El exdirector general de la Policía Ignacio Cosidó no vio nada, ni escuchó nada ni participó en ninguna de las maniobras de su Departamento que se investigan en la Comisión de investigación del Congreso de los Diputados. Al menos esa ha sido la idea que ha tratado de trasladar a los parlamentarios ante los que se ha erigido como portavoz de la “Policía real” frente a las actividades que anidaron en el Cuerpo en connivencia con el Ministerio del Interior que dirigía Jorge Fernández Díaz.
No obstante, en sus palabras evitó enmendar ningún punto de la gestión del exministro o de su director adjunto operativo, Eugenio Pino, responsable de la llamada Unidad de Inteligencia. “¿Fue director de la Policía? ¿Sabe quién fue Eugenio Pino? ¿Nos quiere hacer creer que su número dos no le informaba?”, le ha llegado a preguntar el diputado de ERC, Gabriel Rufián, quien ha recuperado el tono desafiante de otras ocasiones: “¿Fue responsable de la llamada Policía patriótica, fue negligente o colaborador necesario”.
La cuenta de Trías y el informe Pisa
Cosidó no ha optado por ninguna de las tres opciones. Se limitó a desvincularse de investigaciones como la de la falsa cuenta en Suiza del exalcalde de Barcelona Xabier Trias o el llamado informe Pisa, que apuntaba a una presunta financiación ilegal de Podemos. Este último documento fue elaborado por la llamada Unidad de Inteligencia sin tutela judicial y sin que nunca llegase a judicializarse por falta de indicios. Cosidó ha comenzado erróneamente atribuyendo esas pesquisas a la UDEF para luego reconocer que partió de la Dirección Adjunta Operativa de Eugenio Pino. "¿Quién dio la orden de hacer ese informe?", ha preguntado de forma esteril el diputado de Podemos Rafael Mayoral.
Una de las cuestiones que motivaron esta Comisión fue la difusión de una conversación entre el ministro y el exjefe de la Oficina Antifraude de Cataluña Daniel de Alfonso en la que Fernández Díaz mostraba su interés por investigaciones que afectasen a dirigentes nacionalistas. “Yo tenía mi agenda y no controlaba la agenda del ministro”, ha despachado Cosidó, quien ha sostenido que nunca llegó a escuchar esas grabaciones más allá de lo que se publicó en prensa. Eso a pesar de que aquel encuentro fue organizado por su número dos y otros mandos de su confianza.
A medida que avanzó la legislatura, Fernández Díaz perdió la confianza en Cosidó y se apoyó en Pino, con quien el ministro estableció un canal de comunicación directa. “Tenía tanta tarea que había poco tiempo para plantearme cosas de esa naturaleza”, ha contestado el exresponsable de la Policía al ser preguntado si se sintió desplazado. Se ha definido partidario de la “jerarquía”, aunque también ha considerado normal que el ministro recurriese directamente a Pino, igual que en ocasiones él acudía a mandos policiales sin pasar por su número dos para cuestiones que le importaban personalmente.
La operación Cataluña
A lo largo de la sesión se le ha preguntado por nombres de comisarios y mandos que han protagonizado algunos de los episodios abordados por la Comisión, entre ellos el del ex comisario Villarejo. Cosidó ha asegurado que en cinco años nunca despachó con este mando que en sede judicial describió la llamada operación Cataluña . Ha negado haber escuchado esa expresión entre las paredes de Interior, pero ha destacado que en materia de corrupción era una comunidad autónoma que estaba a la cabeza de las operaciones policiales. Ha negado tramas de escuchas, persecuciones políticas y pasó de puntillas por la autoría de las grabaciones al ministro recurriendo a la investigación de la Policía que se cerró sin conclusiones claras.
El exjefe de la Policía ha empelado la mayor parte de su exposición inicial a glosar las que fueron sus directrices al frente de la Institución. Ha citado desde la compra de chalecos antibalas al cibercrimen o la derrota de ETA en un intento de destacar la labor de esa “Policía real” frente a lo que aborda esta Comisión. Incluso en materia de corrupción ha hecho hincapié en que las detenciones se produjeron en todos los puntos de España, gobernados por todos los partidos.
En su deseo de poner tierra de por medio, ha provocado las críticas de los diputados que le han acusado de querer evadir sus responsabilidades. Un ejemplo ha sido la pregunta sobre la compatibilidad que tenían las actividades privadas de Villarejo con su labor como Policía. Cosidó se ha escudado en la investigación interna que no detectó ninguna anomalía. Ha obviado en su respuesta que aquellas pesquisas las realizó uno de los hombres de confianza de Pino y el ministro del Interior, José Ángel Fuentes Gago. Pese a su negativa inicial el PSOE ya no se opone a que tanto Pino como Fuentes Gago comparezcan en el Congreso.
Cosidó también ha alegado no haber tenido nada que ver en la condecoración otorgada al excomisario Villarejo. En su explicación ha dicho que se propuso desde la Dirección Adjunta Operativa encabezada por Pino, la aprobó la Junta de Gobierno y la firmó el ministro. “Parece que usted no participaba en nada”, le ha espetado Miguel Gutiérrez, de Ciudadanos.