Iba a ser otra jornada histórica, pero en el Parlament de Cataluña se quedó en general en una mera repetición de las posiciones ya sabidas. La cuenta atrás aún no se ha detenido. Tras un jueves caótico, lleno de filtraciones y nervios, nadie sabe aún qué ocurrirá en Cataluña.
Es una incógnita si habrá elecciones convocadas por Carles Puigdemont y, si en caso de ser convocadas, desactivarían la aprobación de las medidas previstas por el Gobierno en uso del artículo 155 de la Constitución. En el Parlament ni siquiera se anunció la votación de una declaración unilateral de independencia (conocida como DUI). Las espadas siguen en alto.
Las posiciones políticas circulan por dos carriles paralelos y de manera simultánea. A las cinco de la tarde, Puigdemont comparecía ante los medios tras haber pospuesto varias veces su declaración sin preguntas. No convocó elecciones en Cataluña y se quejó de que para ello no había logrado las "garantías" necesarias. No las especificó y en Moncloa tradujeron la expresión como inaceptables condiciones, mucho más allá de la retirada del 155. A las mismas cinco de la tarde, comenzaba en el Senado un pleno con la participación de una afónica vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría.
El pleno en el Parlament arrancó una hora después, con presencia de todo el Govern, en el que no hubo novedades en los discursos. No hubo noticia y, quizás, ahí estaba la noticia. Junts pel Sí y la CUP, que apuntalan a Puigdemont, repitieron sus posiciones, pero dejaron la DUI en un amago sin concretar.
"Hoy más que nunca, calma"
Tanto Benet Salellas como Albert Botrán, portavoces de la CUP, como Lluis Corominas, presidente de Junts pel Sí, podrían haber anunciado que mañana el Parlament proclamará la independencia de forma unilateral. Nada más lejos. Todo se quedó en un amago.
"Hoy más que nunca, calma. ¡Calma! Estamos ganando. Estamos ganando", dijo Corominas. "Pedimos que este Parlament rechace artículo 155 por esta aberración sin precedentes [...] y que nuestra respuesta hoy, mañana y en en los próximos días sea respetar el mandato del 1 de octubre, concretando sus efectos y comenzando el proceso constituyente", aseguró como frase final. Corominas también hizo un reconocimiento a todos los diputados independentistas, tanto de PDeCAT, como de ERC, CUP o los independientes. "Hasta ahora no han fallado y hoy tampoco han fallado", dijo. Pero fallado... ¿en qué?
Bajo los focos y ante las cámaras de televisión, no pasaba nada. Pero las formas, reuniones e indirectas eran la perfecta prueba de que ni una DUI estaba clara, algo que deshincharía el suspense, ni descartada, algo que mantiene la tensión.
Según Salellas (CUP), "la única formula útil para defendernos de este contexto [de 155] es la república catalana y el proceso constituyente". "Defenderemos la soberanía de Cataluña y estamos dispuestos a defender con carne y uñas los resultados del referéndum del 1 de octubre", dijo. La CUP también rechazó una convocatoria electoral, como Puigdemont aseguró haber considerado. "¿Debemos creer que respetarían el resultado de las elecciones si volviesen a ganar las fuerzas del independentismo?", se preguntó.
Cs y PP, duros contra Puigdemont
Las intervenciones de Ciudadanos y el PP fueron muy contundentes. "Convocar elecciones era una salida digna, democrática y limpia, y usted la ha dejado pasar", dijo Inés Arrimadas (Cs), jefa de la oposición. "Nunca un gobierno de la Generalitat hizo tanto daño a Cataluña como lo han hecho ustedes", dijo. Su momento álgido fue cuando recriminó a Puigdemont y a los partidos independentistas que apoyaran una declaración de persona non grata en Llavaneras (Barcelona) sólo por pensar como piensa.
El líder del PP, Xavier García Albiol, también se mostró muy contundente. "Tiene una última oportunidad y le pido que la aproveche. Esté a la altura de las circunstancias y, mañana a las 10 horas, preséntese en el Senado, argumente, dé sus motivos y dé la cara. Miquel Iceta dice que le acompañaría encantado. Yo también estoy dispuesto a acompañarle, pero durante todo el viaje le iré pidiendo que vuelva a la calma y respetar los derechos de todos los catalanes".
La intervención de Miquel Iceta (PSC) fue muy crítica en el fondo pero muy suave en las formas y comenzó alabando a Puigdemont por reconocer que dudó en si convocar o no elecciones. Le recordó que todavía tiene horas para reconsiderarlo y en sus palabras se dejó entrever un último intento de mediación. Todo sigue abierto.