Franco: "Madrid sería una nación en el Estado plurinacional del PSOE"
"Cristina Narbona sería una magnífica candidata para la alcaldía de Madrid" | "No seré candidato a la Comunidad, rotundamente. Tenemos un magnífico candidato: Ángel Gabilondo" | "Símbolos como el Valle de los Caídos o las calles franquistas tienen que desaparecer"
14 agosto, 2017 03:24José Manuel Franco (Pobra do Brollón, Lugo, 1957), candidato a liderar el PSOE de Madrid, sabe que cuando conoce a alguien, sobre todo en política, ese alguien puede estar pensando en su apellido.
Siendo usted gallego y con el apellido que tiene se habrán hecho millones de bromas.
Sí señor. Con mi nombre, apellido y con Pardo de segundo, se ha dicho de todo. Pero hay que llevarlo con dignidad y saber reírse de uno mismo. Mi primer acto de precampaña fue un 18 de julio [fecha del golpe de Estado]. Lo hice a propósito, para reirme de mí mismo y jugar con los apellidos y el origen, que es lo más bonito que hay. Si me permite otra broma, yo no puedo crear una nueva corriente encabezada por mí. Sonaría muy mal [los franquistas]. Ese es otro motivo para no generar divisiones y que vayamos todos juntos [sonríe].
José Manuel Franco tiene muchas posibilidades de convertirse en el nuevo líder de los socialistas madrileños, el PSOE-M, antes llamado PSM e históricamente FSM. La federación madrileña ha cambiado mucho de nombre pero mucho más de líderes, siempre con oposición interna y siempre, desde hace más de dos décadas, en la oposición institucional. El PP ha sabido conquistar y después retener la presidencia de la Comunidad en 1995 y la alcaldía en 1989. El reinado del PP acabó en el Ayuntamiento en 2015, pero para que Manuela Carmena (Ahora Madrid) se convirtiese en alcaldesa.
José Manuel Franco se resiste a decirlo, pero Pedro Sánchez le apoya. Lleva tres décadas en Madrid y es un hombre afable, dialogante y con algunos adversarios, pero no demasiados enemigos. Se enfrentará a la actual líder, Sara Hernández, que quiere revalidar el puesto, Juan Lobato, el alcalde de Soto del Real y joven valor del partido, y Antonio Miguel Carmona, concejal en el Ayuntamiento, que aún sopesa cómo manejar la influencia -mucha o poca- que tiene entre los afiliados. "Esto sólo lo arregla alguien como José Manuel", dice una de sus asesoras. El perfil bajo no es un problema sino un bálsamo, el pegamento para unir un partido históricamente roto en prominentes pedazos, según sus partidarios.
Madrid no es una batalla más dentro del PSOE. Es la tercera federación en número de militantes (cuarta si se cuenta al PSC, que es un partido diferente). Es además la del secretario general. Es también una plaza difícil y una prueba de fuego para el nuevo PSOE, que tendrá que bregar en la comunidad con el tirón de Cristina Cifuentes (PP), el posible candidato autonómico Íñigo Errejón (Podemos) y en la alcaldía quizás con Carmena (Ahora Madrid), a la que los suyos le suplican que se presente. El 30 de septiembre será la primera vuelta de las primarias socialistas en Madrid y, una semana después, la segunda.
¿Qué propone para el PSOE en Madrid?
Mi proyecto no es ni más ni menos que el proyecto nacional de Pedro Sánchez aplicado a Madrid. No en vano he sido el coordinador de su campaña en la capital, así que creo que tengo el legítimo derecho a intentar implantar su modelo aquí. La participación masiva y la ilusión de ese proceso es un hito en la historia de este partido. Queremos mantenerlas y, si es posible, incrementarlas. Madrid ha sido una federación convulsa, con un nivel de debate a veces excesivo que mezclaba temas personales. Queremos que el partido deje de ser un problema para muchos y solucione los problemas de la gente.
Quiere representar la ilusión, pero sus detractores recuerdan que ha pasado por muchas direcciones del PSOE-M en el pasado y que lleva como diputado autonómico 22 años. ¿Puede alguien como usted regenerar el partido?
