Marcel Haenen fue enviado a Barcelona para cubrir los atentados de Cataluña simplemente por dominar el español. El veterano periodista, que trabaja para el diario holandés NRC, se trasladó el viernes de madrugada a la Ciudad Condal para apoyar al corresponsal de su periódico, Koen Greven, dada la magnitud de lo sucedido.
Tres días después, el lunes, Haenen fue noticia al abandonar la rueda de prensa en la que el mayor de los Mossos d'Esquadra, Josep Lluís Trapero, y los consellers de Interior y Justicia, Joaquim Forn y Carles Mundó, informaban de los últimos avances de la investigación. Su salida dio lugar a la ya mítica y viral respuesta del jefe de la Policía catalana: "Bueno, pues molt bé, pues adiós".
"Nadie entendió lo que hice", asegura Haenen en una conversación con EL ESPAÑOL. "[Las autoridades] comenzaron a contar uno por uno la historia en catalán, abrieron el turno de preguntas e invitaron a los periodistas catalanes a preguntar primero. Entonces me levanté, porque era muy fastidioso, y pregunté muy educadamente -o al menos, así lo intenté- si no era más práctico, más conveniente y lógico hacer la rueda de prensa en español para que todo el mundo la entendiera. Estábamos 200 o 300 periodistas de todo el mundo en la sala".
Inmediatamente, Forn replicó recordando que el catalán es oficial en Cataluña y que la mecánica de las ruedas de prensa siempre ha sido la misma: catalán primero. Trapero también trató de explicarse: "Si me hacen la pregunta en catalán, respondo en catalán. Si me la hacen en castellano, en castellano".
Marcel Haenen se fue. "No tenía sentido quedarme si no entendía lo que decían", indica a este periódico. La rapidez de la información y el no querer perder tiempo fue lo que motivó su reacción. "Estábamos todos los periodistas extranjeros allí, agobiados y ocupados. Estar sentados durante una hora escuchando un idioma que no comprendemos no tenía ningún sentido".
Para él, la solución pasaba por hacer dos ruedas de prensa distintas: una en catalán y otra para los castellanohablantes. "Sería mucho más práctico, porque ni siquiera entendí lo que me dijo cuando soltó el hashtag".
El día anterior, sin ir más lejos, los corresponsales y enviados especiales tuvieron una reunión con el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, y con el president de la Generalitat, Carles Puigdemont, en la que se habló íntegramente en español y "algo en inglés". "Quizás eso fue lo que molestó a los periodistas catalanes", explica.
Domina seis idiomas
En sectores independentistas se llegó a afirmar que era un periodista español el que se había levantado de la rueda de prensa, y el gesto se puso como ejemplo del rechazo hacia el catalán. El reportero, originario de Heerlen -al sur de Países Bajos-, asegura que no se trata de que "guste o disguste" el catalán. Él domina hasta seis idiomas: neerlandés, alemán, francés, español, inglés y portugués, pero no catalán. "Lo siento, pero no hay mucha gente en Europa que no sea española que domine este idioma. Y no pasa nada". Por ello, cree que, mientras la situación siga así, es más útil informar en castellano.
De toda la situación, lo que más le ha sorprendido es que los periodistas catalanes "continuaran haciendo sus preguntas en catalán porque imagino que también eran capaces de hablar español. Un poco de cortesía, ¿no?". La gran cantidad de medios convocados "están trabajando, haciendo esfuerzos por entender lo que pasó. ¿Por qué no hablar en un idioma que todo el mundo entienda?", se pregunta el reportero, que normalmente cubre información de tribunales pero que trabajó de corresponsal en América Latina durante cinco años. "Es una declaración política", insiste, "así que continuar hablando en catalán en ese momento, durante una tragedia importante, me sorprendió".
No era la primera vez que Marcel visitaba Cataluña. "De pequeño fui a Sitges y alguna vez he ido a ver partidos del Barça, pero sí es la primera vez que trabajaba allí. No estaba acostumbrado a esta cultura interesante", cuenta a este periódico.
Los atentados, una tragedia "internacional"
Haenen ha recibido en las últimas veinticuatro horas insultos y acusaciones por doquier. Su Twitter recibe menciones a mil por hora.Y no acierta muy bien a comprender por qué. "Vengo del sur de Holanda, que es la 'Cataluña' de los Países Bajos. Yo puedo hablar un dialecto que nadie que no sea de esta zona holandesa suele hablar", indica.
Pero los atentados de Las Ramblas y Cambrils son "una tragedia nacional, pero también internacional. La mayoría de las víctimas eran extranjeros, así que ¿por qué no hablar en un idioma que todo el mundo puede comprender?". "Nadie entendería que se informara en un lenguaje que no todo el mundo habla. Se trata de ser educado y abierto".
Quizás las críticas que más le han abrumado han sido la de periodistas y políticos, como Enric Borràs, del diario ARA, Gabriel Rufián (ERC) o Ramon Tremosa (PDeCAT). "Ellos deben valorar el hecho de hablar en un lenguaje -en un sentido abierto- común y claro. Si esto fuera un asunto local, no uno que concierne al planeta entero, no pasaría nada".
Tras la avalancha de mensajes, Marcel Haenen ha vuelto a su vida normal. A escribir de sucesos, crímenes y terrorismo. Intentando capear las consecuencias de la viralidad con dosis de humor. "Un petó", se despide de este periódico.