitos por los que se le investiga. Pero políticamente, quien se ha negado hasta tres días a renunciar al cargo y no cumple merece el reproche de cualquier partido democrático".
Un mordisco al tablero político murciano
En opinión de Garre, la desafección del ciudadano con el PP es por culpa de que "la regeneración de ideas que razonablemente se imponía hacer para recuperar nuestra ideología y al electorado no ha sido capaz de superar la fosilización que, con usted al frente, es una constante previsible de la que alardea". Y añade: "No hacer nada, regeneración cero, cuando no hacer de las lentejas que usted cocina las ideas del partido".
Ahora, se ve con fuerza para plantar batalla al que fuera su partido durante tres décadas y pegarle un buen mordisco al tablero político murciano.