Sé que suena contradictorio, pero no lo es. Nuestro proyecto es colectivo, no personal. Se puede estar en las instituciones de muchas maneras: yendo a plenos y comisiones sin hacer nada, pasando desapercibido en las Ejecutivas o siendo útil a tu partido. Durante el tiempo que he sido administrador me han tocado dos campañas electorales y el PSOE fue el único partido al que el Tribunal de Cuentas no puso ninguna objeción. Siendo portavoz de Empleo en la Asamblea de Madrid, conseguimos desde la oposición y con los sindicatos salvar más de 200 empleos de mujeres en una situación de absoluta precariedad. Sólo se puede construir el futuro desde la credibilidad y creo que, humildemente, alguna me he ganado durante este tiempo. Debo tanto a mi partido que lo que quiero hacer es devolverle algo aportando mi experiencia a un nuevo proyecto.
¿Cuáles serían las tres primeras medidas que tomaría usted como secretario general?
La primera, revitalizar las agrupaciones, dándoles cometidos concretos para convertirlas en un centro de acogida de todos los vecinos que tengan algún tipo de problema o algo que proponer para que llegue a las instituciones. Otro de los ejes va a ser exigir rendición de cuentas a todos los cargos públicos y orgánicos para que no haya ninguno que no tenga que hacerlo.
No digo que Carmona personalmente pueda sumarse a nuestro proyecto. Lo veremos más adelante
¿Cuál es el papel de Antonio Miguel Carmona?
El que él quiera jugar. Estoy convencido de que es una persona válida que va a sumar. No digo que él personalmente pueda sumarse a nuestro proyecto. Lo veremos más adelante.
¿No cree que se pueda sumar?
Primero tienen que decidir los militantes, que es en los que reside la soberanía. Carmona es una persona válida y competente y su opinión será siempre tenida en cuenta como la de muchos otros compañeros a los que no podemos dejar fuera. Si hablamos de reparto de puestos, a mí no me gustan esas premisas. Los equipos estarán en consonancia con lo que decidan los militantes.
¿Confía en ganar en primera vuelta?
Desde la humildad, sí. Tengo que aspirar a eso.
¿Qué porcentaje de apoyo consideraría usted un fracaso?
Es complicado. Si fijo el objetivo en el 70% y nos quedamos en el 68%, parecería un fracaso. A mí me gustaría que nuestro proyecto saliese adelante con un respaldo superior al que tuvieron las últimas Ejecutivas y creo que ninguna pasó del 60%. Si superamos ese umbral, me consideraré satisfecho. Si no lo conseguimos, me pondré a trabajar para buscar más apoyos.
No seré candidato a la Comunidad, rotundamente. Tenemos un magnífico candidato: Ángel Gabilondo
¿Quiere ser presidente de la Comunidad de Madrid?
Rotundamente no. Tenemos un magnífico candidato: Ángel Gabilondo. Sería de necios desaprovechar a alguien tan bueno. Es extraordinario. Mi pretensión es que siga siendo el candidato.
¿No le resta fuerza renunciar ya a ser candidato a la Comunidad y el Ayuntamiento? Cifuentes, Carmena, Esperanza Aguirre, Errejón… Madrid parece un territorio muy personalista, no apto para perfiles bajos.
Es posible, pero tengo que ser intelectualmente honrado. Si pienso que tenemos un buen candidato para la Comunidad, no puedo dejar esa puerta abierta para reforzar mi candidatura. Sería mentir. Es preferible una posible devaluación a mentir o no ser honrado. Hay que decir siempre la verdad.
¿Sería Cristina Narbona una buena candidata para la alcaldía de Madrid?
Cristina Narbona ha sido una magnífica candidata a todo. Para mí, sería una magnífica candidata también para la alcaldía de Madrid. Magnífica.
¿Cómo pueden solucionar el problema que tienen en la capital? Carmena, que tampoco es muy joven, sí logró conectar con la juventud y desplazar al PSOE.
En Madrid, una persona no muy joven, es capaz de captar el apoyo de la gente joven. No voy a ser oportunista y aprovechar su pregunta para mi campaña personal… En las pasadas elecciones, se produjo un voto en ticket: Gabilondo-Carmena. Quizás por el prestigio de los dos o por las peculiaridades del Ayuntamiento, para el que se necesita un anclaje intelectual y un prestigio social. Carmena supo llegar donde nosotros no sabíamos.
¿Seguirá Purificación Causapié como portavoz en el Ayuntamiento si usted gana?
