Empleados del metro de Barcelona solicitaron en varias ocasiones "un hueco en la agenda" a Mercedes Vidal, concejala de Movilidad y presidenta de Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB), para tratar "la falta de medios en los transportes públicos porque el metro ha sido amenazado [de atentados] y la radio no va bien".
La misma respuesta recibió Cs en una pregunta formulada sobre el funcionamiento de los equipos de seguridad del metro en caso de emergencia en el Área Metropolitana de Barcelona, que preside la alcaldesa Ada Colau. "Los trabajadores del metro nos transmitieron sus reclamaciones, realizamos la pregunta y recibimos una respuesta genérica", detalla Santiago Alonso, concejal del grupo municipal de Ciudadanos.
Hoy, un operario del metro de Barcelona que quiera advertir desde el centro de control a un conductor que un tren no debe entrar en una estación porque ha ocurrido una incidencia sólo puede valerse de la red de radio. "Los segundos son horas durante una emergencia y si hay una mala comunicación por los walkies ¿cómo vamos a poder ayudar?", se pregunta un trabajador.
Problemas con los 'walkies'
Cada tren y cada estación del metro de Barcelona dispone de un aparato de radio o walkie conectado a la red. En total hay 557 equipos. Sin embargo, sus trabajadores llevan meses advirtiendo de "grandes deficiencias en el sistema de comunicación a pesar de tener nivel de alerta antiterrorista 4".
Hay dos denuncias puestas ante la inspección de trabajo del metro referentes a los walkies. "No funcionaban bien y estuvo el tren a punto de atropellar a dos trabajadores en dos incidentes distintos debido a la comunicación en la línea 5 en Can Boixeras", denuncia otro empleado.
Trabajadores transmitieron finalmente las deficiencias a Mercedes Vidal en una reunión el pasado 5 de julio. "Nos prometió que el Consejero Delegado de la Empresa les daría una solución , pero por el momento no hemos recibido nada", dice una de las personas que asistió al encuentro.
TMB: "No hay riesgos"
A las preguntas de EL ESPAÑOL la concejal Mercedes Vidal nos escribió este texto: "Hemos tenido la ocasión de comprobar que la operativa de seguridad en el metro en condiciones extremas, como las que lamentablemente se vivieron durante el atentado, funciona correctamente". Y nos remitió al responsable de prensa de TMB, Oriol Pàmies.
Pàmies afirmó que desconocía las quejas y las deficiencias de comunicación que los trabajadores vienen denunciando a lo largo del año. Un día después aseguró vía correo electrónico: "Se ha comprobado que existe disponibilidad y un adecuado mantenimiento de los sistemas, en especial de la radio, por lo que no puede afirmarse que no funcionen o que supongan un riesgo de seguridad".
Sin embargo, desde el Comité de Empresa del Metro de Barcelona confirman a este periódico que son "conscientes de los problemas de comunicación desde hace tiempo" pero que nadie les "ha planteado una solución". Uno de sus miembros corrobora que "el problema es la comunicación vía radio, hay equipos que funcionan pero que podrían hacerlo mejor, y el jueves [día del atentado en las Ramblas] los tiempos de respuesta no fueron los esperados".
Además, desde el Comité apuntan a la falta de comunicación entre los departamentos de operarios y de seguridad, que "no están juntos ni operativa ni físicamente". El responsable de cerrar una de las estaciones el día del atentado tras las instrucciones de los Mossos d'Esquadra se enteró de lo que realmente estaba pasando por las redes sociales.
Reunión urgente
En su informe anual de 2016, el Síndic de Greuges (equivalente al Defensor del Pueblo en Cataluña), ya había recomendado a la representación municipal en Transportes Metropolitanos de Barcelona que "adoptara medidas urgentes e inmediatas para evitar riesgos añadidos evidentes por carencias en las comunicaciones internas y el envío de información durante situaciones de emergencia en las líneas de metro", haciendo alusión a la regulación del Decreto 30/2015, sobre la obligación de autoprotección en protección civil.
Este miércoles, el Comité de Trabajadores del Metro de Barcelona solicitó "una reunión urgente" para que se esclareciese cómo se había actuado durante el atentado y que cada departamento implicado explicase qué protocolos aplicaron y lo que había fallado para tomar las medidas oportunas, "porque consideramos que hay cosas que no se han hecho bien. La información no ha circulado a la velocidad que debiera haberlo hecho".
Donde ocurrió el atentado las estaciones tienen una operativa especial por ser turísticas y ser el centro de la ciudad. "Eso pasa un fin día de semana por la noche y no habría nadie", dice el operario.
1.3000.000 viajes
En cuanto a los cambios en las medidas de seguridad vigentes, tras el atentado del 17 de agosto "se aumentarán las patrullas y habrá controles en el transporte público", según se decidió en la Junta Local de Seguridad de Barcelona, organismo que preside la alcaldesa y al que asistieron el consejero de Interior autonómico, el delegado del Gobierno en Cataluña y mandos de los cuerpos de seguridad y de emergencias, este miércoles.
En la actualidad el nivel de alerta continúa siendo 4, y el metro de Barcelona registra 1.300.000 viajes en un día laborable de invierno y hay fechas, como el día de Sant Jordi, en que se supera el 1.400.000. Lo que obliga a una atención especial por parte de todo el personal a potenciales situaciones de riesgo, como la existencia de objetos sospechosos en trenes y estaciones.
"No es extraño que una o dos veces por semana aparezca un paquete sospechoso en el metro. Es normal porque se tiene en consideración cualquier bulto; y se actúa en consecuencia, se avisa al personal, se aumenta la seguridad, hay una sensibilidad", explican desde el Comité.