Cuando Pedro Sánchez sea proclamado como líder del PSOE con plenas funciones, Felipe González no estará allí. El expresidente, con el que el secretario general electo mantiene una gélida relación desde haca casi un año, no asistirá finalmente al congreso del PSOE, que se celebrará en Madrid el 17 y 18 de junio.
La noticia, adelantada por Servimedia, fue confirmada a este periódico por el entorno del expresidente y el del nuevo líder, que sí acudió en 2014, como el resto de ex secretarios generales, a arropar a Sánchez en el pistoletazo de salida de su primer mandato.
González viajará en esas fechas a Colombia donde junto al expresidente de Uruguay José Mujica participa en las labores de verificación de los acuerdos de paz entre el Gobierno colombiano y las FARC. Según el equipo de Sánchez, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, ha pedido la presencia de González desde el martes que viene, algo que el expresidente del Gobierno comunicó a Sánchez ayer.
Es tradición que los ex secretarios generales estén presentes, en un momento u otro, en los congresos del partido, citas en las que la formación elige nuevos equipos y renueva su proyecto. En ocasiones, toman la palabra en alguno de los foros y son aclamados por la militancia como referentes internos.
Una tradición interrumpida
Todo ha cambiado en el PSOE. También eso. Todos los exsecretarios generales, salvo Joaquín Almunia, estuvieron en el acto de presentación de Susana Díaz como candidata, el pasado 26 de marzo en el recinto ferial de Madrid donde probablemente Sánchez clausure el congreso que lo entronizará en su segundo mandato. Algunos, como Zapatero, se implicaron después de forma muy intensa en la campaña, protagonizando mítines y reuniones para pedir el voto para la presidenta andaluza.
González sólo participó en el primer mitin de Díaz, pero su relación estaba ya rota con Sánchez. En una entrevista en la Cadena Ser, tres días antes de que Sánchez presentara su dimisión, aseguró sentirse "engañado" por el líder del PSOE, que le aseguró que el partido se abstendría para facilitar la investidura de Mariano Rajoy. Luego, Sánchez cambió de opinión y perdió definitivamente la confianza de González.
Por el momento, es una incógnita si Zapatero o Alfredo Pérez Rubalcaba, ambos partidarios de Díaz en las primarias, asistirán al congreso, una cita con poco suspense por el abrumador apoyo a Sánchez en las primarias y por parte de los delegados llamados a votar.
Sánchez tiene previsto que el último mitin, tradicionalmente el más importante, sea abierto a simpatizantes, algo que llena de temores a algunos referentes y partidarios de Díaz. Algunos de ellos temen no ser bien recibidos.
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