Puri Causapié lo está haciendo razonablemente bien tras superar muchos problemas iniciales. En general, soy partidario de no tocar las portavocías hasta que haya elecciones.
¿Es Madrid una nación?
No, pero si queremos darle a España el carácter de nación de naciones… Me gustaría que me explicasen la diferencia en obligaciones políticas entre nacionalidad y nación. Es muy difusa. Cuando en su día personas respetables como Felipe González, Carme Chacón o Gregorio Peces-Barba lo defendieron, no nos asustó. Los nominalismos están más fuera de lugar que nunca. Los alemanes o canadienses no se sienten menos alemanes o canadienses por venir de una u otra parte del país. Vamos a lograr que España tenga una configuración federal, pero la soberanía va a seguir residiendo en el Estado español.
Hay tantas naciones como comunidades autónomas. Si el Estado es plurinacional, que Madrid sea una nación
Si España es un Estado plurinacional, ¿cuántas naciones hay en España?
Las mismas que comunidades autónomas, cada una con su singularidad. ¿La singularidad de Madrid es como la de Galicia, País Vasco o Cataluña? No, porque tienen idioma propio y algunas tradiciones ancestrales que hay que respetar. El nacimiento de Madrid es casi administrativo. Si reformamos la Constitución en el sentido federal, Madrid tiene que ser una entidad más en ese Estado.
¿Entidad o nación?
Si tiene que ser nación, nación. Si el Estado es plurinacional, como nosotros defendemos, que sea una nación dentro del Estado español. No debe asustarnos el nombre.
¿Cree que Cristina Cifuentes es honrada?
Presumo la honradez de todo el mundo hasta que no se demuestre lo contrario. También la de Cristina Cifuentes. Pero la corrupción en Madrid ha socavado todas las bases, ha trufado a todo el partido y ha llegado a las últimas instancias. Aunque quisiera, el PP no podría regenerar la vida política.
¿Presume la honradez de Cifuentes igual que la de Esperanza Aguirre? ¿Es distinto el PP de Cifuentes que el anterior?
Es lo mismo.
¿Cree que Cifuentes está limpia?
No tengo pruebas que acrediten que sea una persona corrupta. Pero ella lleva muchos años en el partido y en las instituciones. No es una recién llegada. O no se enteraba de lo que pasaba, que es muy grave, o se enteraba y miraba para otro lado, lo que es todavía peor. No está exenta de responsabilidad política y hasta ahí puedo decir.
Símbolos como el Valle de los Caídos o las calles franquistas tienen que desaparecer
¿Hay turismofobia en Madrid?
No, no hay más que darse un paseo para ver que hay muchos turistas con su cámara al hombro. Es algo que hay que fomentar e impulsar. El turismo es la principal fuente de ingresos de España y genera mucho empleo. Madrid tendría que aprovecharlo y no lo hace. Es inconcebible que en Madrid no haya un consejero de Cultura con toda la oferta cultural que tenemos. Pero turismofobia no hay. Todo lo contrario.
¿Cree que en Barcelona la turismofobia también es algo artificial?
Artificial no lo es. La violencia que hemos visto en Cataluña y Baleares no me gusta y hay que combatirla con toda firmeza. Pero eso no es trasladable al resto del Estado. Estoy convencido de que va a ser algo transitorio. Cuando pase la fiebre del 1 de octubre [fecha para la que los partidos independentistas han planteado un referéndum], las cosas volverán a su cauce, en todos los terrenos.
¿Cree que hay relación entre la turismofobia y el 1-O?
Es posible, sí.
¿Es Pablo Iglesias un buen aliado del PSOE o alguien que quiere ocupar su espacio?
Podemos ha tomado un espacio en parte porque se lo hemos dejado. El PSOE ha tenido una indefinición ideológica que ha permitido que algunos apoyos que teníamos opten por Podemos. Ese espacio es fácilmente recuperable y estamos comenzando a hacerlo. Es un hecho.
¿Cómo afrontaría el debate de los nombres de las calles franquistas o el Valle de los Caídos?
Esos símbolos tienen que desaparecer del ideario y de las calles. Aún hay muchos símbolos que hay que erradicar y tenemos que ser absolutamente beligerantes. Desgraciadamente, la historia no se puede cambiar, pero hay que superarlo desde la dignidad. España no se puede permitir que todavía haya muertos en fosas comunes sin que se haya reparado ni siquiera moralmente. No se puede consentir.