El vídeo de la cal viva con el que el entorno proetarra quiere echar a la Guardia Civil
La izquierda abertzale calienta la próxima edición del 'Alde Hemendik' acusando al Instituto Armado de torturas.
3 junio, 2017 01:38La localidad de Oñati (Guipúzcoa) acogerá el próximo 17 de junio una nueva edición de la campaña de hostigamiento contra la Guardia Civil que el entorno de ETA realiza cada año bajo el lema "¡Que se vayan!". Para promocionar la iniciativa llevan días difundiendo un video en las redes sociales en el que se vincula al Instituto Armado con torturas. El documento muestra el montaje de un desarme de guardias civiles en el que entregan sacos de cal viva, armas, cables para descargas eléctricas o una bañera entre, otros efectos.
El vídeo arranca con la escena final de El Pico (1983) en la que un guardia civil lanza al mar desde un acantilado un tricornio lleno de cocaína. La cinta, dirigida por Eloy de la Iglesia, aborda la presencia de las drogas en Euskadi y en ella se desliza la idea nunca demostrada de que las autoridades consintieron el consumo de droga entre los jóvenes para anular su voluntad política. También trata la campaña que ETA emprendió contra los traficantes de droga por esa misma razón. Los protagonistas, dos amigos adictos a la heroína, son un hijo de guardia civil y un dirigente de Herri Batasuna.
La siguiente toma simula un informativo de la BBC inglesa en la que se hace un montaje sobre una “entrega de armas de la Guardia Civil”. Se valen de las imágenes de la falsa entrega de armas de ETA de 2014 en el que dos encapuchados mostraron un bodegón de armas junto a dos verificadores internacionales. Al terminar, metieron las armas en una caja y se las llevaron de nuevo. En este caso, el video montaje sitúa sendos tricornios sobre la cabeza de los etarras.
Sobre la mesa también hay pistolas, pero el documento además incluye paquetes de cal viva, baterías de coches, cables de electroshoks, bolsas y bañeras para ahogar a detenidos. Todo ello con una música ska de fondo en euskera que dice los siguiente: “¡Que se vayan, se vayan, se vayan! ¡Que se vayan hacia Francia! ¡Que se vayan, se vayan, se vayan! ¡Que se vayan hacia España! ¡Adiós, perros, adiós adiós! Y no volváis, no volváis a Euskal Herria”. El vídeo finaliza con el programa de actos de ese día que incluye una comida popular, conciertos, un mercadillo de los autodenominados artesanos de la paz y la manifestación central.
Este mismo jueves el Tribunal Supremo determinó que la Audiencia Nacional es el órgano competente para juzgar la agresión que sufrieron en octubre dos agentes en Alsasua al tratarse de un delito de terrorismo. Argumenta que entre los agresores había miembros de Ospa Mugimendua, “que patrocina la expulsión del País Vasco de las fuerzas y cuerpos de seguridad”. Entiende el Alto Tribunal que estos hechos están dentro del marco “de conductas dirigidas a crear en los miembros de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y de sus familias un estado de terror e inseguridad que los impulse a abandonar los mencionados territorios”.
Un extenso informe de la Guardia Civil aportado al Juzgado al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL explica el origen de este movimiento: “dicha reivindicación fue introducida ya en el año 1976 por parte de la organización ETA como uno de los puntos que conformaba la denominada Alternativa táctica de K.A.S la cual, según la banda terrorista, se trataba de una “base democrática mínima” o de un “programa mínimo” de cuyo cumplimiento por parte del Estado español dependerá que ETA cesara en su actividad armada. Así, inicialmente se recogía la exigencia de “disolución de los Cuerpos represivos”.
Esta misma convocatoria provocó que en sectores de la Guardia Civil se denunciase la falta de protección del Gobierno a los agentes en Oñati. La Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC) denunció los manifestantes llegaron a arrojar un bote de humo a la casa cuartel de esa localidad. “El delegado del Gobierno debiera haberse personado en el lugar para observar in situ la magnitud de la protesta y preocuparse por los agentes”, denunciaron hace ahora un año.