En las calles de Ciudad Lineal, dos niños juegan a los cromos. En el mazo de uno, "amiguitas calientes". En el del otro, "jóvenes y maduritas". Han encontrado los panfletos en el parabrisas de un coche, camino del colegio. Lucen rosas, amarillos, verdes, con números de teléfono en grande. La prostitución, a golpe de tecla.
Hace varios meses, Cristina y otras madres como ella, indignadas por tener que atravesar con sus hijos una cascada de alterne, tetas, culos y cuerpos de oferta se reunieron para buscar un antibiótico. Fue en la Asociación de Vecinos de Quintana.
"Decidimos guardarlos porque la imagen es más impactante"
Aquel día acordaron recoger los flyers y almacenarlos en el local. "Decidimos guardarlos en lugar de destruirlos porque la imagen conjunta es mucho más impactante", relata Cristina. También idearon unas pegatinas que rezan: "NO ACEPTO PUBLICIDAD DE PROSTITUCIÓN". Cientos de madrileños ya las colocan en sus coches.
En la Asociación de Vecinos de Quintana, los cuerpos desnudos sobre el papel cubren la mesa como una enredadera. Cada vez son más las bolsas que aparecen colgadas del picaporte de la puerta, los "regalos" anónimos de esos colaboradores que se han puesto al día en un ejercicio de boca a boca.
El mapa de los puntos de recogida
Dado el éxito de la iniciativa, fueron varias las agrupaciones vecinales que quisieron sumarse a esta brigada ciudadana contra el comercio de la mujer a ojos de cualquiera. Ya existen 13 puntos de recogida en distintos lugares de Madrid y la limpia de estos anuncios no sólo tiene que ver con Ciudad Lineal, sino con la capital en su conjunto. A través de la plataforma Change.org han recogido 2.300 firmas en sólo tres semanas.
Según revela Cristina, la brigada vecinal contra este tipo de octavillas podría dejar atrás el Manzanares en poco tiempo: "Nos han llamado de Valencia, están muy agobiados con esto. Por supuesto, también se han puesto en contacto con nosotros varios municipios de la Comunidad de Madrid".
"Por las mujeres, por nuestros niños, porque queremos un barrio limpio, porque no queremos mafias", espeta el manifiesto. Cristina encuentra el éxito del experimento en una mayoría silenciosa que viene sufriendo este problema desde hace años: "Son muchos los vecinos que están hasta las narices, pero es el típico problema que la gente va dejando pasar. De ahí que se hayan sumado tantos de golpe".
Los colegios, el punto de inflexión
Hasta el momento, no ha habido agresiones ni graves altercados, pero sí insultos y gritos de algunos repartidores a los voluntarios. "Cuantos más seamos mejor, así no quedamos señalados".
El punto de inflexión fueron las reiteradas quejas de las Asociaciones de Padres y Madres. "Yo tengo tres hijos y sí, la situación es insostenible. Los más pequeños por la gracia que les produce lo escatológico, los culos, los cuerpos desnudos... Y los adolescentes, por el morbo. Y es normal, pero esto no puede ser. Muchas madres encuentran estos folletos en sus mochilas".
Cristina lamenta que los niños de estos barrios puedan criarse en un ambiente donde se promocione a la mujer como un objeto de intercambio, con un precio sólo determinado por su físico o nacionalidad.
La reunión con el Gobierno de Carmena
El entusiasmo de los vecinos logró una reunión con el delegado de Seguridad del Ayuntamiento de Madrid, Javier Barbero. Dado que el reparto de los flyers es "ilegal", los miembros de "Madrid, no acepto" pidieron ayuda política. Barbero les informó de que los profesores de la red de enseñanza pública concienciarán a los alumnos de esta problemática a lo largo del primer trimestre del próximo curso. También prometió que la Policía municipal estaría "más alerta".
Cada vez son más las papeletas que van conquistando los puntos de recogida. Incluso distintos comercios han habilitado sus locales para dar este servicio. "No sé qué haremos con todo este material... ¿Pesarlo? ¿Llevarlo y enseñarlo en algún sitio? Será muy impactante, eso seguro, la gente no se imagina la cantidad que hay...".