El acoso a Gonzalo, el frutero extremeño de la jura a la bandera: "¡Fascistas!"

En Extremadura, todavía con sol de verano, dos banderas cuelgan del almacén de Frutas Montijo: una nacional, otra regional. La rojigualda estaba descolorida, aguada. En plena escalada de tensión, Gonzalo, el responsable del negocio, decidió cambiarla por una nueva. "¿Y por qué no hacemos una jura?", improvisaron los trabajadores.

A eso se pusieron. Solemnes, polo rojo, gorra en mano y paso firme. Himno nacional hasta que retumben las paredes de la nave. Uno a uno, fueron besando la enseña, cuyo mástil sostenía Gonzalo con postura castrense. Al terminar, vivas a España, a la Policía y a la Guardia Civil. "Fue todo muy espontáneo, ni siquiera teníamos intención de publicarlo, pero lo acabamos subiendo a nuestra cuenta de Facebook", relata el responsable de Frutas Montijo a este periódico.

En apenas un par de días, el vídeo ha cosechado más de 600.000 reproducciones. Entonces, suena al otro lado del teléfono la típica respuesta que sigue al autor de todo fenómeno viral imprevisto: "Nunca imaginamos que esto podría ocurrir".

La cara de la moneda ha llegado con los camiones que saludan a los conductores de Montijo en la carretera con bocinazos, aplausos y vivas a España. También con cientos de mensajes positivos. Pero la cruz existe y ha terminado por obligar a Gonzalo a borrar el teléfono del almacén de su página web: "Empezaron a llamar radicales, muchos insultando. 'Fascistas, hijos de puta, me cago en vuestra puta madre'. Muy triste, pero prefiero quedarme con lo bueno".

"Fascistas, me cago en vuestra puta madre"

"¡¡¡Frutas Montijo con la unidad de España!!! Todo nuestro apoyo a los ciudadanos catalanes que siendo españoles están siendo humillados y acosados en nuestra España. Todo nuestro apoyo a los Cuerpos de Seguridad del Estado, ¡¡estamos con vosotros!! ¡¡Juntos ganamos todos!! ¡¡Separados perdemos todos!!", fueron las palabras que acompañaron en redes sociales al vídeo de este almacén de frutas extremeño.

"Fue todo improvisado", insiste Gonzalo. El responsable del negocio reitera que el tono es "de guasa" y "amable", pero con un "trasfondo muy serio". "Queríamos solidarizarnos con todos esos catalanes que viven allí y no están por la independencia", cuenta.

Frutas Montijo, que vende al por mayor, contrata con varias empresas catalanas.